Ramón Pedregal Casanova •  Opinión •  23/11/2024

Elecciones megacapitalistas en EEUU, el buñuelo

Los supuestos resultados electorales de Estados Unidos son como un buñuelo, una “cosa mal hecha” tal y como define el diccionario al “buñuelo”, y yo diría algo más del buñuelo: es una pequeña masa para freír en la sartén, y caiga del lado que caiga cuando se ha frito, él mismo, se da la vuelta para freírse por el otro lado.

¿Trump es la cara del otro lado del buñuelo? Ahora le propagandea el interior del amasijo diciendo que es un hombre de negocios, negocios amasados para hacer bueñuelos como los siguientes: bloqueo a Cuba al que suma 243 medidas de asfixia, nombramiento de Narco Rubio que promete con la amasadura en la boca más y más del bloqueo criminal, debe recordarse que también es el autor del buñuelo Guaidó, fue el amasador de turno del complejo industrial de la matanza humana que se freía en Afganistán, así como lo ansiaba y parece que lo ansía en Irán, y no se olvide que es el criminal que se vanagloria de haber ordenado el asesinato del General Soleimani, y es el que firma el rompimiento de la legalidad internacional robando Jerusalén para poner su embajada y encubrir a su ladrón colonial, ese grandísimo buñuelo que fabricaron los regímenes imperiales europeos, otra de sus “cosas mal hechas” es lo que llamó los Acuerdos de Abraham, ¿y Pompeo, y Abrahams, …?, y la puesta de Cuba en su lista, es un triunfo de países alentadores de terrorismo, Yugoslavia, Libia, Irak, Palestina, Irán, Yemen, … resulta curioso que el terrorista autodeclarado con sus actos acuse a los demás, sí, su comportamiento es muy sionista, y se queda Venezuela, de la que dijo que debían haberla bombardeado y se habrían robado su petróleo, además de intentar golpes de Estado y magnicidio en la persona del Presidente Maduro.

Trump, un buñuelo, una “cosa mal hecha” que tiene su historia de elaborar “pequeñas masas para freír” que cayendo de un lado en la sartén ellas mismas se dan la vuelta, cuéntense sus quiebras empresariales, son numerosas, sus estafas, igualmente, sus impagos y cobros indebidos, el alquiler de su nombre para otros estafadores, ha llegado a reconocer que todas esos buñuelos le han hecho millonario. Aún se escuchan las declamaciones públicas de su bandido escogido para la presente ocasión, Narco Rubio, llamándole ladrón, estafador, criminal, … entre imperialistas, racistas, enemigos de los pueblos del mundo, sigue la fritura.

Las elecciones en EEUU son de puro consumo, no hay más que ver que cada poco tiempo cambian las caras de los vendedores de crecepelo, usar y tirar, chatarra, buñuelo, siempre representan el mismo producto final. Y ante el mundo se presenta ahora un Trump que dice no querer sobresaltos, en su campaña daba discursos hablando del final de las guerras, hablaba de la paz, hablaba de no dar más dólares para Ucrania, ¿cómo vemos sus palabras ante sus nombramientos de sionazis, los mayores guerreristas, los sanguinarios que han representado al buñuelo estado profundo, ese que dispone y ordena?

En éstas últimas hay un cambio, como el bueñuelo se ha frito de un lado, él mismo se ha dado la vuelta: las corporaciones que han movido a los actores representando el papel que les han asignado, ahora se sientan en los despachos. Los dueños ven que la situación necesita de su presencia, que si quieren dominar en la etapa próxima liberal, esa que llaman anarcoliberal, imperialismo sin regulaciones, dígase sin subterfugios: “ultraderechista”, grandísima “cosa mal hecha”, que se propone un Estado de su dominio tecnológico, con el señuelo, para las masas comedoras de amasijos, de la eliminación de gastos y procesos innecesarios. Vienen deshaciendo leyes que hablen de derechos de la mayoría, recortan, persiguen el objetivo que sienten que hay imponer, y priorizan leyes que garantizan al gran capital. Todo ello lo muestran con el celofán “eficacia y ahorro, libertad, nuevo orden”, ya se ha quemado el término “reinicio”. Tienen planificado s la destrucción el buñuelo siguiente, recuérdese que el dicciónario lo describe como “una cosa mal hecha”, bloqueos, guerras a modo tradicional, de destrucción masiva, guerras psicológicas, golpes, invasiones, presiones, censuras y grandes infecciones de simplonería olvidadiza del buñuelo anterior a Trump, tan en la línea de Goebbels.

Los juegos electorales del gran capital en EEUU no son para romper los lazos entre los charlatanes, el buñuelo se ha dado la vuelta porque ya estaba frito por la cara primera, ahora los traseros cambian de sillón. Lo que han presentado como novedoso los megacapitalistas es que alguno de ellos quiere dirigir públicamente, Trump le da la cuchara para mover los buñuelos a Elon Musk, ¿he dicho cuchara?, ¿cómo se me habrá ocurrido?, pues Mark Twain cuenta que cuando los imperialistas ingleses, con Chamberlain a la cabeza, decían que a los boerx que capturaban les daban “con la cuchara larga” querían decir que los mataban con la bayoneta, terrible, ¿verdad? ¿Matarán con bombas atómicas éstos dos, Trump y Elon Musk?, sin olvidar a Narco Rubio y demás tropa imperial, todos ponen como ejemplo y aplauden a esa “cosa mal hecha” que es Milei, odiador de Cuba y odiador de Venezuela, odiador, buñuelo como sionista criminal, del pueblo palestino.

Debe saberse que la tradición culinaria llama buñuelo a una pequeña masa para freír en la sartén, y cuando se ha hecho de un lado, él mismo se da la vuelta para freírse por el otro lado, como las elecciones entre megacapitalistas.


Opinión /