Soy comunista casi por intuición, pero también por dignidad y orgullo
Soy comunista casi por intuición, pero también por dignidad y orgullo.
No envidio a los multimillonarios, la mayoría han renunciado a su humanidad para hacerse ricos, o nunca la han tenido, en otros casos la falta de humanidad les viene con la herencia, sinceramente no me gustaría ser parte de ese club de seres clasistas sin empatía. Lo único que me gustaría es la tranquilidad de un futuro previsible y una vida digna en una sociedad donde la justicia social fuese ley y el salvajismo acaparador del capitalismo un delito de usura. Sé que la utopía es realizable.
Tengo conciencia de clase desde que tengo uso de razón, más por intuición que por educación, me he sentido siempre clase trabajadora de un modo natural, consciente de formar parte de los mayoritarios en todos los sentidos, de los que mueven realmente las ruedas de la historia, de los explotados, de los oprimidos, de los engañados.
Soy clase trabajadora orgullosa, me parece un motivo de orgullo poder vivir sin explotar a nadie, sin abusar de nadie, sin robar, sin pisar a los más débiles. Compartir trinchera con la buena gente que no necesita sentirse mejor que nadie, ni humillar a otros, para sentirse igual de importante que cualquier ser humano.
Me siento orgulloso de ser humilde con los humildes y orgulloso con los prepotentes, con los que piensan que tener más cosas, o más dinero los hace mejores, no comparto ese punto de vista, no creo que ni las sanguijuelas, las garrapatas, las pulgas, o los piojos, estén por encima del resto de las especies por vivir de chupar sangre ajena.
Envidio en todo caso a los que son felices con menos, a los que saben sonreír y disfrutar la vida a pesar de las mayores dificultades.
Lo que más valoro es la dignidad, porque no se puede comprar, no tiene precio, se tiene o no se tiene, se mantiene o se pierde, hace falta mucho valor para mantener la dignidad en tiempos donde los valores han perdido valor y lo material ha superado en valor a la vida.
Soy un inadaptado, no lo pongo en duda, pero no estoy muy seguro que estar bien adaptado a una sociedad tan enferma sea algo de lo que pudiese sentirme orgulloso.
Trato de ser un buen comunista, como dijo José Saramago «Ser comunista en el confuso siglo XXI es sencillamente una cuestión de honor frente a la historia».
En una ocasión, hace bastantes años hice mí propia definición de lo que significa para mí ser comunista.
«Un comunista es una persona que piensa que cualquier persona, por el hecho de haber nacido tiene derecho a una vida digna y a tener sus necesidades básicas cubiertas, es una persona que piensa que la economía tiene que estar al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de la economía, es una persona que piensa que tenemos que trabajar para vivir y no vivir para trabajar, es quien considera que la patria es la clase obrera y quién piensa que la solidaridad, la igualdad, la fraternidad, y la justicia social son los cimientos de un futuro socialista.»
La URSS primero, China después, demostraron que la economía socialista supera en pocas décadas a los países capitalistas, aún con más claridad en sanidad, educación, cultura, deportes, la superioridad de un sistema basado en la igualdad de oportunidades y la justicia social es abismal frente al capitalismo.
El comunismo a nivel social, económico y de superación de la pobreza y la desigualdad es muy superior al capitalismo, por eso los bloqueos, las sanciones, las mentiras, y el miedo de las oligarquías a una sociedad socialista que funcione sin agresiones, temen una revolución mundial que acabaría con sus privilegios.