«La batalla principal de la Reforma agraria en Cuba no fue la tierra, sino acabar con una mentalidad sumisa»
Mavis Dora Álvarez Licea, escritora y combatiente de la Revolución, dirigente durante años de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), nos narra cómo, muy joven, participó en la Reforma Agraria en Cuba, entregando títulos de tierra y llevando a los terratenientes la noticia de que, a partir de entonces, la tierra era para quien la trabajaba.
Rememora aquellos tiempos, cuando «salíamos a encontrar a aquellas familias campesinas explotadas, y decirles `se acabó la explotación, ahora la tierra es de ustedes´». Allí vio «los abusos, la crueldad, la miseria extrema, a personas que aún vivían en cuevas…»
Y vivió la contradicción de quienes justificaban, desde la ignorancia, por analfabetismo, su propia explotación por parte de los terratenientes. Y la dominación y sumisión a los hombres que era aceptada por no pocas mujeres, que se negaban a ser dueñas legales de las tierras. «En ese momento me di cuenta de todo lo que tenía que hacer la Revolución, no solo repartiendo tierras, sino cambiando las mentalidades».
Muchos años más tarde, Mavis Dora Álvarez Licea se dio cuenta de que el machismo también estaba en no pocos de sus compañeros dentro la Revolución, y fue tomando conciencia de la necesidad de una buena formación en temas de feminismo y género.
Nos habla también de su obra literaria, como el libro «La loca de las yagrumas y otras mujeres».
Equipo de grabación y fotografías en La Habana: José Manzaneda, Miguel Ángel Díaz Catalá, Patricia Moncada. Apoyo logístico: ICAP. Edición: Endika Alonso.