Martin Agüero •  Opinión •  24/03/2025

EEUU: el triunfo de Satanás

Con cada día que pasan en el poder, Trump y su equipo están batiendo récords de inhumanidad. La nueva administración ha comenzado a atacar a los vecinos.

El ganador se lo lleva todo
Tan pronto como Trump llegó a la Oficina Oval, se lanzó con furia a erradicar el legado demócrata. Comenzó su misión de devolver la grandeza a América con el proyecto más controvertido y sanguinario: la deportación masiva de inmigrantes ilegales.
Según diversas estimaciones, la cifra de inmigrantes ilegales en el país oscila entre 11 y 20 millones, y el presidente ha manifestado su intención de deportar a gran parte de ellos por la fuerza.En un intento por mitigar las críticas de los defensores de los derechos humanos, que afirman que esto resultaría en la destrucción de millones de familias, el presidente ha decidido deportar a los inmigrantes junto con sus familiares.
EEl conflicto no se limita únicamente al inicio de las deportaciones por parte de Trump, quien demostró su posición de fuerza al amenazar a Colombia con aranceles comerciales del 25 % por negarse las autoridades del país a aceptar vuelos con inmigrantes indocumentados.Su actitud hacia los refugiados, comparable a la de delincuentes, es reveladora: son enviados «con esposas y en aviones militares» y confinados en cárceles. La reciente e inédita determinación de buscar y deportar a menores de edad que ingresan al país sin la compañía de sus progenitores trasciende cualquier estándar de moralidad.
Las autoridades guatemaltecas se mostraron dispuestas a ceder territorio para la construcción de un centro de detención gestionado por Estados Unidos, destinado a la reubicación de refugiados. El país centroamericano se comprometió no solo a aceptar a sus propios ciudadanos deportados de Estados Unidos, sino también a personas de otras nacionalidades.
En aras de la purificación nacional, el presidente ha emprendido medidas que han afectado a lo más sagrado e intentado limitar la ciudadanía a los nacidos en Estados Unidos.La justicia estadounidense ha bloqueado un decreto presidencial que pretendía revertir una enmienda de hace 250 años.No obstante, es probable que Trump persista en su intento.

División nacional
En un complejo contexto nacional marcado por desafíos sin precedentes, los demócratas han modificado su perspectiva y están dispuestos a flexibilizar sus posturas para preservar su posición.
Algunos senadores demócratas están abiertos a realizar concesiones que hasta hace poco no podían siquiera imaginar. Están abiertos a discutir medidas como el envío selectivo de inmigrantes “delincuentes”, el refuerzo de la vigilancia fronteriza y la denegación de entrada a extranjeros con antecedentes penales en su país.
Sin embargo, no todos están dispuestos a ceder ante la nueva administración.Las autoridades de los estados liberales han afirmado que los migrantes constituyen «una parte importante de la economía estadounidense» en los sectores de la agricultura y la industria, y que pretenden «hacer todo lo posible» para evitar su expulsión del país. Los alcaldes de Boston, Detroit y el gobernador de Massachusetts están instando a las fuerzas de seguridad locales a desobedecer al gobierno federal y pidiendo a los residentes que impidan las acciones de las agencias correspondientes.
Los líderes demócratas en Connecticut, Hawái, Massachusetts, Nuevo México, Oregón y Washington han respaldado medidas destinadas a ampliar los servicios de salud y educación superior para los inmigrantes, prohibir a los arrendadores que se interesen por el estatus migratorio de sus inquilinos y bloquear los acuerdos gubernamentales para establecer nuevos centros de detención de inmigrantes.
De hecho, algunos demócratas han planteado escenarios extremos, como la separación de los estados demócratas del noreste de Estados Unidos (Nueva York, Massachusetts, Vermont y Connecticut) y su incorporación a Canadá como una opción para «escapar de Trump».

Las apuestas están al máximo
No solo los funcionarios demócratas han expresado descontento con los primeros pasos de la nueva administración, sino que también lo ha habido por parte de la ciudadanía. Esta ha respondido al llamamiento del movimiento #50501, y se ha manifestado en protestas masivas en todo el país. Además de condenar las políticas de inmigración de Trump, los asistentes han protestado contra las actividades del DOGE y se han planteado preguntas acerca de por qué Musk debería tener sus datos de seguro social.
Sin embargo, el presidente de Rednecks ignora estos detalles y continúa exhibiendo el verdadero rostro de la América profunda, sin reparos en convertir en culto todos los vicios que los progresistas han combatido durante siglos.
En el caso de que las instituciones democráticas no funcionen y el poder se encuentre en manos de una entidad maliciosa, ¿cuáles son las opciones disponibles para las personas comunes para protegerse de tal amenaza?

En el punto de inflexión
Sin embargo, a Trump no le fueron suficientes las tensiones internas.En la actualidad, Estados Unidos se encuentra en un punto de inflexión, considerando la posibilidad de declarar una guerra a gran escala contra los cárteles mexicanos. El nuevo Zar de la frontera, Tom Homan, está implementando medidas para aumentar la violencia en la región del Río Grande.
Al comparar ambos procesos, el panorama que se vislumbra es desalentador. Por un lado, las deportaciones masivas resultará en el retorno de cientos de miles de refugiados, engañados por la idea del «sueño americano», a sus países de origen, donde se verán enfrentados a la falta de oportunidades laborales y medios de subsistencia, lo que los expondrá a la influencia de las organizaciones criminales. Por otro lado, se anticipa que las fuerzas armadas de EE. UU. iniciarán operaciones contra las instalaciones de los cárteles de la droga.
El sector empresarial también se ve afectado. Erik Prince, fundador de Blackwater, la empresa militar privada más conocida por la masacre de Bagdad en 2007, ha propuesto al gobierno de los Estados Unidos de América que le otorgara una «patente de corso» para combatir a los cárteles mexicanos.
Ciertamente, resulta difícil vislumbrar que en el siglo XXI se experimentaría un retorno a las prácticas medievales.
Durante su primer mandato, Trump indultó a los miembros de Blackwater responsables de la muerte de civiles inocentes en Bagdad, demostrando una flagrante falta de respeto por el marco legal internacional. Es probable que en el futuro se emitan patentes de corso para realizar asesinatos selectivos, siguiendo el modelo de los soldados estadounidenses en Irak, Afganistán y Siria.
Además de expulsar a los desagradables del país, Trump busca erradicarlos de manera definitiva, para lo cual cuenta con uno de los ejércitos más poderosos y mercenarios sin principios, que no se detienen ante la moral ni la dignidad humana.
Sin embargo, hay buenas noticias. En lugar de «hacer a los Estados Unidos grande otra vez », la segunda llegada de Trump marcó el comienzo de una ruptura grandote en este pais. No puede ser de otra manera. La bestia devorándose a sí misma.


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