Discurso de rendición de cuentas de 18 meses de mi gobierno interino
Señor Presidente Trump y demás representantes del Senado Norteamericano.
Honorables integrantes del Grupo de Lima.
Excelentísimos gobernantes de países y Parlamentarios de la Unión Europea.
El 23 de enero de 2019, pasará a la historia de la humanidad, por ser la fecha en que por primera vez, un grupo de ciudadanos de un país libre e independiente, Venezuela, tuvo la valentía y el coraje necesarios para ponerse de rodillas, cabizbajos y sin ropaje alguno, ante una potencia extranjera, como último recurso constitucional para alcanzar la presidencia de la república. A ese respecto, debo señalar que por desinformación interesada o por la introducción de informaciones insidiosas, a partir de tan gloriosa fecha, mis enemigos políticos me tildan de autoproclamado, siendo la realidad de los hechos que la tal proclamación, más que una sugerencia, fue una afortunada exigencia del gobierno norteamericano, como reconocimiento a mi aquilatada carrera política, iniciada tan solo cuatro años antes, y como mecanismo eficiente para alcanzar la desestabilización política y económica de nuestro país. De tal modo, que cuando se cumplen los primeros 18 meses de mi gestión interina, debo comenzar expresando mi más profundo reconocimiento y admiración a los aquí presentes, en primer lugar, a usted presidente Trump y demás gobernantes y parlamentarios alrededor del mundo, que han seguido al pie de la letra, las instrucciones que al respecto les fueron dadas en su oportunidad, y sin lo cual no estaría ocupando hoy, la posición que ocupo.
Como todo hecho de relevancia histórica, mi mandato interino ha estado signado por grandes fracasos y algunos éxitos, de los cuales asumo parcialmente la responsabilidad, pues mi gestión como presidente interino tan solo representa el medio o vehículo necesario para ejecutar las políticas del gobierno norteamericano, cuya materialización no deja ser un complejo experimento de ensayo y error, pero cargado de buena fe y esperanzas, tal como ha sucedido en los experimentos previos de Cuba, Chile, Nicaragua, Vietnam, Afganistán, Iraq, Irán, Libia, Siria y Palestina, entro otros casos memorables.
Es así, como el primer mes de mi gestión, en cierta manera ha determinado lo ocurrido en los siguientes 17 meses, es decir, hasta nuestros días. Por una parte, el 23 de febrero de 2019, día en que se convalidaría ante la opinión pública internacional, el reconocimiento de la existencia de una profunda crisis humanitaria en Venezuela, tramite imprescindible de acuerdo a los experimentos antes citados, para concretar una intervención armada por los EEUU en nuestro país, vimos volar nuestras primeras esperanzas de libertad, como si de un avión de combate se tratara, pues el gobierno de Nicolás Maduro, en su condición de primer gobierno usurpador o de segundo gobierno interino, no se comió el cuento de la ayuda humanitaria que entraría a Venezuela desde Colombia e impidió el ingreso a nuestro país de más de 60 toneladas de productos alimenticios y medicinas, de las que por cierto, hasta el día de hoy, mi gobierno interino no sabe y quizás nadie sabe, cual fue el paradero o destino final de la tan cacareada ayuda humanitaria, en caso que hubiere existido. A ello hay que sumarle, que por razones ajenas a mi voluntad tampoco durante ese mes, se realizó al país, el llamado a una elección universal, directa y secreta del nuevo presidente constitucional, tal como lo ordena el artículo 233 de la Constitución Venezolana, proceso electoral éste que tampoco fue convocado y menos realizado en ninguno de los meses siguientes, todo lo cual ha incidido negativamente en el reconocimiento nacional e internacional de mi condición de presidente interino. Así me lo confirmó el Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, quien admitió que ellos habían errado al fundamentar constitucionalmente mi ascenso al poder, en los artículos 233, 333 y 350 del Texto Constitucional vigente en Venezuela. Me explicó Pompeo, porque en verdad yo no lo sabía, que por ninguna parte los artículos 333 y 350, contemplan la posibilidad de existencia de un presidente interino, y además que si bien el artículo 233, contempla la posibilidad que el Presidente de la Asamblea Nacional, ocupe temporalmente la presidencia de la República, lo es solo durante 30 días y mientras se celebran nuevas elecciones, única y exclusivamente cuando se hubiere producido la falta absoluta de un presidente electo, pero antes que éste tome posesión del cargo. Pero en el caso de Venezuela, ni usted señor presidente Trump, ni Pompeo supieron explicar cómo, ni cuando fue que se produjo la aludida falta absoluta, pues Nicolás Maduro venía de culminar su primer mandato como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y toma posesión de su segundo mandato el 10 de enero de 2019 y es 13 días después, que se me concede el privilegio de convertirme en presidente interino, cuando ya Nicolás Maduro había tomado posesión del cargo. Pero de cualquier manera que sea, además de presidente interino, también me convertí en el primer representante de los EEUU, como jamás había sucedido en ningún país del mundo, sin necesidad de ser embajador. Por tanto, no podría ser atribuida responsabilidad alguna a mi persona, en la errónea fundamentación jurídica del cargo que ostento, tanto más cuando Pompeó me confesó en grado 33, que debíamos proseguir como si ningún error se hubiere cometido, que nadie se daría cuenta que el aludido artículo 233 constitucional establece las únicas causales por las cuales puede concluirse que existe falta absoluta de un presidente electo: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional; el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato. De tal modo, que yo mismo no sé por cuál de esas causales el gobierno norteamericano determinó que existía una falta absoluta de Nicolás Maduro, pero en cualquier caso, aquí estamos y al mal tiempo, buena cara, pues en el camino se emparejan las cargas, tal como me recomendó Pompeo.
Por si fuera poco, ese nefasto primer mes de mi gobierno y justamente con motivo de mi viaje a Colombia, debido a la llegada de la ayuda humanitaria, pasé a territorio de ese país, con la colaboración de grandes amigos paramilitares y del narcotráfico, conocidos como Los Rastrojos, con quienes tuve la desangelada idea de dejar un mutuo y grato recuerdo fotográfico, más sin embargo, a partir de la recomendación de buena fe que me hiciera Álvaro Uribe, consistente en que los gringos no olvidan ni perdonan una ligereza, solicité a usted, señor Presidente Trump, que tales fotografías fueran desincorporadas de mi expediente funcionarial, sin que hasta ahora tenga respuesta favorable a tal pedimento, que en este solemne acto ratifico.
Ya con anterioridad a los referidos eventos, para ser exactos, el 5 de febrero de 2019, la Asamblea Nacional que también presidía en ese momento, en un análisis serio y prospectivo de la situación del país, decretó el “ESTATUTO QUE RIGE LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA PARA RESTABLECER LA VIGENCIA DE LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA”. Por dos razones fundamentales, el mencionado Estatuto no pudo ser aplicado para lograr una pronta, pacífica y efectiva transición democrática, destinada a convertirme en Presidente Constitucional de Venezuela. La primera razón fue que, para ese momento de dictarse el Estatuto -apenas dos semanas después de convertirme en, presidente interino de Venezuela- aún no me había ganado la confianza y admiración del gobierno norteamericano, y consiguientemente, intuyo yo, por tal razón no obtuve el suficiente apoyo de los EEUU para la aplicación pacifica del referido Estatuto, por la vía de la intervención militar. En segundo lugar, y debo admitir que nos dimos cuenta demasiado tarde, el indicado Estatuto no podía ser aplicado porque los EEUU me han encargado interinamente del Gobierno de un Estado, pero sin territorio donde gobernar. Es así que tenemos representantes diplomáticos en más de 40 países, pero en ninguno de éstos se nos permite gobernar, como tampoco se nos permite gobernar dentro del territorio de Venezuela, razón por la cual le propuse y usted lo recordará, señor Presidente Trump, que nos asignara el territorio de la Guyana Esequiva o incluso cualquier territorio de Palestina, pues estos son territorios sin dueños y sin territorio, no hay Estado, así tenga uno o más gobernantes interinos. Recuerdo clarito, que usted me dijo que aguantara la respiración, y que llegado el momento oportuno, nos asignaría un territorio, pero que no me metiera con la Guyana. Por tal razón me permito, con todo respeto, ratificar aquella solicitud, porque si sigo aguantando la respiración, voy a morir asfixiado, como accidentalmente asfixiado, murió el negrito George Floyd, que según usted mismo me ha dicho, murió cuando el policía que le puso la pierna en el cuello, trataba de impedir que se suicidara metiendo la cabeza debajo del neumático del carro, al lado del cual ocurrieron esos hechos tan lamentables para el policía y su familia.
Debo destacar que ante la imposibilidad de aplicación del antes referido Estatuto, tuvimos que esperar más de un año, hasta que el Senado norteamericano dictó la “LEY MARCO PARA LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA EN VENEZUELA”, posteriormente difundida el 31 de marzo del presente año, por el Departamento de Estado. Es por tanto ésta LEY MARCO, la que está vigente en Venezuela, por lo que urge la ayuda del gobierno norteamericano para su inmediata aplicación, al menos en lo que respecta a los siguientes aspectos allí contemplados: (i) Lograr el restablecimiento de los poderes de la Asamblea Nacional de mayoría opositora (lo cual no incluye a Parra y sus seguidores), la anulación de la medida de desacato impuesta por el Tribunal Supremo de Justicia, la liberación de todos los denominados “presos políticos”, y derogación de las ordenes de captura libradas contra diputados prófugos de la justicia venezolana, (ii) Disolución de la Asamblea Nacional Constituyente. A éste respecto debo aclarar, que los aspectos relacionados con nuevos procesos electorales y constitución del nuevo CNE, previstos en la LEY MARCO, deberían posponerse para el 2025, pues en la actualidad lo que se impone, tal como hemos venido haciendo hasta ahora, es seguir sosteniendo la tesis de la ilegitimidad de todos los poderes públicos de Venezuela, claro está, con la excepción de la Asamblea Nacional que yo presidía. Todo ello en aplicación de la Teoría del fruto del árbol envenenado, de la que no podemos apartarnos por nada del mundo y de cuya interpretación se deriva que si el TSJ del régimen, es ilegitimo, también será ilegitimo el CNE que recientemente ha designado.
Podría pensarse que los anteriores eventos, son constitutivos del fracaso de mi gobierno, pero no es exactamente así, pues son la cara opuesta de la moneda del éxito. De la moneda y del éxito, hare referencia de seguidas, al menos brevemente. Comenzaré por los éxitos indiscutibles y por tal razón, inolvidables.
Nuestras reiteradas solicitudes de intervención militar por los EEUU a Venezuela, en ningún momento fueron desestimadas por su gobierno, presidente Trump, aunque debo ratificar mi invariable posición al respecto, que más eficiente y rápido lo era la intervención armada directa. Sin embargo, mi gobierno interino ha facilitado y contribuido a hacer efectivas, la aplicación de las sanciones unilaterales impuestas a Venezuela, así como la aplicación de un muy reciente, reforzado y más acabado torrencial de guerra sicológica, diseñado a la justa medida de los venezolanos que aun apoyan al régimen. La expropiación de Citgo, Monómeros y otras empresas, además de recursos económicos y financieros de nuestro país en territorio norteamericano, así como la imposición de sanciones a países que colaboren con el actual régimen, no habrían tenido lugar sin la decidida participación de mi gobierno, por intermedio de mi persona y la de los embajadores que hemos acreditado en diferentes países. Se trata de un éxito compartido, que si bien ha generado todas las posibles y previstas manifestaciones de sufrimiento a los venezolanos, aún así, considero que constituye una vía suave, para el logro del objetivo final, que no es otro que el derrocamiento del actual régimen.
Como éxito compartido también debemos contabilizar, el cambio de residencia del insigne terrorista venezolano, Leopoldo López, ocurrido a finales de abril de 2019 en los alrededores del Distribuidor Altamira en Caracas, bajo la estrategia de un intento de golpe de estado, con el acompañamiento y supervisión de expertos norteamericanos. Ese evento, que debe llenar de orgullo a los Pueblos del mundo, permitió que por primera vez, un condenado a pena de prisión por delitos de asesinato de más de 40 personas y lesiones personales graves, de otras 200, fuera admitido como huésped honorario en una Embajada. Lamentablemente, en este evento no se pudo capitalizar las simpatías de la alta plana militar venezolana, pese a las cuantiosas cantidades de dólares ofrecidos, visas y nuevos puestos de trabajo en los EEUU. Ello, demuestra presidente Trump, y usted me va a perdonar, que no hay imperio blandengue, y si es blandengue, entonces no es imperio, pues hasta la saciedad, he manifestado que la solución está en la intervención armada directa, quirúrgica o no, como único camino hacia una transición auténticamente democrática. Felizmente y ante tanta insistencia de mi parte, los días 21 y 22 de Agosto de 2019, se celebró en la ciudad de Natal, en Brasil, la IX Conferencia de Defensa de América del Sur (SOUTHDEC-2019), liderada por el Jefe del Comando Sur de EEUU, camarada y amigo Almirante Craig Faller y con la asistencia de la representación de las máximas autoridades militares de 14 países de Sur América y el Caribe. Nosotros no teníamos funcionario militar activo a quien enviar, pero nos representó dignamente el señor Simonovis, quien es el jefe de Seguridad, Defensa e Inteligencia de mi gobierno interino . Durante éste evento, el referido compatriota Craig, se lució ante los indicados 14 subordinados, señalando que: “El foco militar del Comando Sur es planear el día después de Maduro. Nuestra prioridad es dar apoyo a los esfuerzos del Gobierno de Estados Unidos para presionar a Maduro, que son esfuerzos diseñados para facilitar una transición democrática en Venezuela”. Fue ese el primer paso, en la ruta que conduce a la intervención armada, y solo falta ahora, acometer las acciones en curso, que fueron encomendadas y que autorizamos al Almirante Craig, cuya flota naval se encuentra cada vez más cerca de Venezuela, aunque no está de más recordarle, que no es lo mismo cerca, que dentro de Venezuela.
En ejecución de ésta última línea de actuación, suscribimos con gran placer, en octubre de 2019, un contrato para el suministro de mano de obra mercenaria a Silvercorp, empresa de confianza de la Casa Blanca, que ejecutaría la operación Gedeón. Aunque la operación fracasó estrepitosamente, puso de relieve nuestra mutua voluntad de derrocar a Nicolás Maduro, tanto más cuando el actual régimen mantiene retenidos a dos mercenarios norteamericanos capturados y sometidos a juicio penal, y a quienes se obliga a cantar todos los días, a las 5 de la mañana, el Himno Nacional de Venezuela, en castellano y en ingles. Esa infamia, no puede quedar así. Debe ser vengada y vengada prontamente.
Tras el fracaso de la Operación Gedeón en la primera semana de mayo del presente año, siguió el fracaso de la estrategia de utilización de la Brigada de Fuerzas Especiales norteamericanas, cuyos integrantes con una acreditada experiencia en Iraq, completarían la misión que no pudo ejecutar Silvercorp, todo ello debido a la incompetencia manifiesta de Iván Duque, que según él, no sabía que no se podía autorizar el tránsito de fuerzas extranjeras en suelo colombiano, sin autorización del Senado de ese país. Por lo que respecta a mi gobierno, somos de la opinión que para que Duque haga algo bien o bueno, tendrá que volver a nacer, pese a que es a mí, a quien su gobierno, Presidente Trump, me tilda injustamente de ser más inútil que una corneta de avión, o al menos, eso es lo que sugiere John Bolton, en su reciente libro.
Ninguna duda cabe que el año 2020, en sus primeros seis meses ha sido un año de triunfos y será el año de la victoria. En efecto durante el presente año, y con el imprescindible aporte de nuestro gobierno interino, se concluyeron todos los tramites y se realizó la totalidad de las actividades destinadas a la exhumación de la OEA, además que mi gobierno ha suministrado desinteresadamente los ataúdes requeridos para el sepelio de Petrocaribe, la Celac y Unasur, que se dice fácil, pero no es poca cosa, aún cuando se trata de un triunfo compartido con el gobierno norteamericano. Ni hablar de la exitosa gestión venezolana, por ante el Banco de Inglaterra y en uno de los tribunales de ese país, para negar la entrega del oro al gobierno usurpador, aunque debo admitir, que también se trata de un éxito compartido con los EEUU, de los muchos que hemos tenido a lo largo de estos 18 meses.
Continuando con lo que ha sido la política internacional llevada por o que apoya mi gobierno, debo comenzar reconociendo que no recuerdo bien si fue Maquiavelo o fue usted, presidente Trump, quien una vez dijo: “desacredita y vencerás”. En cumplimiento de tal principio, la timida aseveración que Venezuela se había convertido en los últimos 20 años en un país terrorista y narco complaciente, que desde mi gobierno interino, hemos amplificado alrededor del mundo, ha sido magistralmente completada con la calificación dada por el Departamento de Justicia de los EEUU, a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Mikel Moreno y de una buena parte del alto mando militar, como verdaderos productores y traficantes de cocaína y al respecto debo reconocer que es digno de inscripción en la Capilla Sixtina, el ofrecimiento de una recompensa de 15 millones de dólares , para quien aporte información que conduzca a la captura de Maduro , de 10 millones, por la captura de Diosdado y tan solo 5 millones de dólares por la cabeza de Mikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia del régimen. Al respecto, señor presidente Trump, quisiera solicitarle muy respetuosamente, que en las campañas mediáticas que adelanta con éxito su gobierno, en relación al tráfico de drogas y lavado de capitales desde Venezuela, se haga expreso señalamiento que tal situación ninguna relación guarda con mi persona, ni con mi gobierno, pues de todos es conocido que yo no lavo, ni presto la batea, aunque en materia de capitales ajenos, reconozco tener una leve inclinación de apropiármelos, solo en los casos que se trate de grandes cantidades, con el mínimo riesgo. En éste mismo orden de ideas, y en virtud del principio universal de no injerencia en los asuntos internos de otros países, respetuosamente, mi gobierno solicita de su gobierno, iniciar de manera intensa e inmediata, la incorporación de Argentina y España, al grupo que hoy conforman México, Cuba y Nicaragua, por sus evidentes inclinaciones a fortalecer, no la ruta de la seda, sino la ruta de la droga. En efecto, salvo España, que no tarda en desconocer mí alta investidura, ninguno de los otros países me reconoce como presidente interino. De allí que no puede haber dudas, que tanto Argentina, como España, en el corto plazo confrontaran su gobierno, es decir, atentarán contra la seguridad nacional de los EEUU, razón por la cual y en previsión de las necesarias medidas de protección, urge la creación de una nueva ruta de trafico de drogas, que involucre al actual y potencial eje del mal, es decir, urge la creación de la pérfida, aunque inexistente, conexión del “Cartel Hispanoamérica”, conformado por el actual gobernante usurpador de Venezuela, y los de Argentina, España, Nicaragua, Cuba y Mexico. Como profilaxis, recomienda mi gobierno estar atentos a los resultados electorales que se produzcan en Bolivia, para la legitimación de su presidenta interina, la semi golpista Jeanine Añez, y muchísimo más atentos con el proceso electoral que mantiene entre las cuerdas al Paralitico de Nuestra Señora de Paris, que hoy gobierna en Ecuador. Si el panorama electoral en estos dos países, se oscurece antes de tiempo, por la influencia maligna de Rafael Correa y Evo Morales, entonces estamos dispuestos a apoyar cualquier tesis mediática para la creación, al igual que se ha hecho para Venezuela, del poderoso y peligroso “Cartel de los Movimientos Indígenas”, red ésta en la cual, Correa le compraba la hoja de coca a Evo, para luego procesarla y venderla, antes a los Kirchner y a Lula, y ahora a Fernández y también a López Obrador, quienes a su vez la introducían ilegalmente en EEUU y en Colombia. Solo espero que de tal estrategia, me sean respetados los créditos, que en otras oportunidades y en otras circunstancias me han sido menoscabados, con el cuento que no soy más torpe, porque Dios no es más grande.
Al comienzo de mi discurso, he señalado que tocaría también el tema de la moneda, pero no me refiero a la moneda de curso legal en Venezuela, que gracias al aporte del gobierno norteamericano, ha perdido su valor en más del 10.000%, en los últimos 5 años. Por tanto para hablar del tema monetario, debo comenzar agradeciendo el desprendimiento del gobierno norteamericano, al adjudicarme una buena parte, aunque no la totalidad, de las riquezas que se han expropiado a Venezuela en el exterior y principalmente en los EEUU. A diferencia de lo que sucede en cualquier país del mundo y por el simple hecho que no ejerzo el gobierno dentro del territorio venezolano, las referidas riquezas no han ingresado, ni ingresaran al Tesoro Nacional, sino al Botín Privado, especie de Tesoro Nacional Interino, del que soy su único administrador. Que me caiga el coronavirus, si doy un uso diferente, al que han sido destinadas tales riquezas. De hecho, al cumplirse los primeros 18 meses de mi gestión, ya han sido pagados 100 dólares a todos y cada uno de los médicos e integrantes del personal de laboratorios clínicos de este país, en centros de atención públicos y privados. En julio de 2021, haremos un pago de 50 dólares a todos los enfermeros y en julio de 2022, igual pago a los camilleros. Tal mecanismo se repetirá cíclicamente a los mismos beneficiarios, a partir del 2023, con un incremento del 10%.
Forma parte de nuestra política internacional, el más irrestricto apoyo al gobierno de EEUU, por lo que respecta a las sanciones que ha impuesto al gobierno Chino. A tal fin, nuestro gobierno interino ha ordenado, desde que se inició la cuarentena, el cierre de todos los restaurantes chinos del país, pudiendo solo preparar comida para llevar. Del mismo modo, apoyamos aunque parcialmente, las medidas sancionatorias que se han impuesto a China, con motivo de la introducción de las tecnologías 5G, de telefonía celular. Aclaramos que se trata de un apoyo parcial, porque aún no sabemos a ciencia cierta, si tales prohibiciones pudieren extenderse a que el gobierno que presido pudiere quedarse en algún momento sin coge, lo ajeno, lo cual es contrario a nuestros intereses.
Ratificamos igualmente, el indeclinable apoyo que por escrito ha dado nuestro gobierno interino, a las sanciones que EEUU ha impuesto a los integrantes y sus familias, de la Corte Penal Internacional. Ello porque resulta intolerable a la luz del derecho internacional, que los jueces sancionados pretendan investigar y mucho menos juzgar a valientes soldados norteamericanos, con motivo de la ejecución de misiones militares de las que resultaron muertos decenas de miles de ciudadanos civiles y violadas, 50 (que no tiene cuenta) niñas afganas e iraquíes. Los referidos e ilegítimos jueces de la Corte Penal Internacional, más que sancionados deberían ser sustituidos, al menos, interinamente, además que deberían ser obligados a seguir el ejemplo de nuestros jueces que integran el Tribunal Supremo de Justicia en el Exilio (TSJE), que en tan solo cinco años, durante su arduo trabajo en territorio norteamericano, ya han aplicado 11 multas a venezolanos sorprendidos votando basura en calles de mayami, además de haber bautizado a 37 niños, biznietos de cubanos, mal llamados gusaneros, e hijos y nietos de venezolanos prófugos de la Justicia venezolana, por supuestamente haberse robado unos pollos y bultos de casabe, en supermercados de Caracas.
Continuando con el tema monetario, debo ratificarle nuestra voluntad de no exigir al gobierno de EEUU, ni en el presente, ni en el futuro, contraprestación alguna por la entrega de nuestro petróleo, gas, oro, diamantes, coltán, tungsteno, ya descubiertos y cuantificados o que se descubran y cuantifiquen en el futuro, imprescindibles para que EEUU continúe siendo imperio a partir de la época post pandemia. Más que un pago, tales recursos que pasan a la plena propiedad del gobierno norteamericano, representan una humilde muestra de nuestra gratitud por la exitosa y gloriosa invasión a Venezuela, que permitirá, a no dudarlo, mi ascenso a presidente constitucional de este país. Por otra parte, y aunque reconozco que se trata de unas pocas monedas, y conociéndole como le conozco, que usted, presidente Trump, no es hombre que habla por la boca de la tapara, sino que cumple con su palabra empeñada, quiero recordarle que en relación a los 15 millones de dólares, ofrecidos por la captura de Nicolás Maduro, recuerdo clarito que fueron ofrecidos a cualquier persona que aportará información que condujera a su captura, y no a la captura misma, como en otros tiempos se hacía en su país. En virtud de ello y por cuando ese ciudadano goza de plena libertad, me permito en este acto, suministrar la información que facilitará su ubicación y captura: el tipo usa bigotes, de piel blanca, mide como 1,95 metros de estatura, pesa como 110 kilos, y vive al final de la avenida Urdaneta en Caracas, tan solo a dos cuadras del que era el propietario del oro que recibimos del banco de Inglaterra, es decir, vive a dos cuadras del Banco Central de Venezuela. Dado que con tal información no hay pérdida alguna, espero respetuosamente sea ordenada la correspondiente transferencia a las cuentas del Botín Privado, del gobierno que presido. Eso si, y para evitar sorpresas, contratiempos y malentendidos, es mi obligación aclararle o advertirle, que las personas que cuidan y protegen a Maduro, no viven con él, sino que viven en los alrededores de todas la ciudades del país, en zonas de altas pendientes, que cariñosamente aquí llamamos “cerros”. A los fines de su eliminación, tales personas son fácilmente identificables, pues los marines que ingresen a nuestro territorio tan solo tienen que hacerle una simple pregunta para reconocer a cualquiera de ellos: ¿Qué es lo que hay en Venezuela?. Si la respuesta es: bastantes montañas hay aquí, bastantes selvas hay aquí, bastantes mares hay aquí y bastantes cojones hay aquí, entonces esa persona es un protector de Maduro.
Para terminar, no queda sino ratificarle, presidente Trump, que compartimos y compartiremos con usted la agonía que hoy le mantiene más enredado que a unas mariposas siamesas y que no le dejará dormir durante las próximas 15 semanas que faltan para su reelección. Sin embargo, para el caso que no resulte usted reelecto, lo que sin lugar a dudas sucederá si no se realiza la intervención militar a nuestro país y como muestra de mi solidaridad y hermandad para con usted, entonces quedo en la ineludible obligación moral de abandonar mi mandato interino, el 5 de enero del próximo año, fecha en la que se instalará una nueva Asamblea Nacional en Venezuela. Y a ustedes gobernantes y parlamentarios de naciones amigas y leales, mi agradecimiento por tanto apoyo dado a crédito. Buenos días y muchas gracias.
NO PODEMOS ESPERAR QUE NUESTRA REVOLUCIÓN SEA PERFECTA; PARA HACERLA IRREVERSIBLE.