Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  23/03/2017

Susanismo: Sistema de Barandas

«Todos los animales somos iguales, pero algunos más iguales que otros». Modificación legal del cerdo jefe ‘Napoleón’, personificación de Stalin, en Rebelión en la Granja, de George Orwell.
 
Ya Montesquieu nos advirtió acerca de los peligros de la manipulación política del concepto de ‘igualdad’. Detectó el sabio francés que donde se ausenta (como en el E. español), abundan ‘el privilegio y la injusticia’, y donde se abusa en el Lecho de Procusto de su aplicación se incurre en ‘el despotismo’, señalaba. El ideal igualitario suscita la demagogia a derecha e ‘izquierda’, sin el menor pudor en la partidocracia, mientras una creciente desigualdad en un caduco régimen sin Separación de Poderes -en origen, ejercicio y funciones-, se ha vuelto mayúscula, insufrible.
 
En realidad la noble aspiración a la igualdad, por boca de politicastros encastados, representa una quimera. Porque sin libertad para todos, sin excepciones, no es posible. Por el contrario, con absoluta desfachatez, vemos a los ensoberbecidos gerifaltes de las camarillas de partidos o sus portavoces la falta de pasión por la libertad. No ha hecho falta que existan mendaces curita-obreros, como en la mal llamada ‘transición’, para curarnos en salud con su tramposa dicotomía jerarquía-base, cuando siempre pertenecieron a la misma empresa (del ramo de las almas), y con su fullera vía de la redención por el ‘consenso’ -receta fundamentalista católica en su origen- de ‘los pecados del libertinaje’. Estas mediatizadas patrañas vomitadas en imágenes por la telecomecocos, por boca de los que se adscriben al Estado más totalitario, avariento y oscurantista del mundo, el Vaticano, provocan estupor cuando no burla por tanto cinismo.
 
Si bien la estricta aplicación del principio de igualdad suscita controversias, no así el de la libertad. Ésta última como saben los doctos en filosofía jurídica no es un simple derecho, de quita y pon según las conveniencias del gobierno de turno. En oposición a esta falacia criminal, la de la libertad como derecho, tenemos la fehaciente constancia de que la madre de todos los valores es prepolítica e incluso transideológica. Si se socava esta viga maestra, empezando por la libertad del individuo, se desmorona la cohesión social. Sobreviene la parálisis de casi todas las energías creativas, la esterilidad. Una deshumanización que nos conduce a la barbarie.
 
El primer paso para su desenvolvimiento práctico en sociedad consiste en la libertad de acción política, inherente a cada ciudadano. Para sustraernos a ella los políticastros de la oligarquía de partidos presumen, con sonrisas postizas, formar parte de la sociedad civil. No pienses, ya lo hacen ‘los cualificados’ por ti. No te organices, una élite institucionalizada pagada con nuestros impuestos te dirá cuando salir del redil, o de casita para ejercer de palmero. ¿Y tampoco debemos discutir las leyes, que debieran adecuarse a las necesidades del pueblo, cuando las fabrica a conveniencia la arbitrariedad de los decretazos de un Poder Ejecutivo, sin estar legítimamente facultado para ello? ¿Ni siquiera alarmarnos cuando Jueces por la Democracia advierte que un tercio de la judicatura está en manos del Opus Dei, cuyos integrantes tienen por jefe supremo al gobernante romano de un Estado extranjero?
 
Las consecuencias prácticas de la falta de democracia o de Separación de los Tres Poderes se reflejan en la desastrosa ausencia de control, por parte del ciudadano, del ‘establishment’ político. Su total impunidad. Por ello resulta tan esperanzadora como admirable una Murcia que se echara a la calle, con valentía, para que el desaprensivo presidente de su Comunidad dimita, por estar investigado/imputado por corrupción múltiple, y por mentiroso al afirmar en público que si resultaba imputado/investigado abandonaría el cargo. Con tal de seguir aforado para que le elija un tribunal especial, elegido por ‘cuotas de partidos’, sería capaz de atornillarse a la poltrona asentando sus posaderas sobre pegamento de contacto.
 
Y de espaldas por completo a la indignación murciana, ¿cómo se explica que en Andalucía, con una cronificada pobreza y corrupción sistémica por la cola de las naciones de Europa, impere las más de las veces el silencio de los corderos? Podría pensarse que ello únicamente se elucidaría por la doble vara de medir de formaciones como la del partido-veleta, socio del Sultanato, de Falangito Rivera, que en el cortijo rojigualdo de la Junta aplica otro baremo menos exigente, y ya es decir, que allende Puerto Lumbreras, o sin siquiera esbozar un atisbo de crítica en la Granada con una fiscalía que semeja actuar de abogada defensora del tristemente célebre, en toda la ciudad de la Alhambra, Clan de los Romanones’ (¿la aparente falta de independencia de una fiscalía ‘afinada’ -exministro Fdez. Díaz dixit- o del Poder Judicial no ‘deslegitima la Constitución’ que diría Artur Mas? ¿El presunto delito de prevaricación sólo sirve para aplicarlo a políticos catalanes?).
 
Toda esta inopia social se entiende por la maquinaria propagandística del susanismo, heredada de Griñán y Chaves, evaluada en unos seiscientos millones de euros, unida al ‘periodismo’ clientelar abonado para la sumisión con publicidad institucional de la Junta. Sin embargo no puede explicarse con un único parámetro, de fascistoide teleconductismo social desde ciertos media, la desmovilización tan acusada y la general deshumanización que padece Andalucía. Otros pensarán que las generaciones de sometimiento a la rapacidad e hipocresía de un clero colonial nos ha convertido en eunucos políticos, poseídos por cervales temores para protestar o quejarnos, mucho más allá que por el descenso de categoría del equipo de fútbol local.
 
Ahora que se les llena a algunos la boca elogiando a Gramsci, conviene recordar que en su análisis sobre la hegemonía, al lado de los tentáculos sectarios del Vaticano y una prensa servil a los plutócratas y sus títeres politiqueros, sitúa el gran pensador italiano al aparato docente. Una camarilla ‘educativa’ que en cualquier provincia se beneficia de más medios económicos que el Ayuntamiento de la capital y la Diputación juntos. Resulta extraño con las posibilidades telemáticas actuales, incluidas videocámaras, que soportemos sobre nuestras espaldas la exacción a través de onerosos impuestos a esa cara casta especializada en anular al alumnado, sin enseñarles a pensar en libertad. Buscan su aborregamiento convirtiéndoles en loros de repetición. De ahí que no haya universidades del E. español entre las doscientas primeras del mundo en calidad docente, o el adocenamiento acrítico de los chavales en los institutos. Y si ya nos vamos a la colonia andaluza ya no competimos ni con África. Pero, ¿y qué hay del resto de licenciados sin hueco para impartir clases, en medio una tasa de natalidad catastrófica? Desentrañemos donde terminan los que, al revés de los emigrantes -marchándose por la repugnancia de pasar por el aro-, y descubriremos por que colosal sumidero se vierte el célebre Agujero Negro del despilfarro del Susanato, y el gran motivo por el que Andalucía no levanta cabeza con esta lacra inmovilista.
 
Nos viene a la memoria la extinta FAFFE (Fundación Andaluza de Fondo de Formación y Empleo), unos mil quinientos ‘trabajadores’ que se integraron en el SAE mediante el escandaloso decreto, articulado después en ley, del ‘enchufismo’. Se denominó así a causa de haber integrado en la Administración a veinte mil empleados externos de la amalgama de fundaciones y empresas públicas de la Junta. En la FAFFE estabán contratados no pocos allegados y parientes de cargos de la PSOE. La misma Consejera de Hacienda, Montero, reconocía hace un año que esa avalancha de operarios suponían a las arcas públicas cien millones de euros.  Se encontraron con un problemón ya que al no ser funcionarios no podían asignarles tareas de índole burocrática, aunque ahí estaban los artistas cobrando salarios ‘mano sobre mano’, en expresión del portavoz de la Junta.
 
Lo anterior no supone más que la punta del iceberg de la ineptitud de una verdadera trama clientelar de ‘Agencias’, ‘Fundaciones’ o gabinetes pseudotecnocráticos que chupan sin rubor de los impuestos de todos, con los más variopintos nombres, IDEA, AMAYA, Agencia de Dependencia, etc, las cuales parece que sirven para impedir que la sociedad civil luche por salir del subdesarrollo, justificándose hasta con la pantomima propagandística del ‘apoyo a los desfavorecidos’, como los curas.
 
¿Quién no conoce a alguien que por iniciativa privada ha presentado un proyecto para no recibir respuesta? ¿Cuántas veces si alguien pretende desarrollar una iniciativa empresarial finalmente lo aburren con exigencias de ‘informes técnicos’ irresolubles que asfixian al emprendedor, y a la sociedad civil en su conjunto, perpetuando el mayor paro cronificado de todo el continente europeo? Ellos se reparten el bacalao de la financiación pública y de los fondos de cohesión que vienen de Europa en esa maraña de privilegiados, del obstruccionismo que impide todo progreso, como ciertas ONGs cuyos empleados devoran los recursos, y al final a los desgraciados que utilizan de pantalla no les llega más que para matarse el hambre a guantazos. Y no se nos ocurra a los plebeyos indagar en el uso de los presupuestos a los señoritos chupatintas allá en las inaccesibles oficinas de su Olimpo ‘burocrático’, español y mucho español.
 
Alrededor de ¡¡¡doscientas mil normas!!! aprobadas desde 1978, autonómicas y estatales, dan de sí para que al que ose moverse con una mínima iniciativa lo devore esa fosilizada castuza bochornosa. Mezquinos politicastros que ni ellos mismos se creen la no perversión monstruosa de este SISTEMA DE BARANDAS. ¡Tres mil cuatrocientos millones en fondos sin justificar! ¡Facturas en los cajones por valor de 718 millones €! ¡Una plantilla de casi veinte mil empleados, con 164 altos cargos, a los que abonan sueldos por valor de 798 millones €! ¡¡¡’Agencias’ y ‘empresas’ de la Junta con una deuda de 4.772 millones € y pérdidas de 350 millones!!! Las noticias de algunos medios, no desmentidas por la Junta, causan pavor. Con un E. español ‘arruinado para los próximos cincuenta años’ -según el Daily Express- con una deuda de más del 100% del PIB creciendo sin parar, ¿a quién sorprende que los catalanes anhelen independizarse cuanto antes?
 
Y encima, no se lo pierdan, tenemos que aguantar a gran número de esos hipócritas triperos de ‘buenrrollito’ y tratando de fingirse muy ‘de izquierdas’, con el buche lleno, algún pendientito, camisetita protesta y prendas de marca gore-tex. Saben que con una ‘oposición’ que entiende como ellos el ejercicio del poder como una situación, y no como una relación democrática con el ciudadano, nada va a cambiar. Por ello hacemos un llamamiento a la clase trabajadora, a todos los damnificados por esta gentuza de estómagos agradecidos, a que respondan con un boicot activo frente a ellos y cuantos se les asocien. ¡No dejad que se sigan riendo más de la inducida pauperización, de la miseria del Pueblo andaluz y los Países vecinos meridionales hermanos, por todos los infelices que han de exiliarse empujados por la precariedad atroz que generan, con su barbarie españolista azul o colorada!
 
No sólo debemos indignarnos sin más por estas tropelías de la partidocracia rastrera y cómplice, con su nefasta gestión que provoca muertes a diario, sin que se les ocurra bajarse el sueldo a la mitad para que puedan trabajar el doble de personas, empujadas ahora por ellos a la desesperación. Debemos combatir sin descanso, tregua ni cuartel este fascismo disfrazado de progre. Por la dignidad y la justicia. Por la Libertad.
 
No somos animales para ser despedazados en la orwelliana granja de unos pedantes cerdos despóticos, sino seres humanos… ¡Viva Andalucía Libre!
 
* Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza.

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