El enfrentamiento entre EE.UU y la UE. Nuevas oportunidades se abren
Declaración de la Coordinación de Núcleos Comunistas.
Para las organizaciones revolucionarias es importante analizar las líneas de tendencia que rigen el desarrollo de las crisis del capitalismo en su etapa imperialista y que la burguesía ha intentado resolver históricamente mediante la destrucción y la guerra. Pero, tan crucial o más, es identificar adecuadamente las contradicciones entre las clases dominantes, que se muestran de forma muy aguda en periodos de crisis, precisamente cuando el sistema no puede ocultar su incapacidad para resolver los problemas más acuciantes de las masas. En estos momentos de duras luchas internas, cuando el capital pierde toda máscara de legitimidad, es más fácil que las clases oprimidas comprendan con claridad la necesidad ineludible de la revolución.
Las contradicciones entre el imperialismo norteamericano y el imperialismo subordinado europeo (este último sometido económica y militarmente desde el final de la II Guerra Mundial), que se han ido bandeando mal que bien durante décadas, se muestran ahora con crudeza. Y lo hacen, cuando la UE, gobernada por una oligarquía que ha aplicado disciplinadamente las medidas dictadas por EE.UU, ve hundirse en un tiempo récord sus economías, ya afectadas gravemente por la crisis y cuando además, enfrenta una fractura política sin precedentes.
Desde el primer momento fue evidente que las políticas adoptadas “conjuntamente” por EE.UU y la UE, hacían de la economía norteamericana la gran beneficiaria de la voladura del Nord Stream y de las sanciones a Rusia. Washington ha aumentado en gran medida la venta a los países de la UE de gas licuado, peor y más caro que el ruso, y ha aprovechado la ruina de la industria europea por el encarecimiento de la energía para incentivar el traslado de sus fábricas a EE.UU.
El hundimiento económico de Europa, acelerado espectacularmente con el cierre de la economía en 2020 con el pretexto del Covid y que acabó con buena parte de la pequeña y mediana expresa, se ha intentado enmascarar recurriendo cada vez más a la Deuda pública. Con la excusa del Covid primero “para mejorar la sanidad pública”, del cambio climático y las políticas “verdes” después, y finalmente declarando que el envío masivo de armas y dinero a Ucrania para asegurar su victoria sobre Rusia era vital para la seguridad europea, se han destinado cantidades ingentes de dinero público a la gran banca, multinacionales y fondos de inversión.
La gran estafa que todo esto ha supuesto cada vez es más difícil de ocultar. La pandemia y todos los estados de alarma y emergencias, además de servir para llevar a cabo un gigantesco experimento de control social, permitieron unos niveles de corrupción escandalosos en las administraciones públicas. Mientras tanto, la sanidad pública, no sólo no han mejorado sino que se ha acelerado su desmantelamiento, a mayor gloria de la industria farmacéutica y la sanidad privada. Por su parte, la pequeña y mediana empresa industrial, agrícola o ganadera, no sólo no ha recibido apenas nada de los fondos europeos (dinero público) que, una vez más, se ha embolsado el gran capital, sino que las drásticas medidas del capitalismo “verde” les han dado el empujón definitivo a la ruina.
Las contradicciones, ahora las de clase, se agudizan. La caída en picado de las condiciones de vida de millones de personas arroja cifras espectaculares1 que ocultan el dolor y la desesperación de quienes no sólo se dejan la vida y la salud en el trabajo, sino que no pueden siquiera satisfacer sus necesidades básicas, la primera, la vivienda. El malestar social que, dadas su dimensiones, apenas se transforma en protesta, intenta ser aplastado con un desproporcionado aumento de la represión2 y la censura. Los mismos métodos de control absoluto de la información y de imposición del pensamiento único implantados con el Covid, han continuado su trabajo con la guerra de la OTAN contra Rusia.
Por otro lado, como los nichos de negocio son cada vez más escasos, a la intensificación de la explotación con el alargamiento de la edad de jubilación (cuando en las dos últimas décadas de la vida laboral se disparan los accidentes mortales de trabajo), se añade el robo de los planes de pensiones privados en los Convenios Marco de la mano de la patronal, la banca y CC.OO y UGT, amparados por el gobierno.
Y así pensaban seguir….
La continuación de la guerra “hasta el último ucraniano “ debía seguir sirviendo a la Comisión Europea y a sus gobiernos de pretexto ante sus pueblos para justificar, en aras de la “economía de guerra”, el aumento del ya desmesurado gasto militar. Hace pocos días se anunciaba el levantamiento de las reglas fiscales para permitir un endeudamiento sin precedentes, en torno a los 500.000 millones de euros. Por otra parte, la OTAN presionada por EE.UU, exige a Europa que asuma sus propios gastos militares y que cada país aumente sus presupuestos hasta el 5% del PIB.
El agonizante capitalismo europeo, que hace décadas se nutre del dinero público vía subvenciones y privatizaciones, ha colocado ahora prácticamente todos sus huevos en la cesta del gasto militar. “Reindustrializar España con la industria armamentística”, anuncia Robles, ministra de la guerra, a unos pueblos asolados por la desertificación industrial, agrícola y ganadera; pero sobre todo se lo ofrece a los grandes capitalistas – principalmente fondos de inversión de EE.UU – a los que este gobierno y los anteriores han vendido las empresas públicas de armamento y a los que riega generosamente con nuestro dinero.
Para dar una idea de las dimensiones actuales del presupuesto militar del gobierno PSOE-Sumar valgan estos datos referentes a 2025. Techo de Gasto Público: 195,353 millones de euros. Gasto militar total real: 60.000 millones, Pago de intereses de la Deuda: 36.000 millones que irán a parar a los bancos a los que “rescatamos” con 100.000 millones, de los que no han devuelto nada. Como puede verse, la suma de los intereses de la Deuda más el gasto militar equivale a más más de la mitad del Techo de Gasto Público.
La causa del desconcierto y del terror que recorre los despachos de la UE y los de los gobiernos reside en que la administración republicana, una vez hundida Europa, trata a sus vasallos como trastos inservibles, sin dejarles sentar siquiera en las negociaciones para el final de la guerra en Ucrania. Pero lo más grave para ellos es que les deja sin “la amenaza rusa” para justificar los gastos de guerra, que por otro lado es la única fuente de beneficios segura y el siniestro motor con el que pretenden mover la agonizante economía europea.
El grave problema que tiene ahora la oligarquía europea, y la gran debilidad que debemos aprovechar las organizaciones de clase, es que va a ser muy difícil convencer a una población que ve hundirse cada día más sus condiciones de vida de que su prioridad sea destinar cada vez más fondos públicos a la fabricación de armamento. La gente sólo acepta medidas brutales como fue el confinamiento o la prioridad absoluta del gasto militar, si previamente se la ha aterrorizado y se han silenciado o desacreditado las voces contrarias. Y ahora, aun contando con todo el control de los medios de comunicación y el enorme aparato represivo, el enfrentamiento con EE.UU. y el cambio de prioridades de la administración republicana, debilita significativamente el belicismo de la UE. Hoy por hoy, una guerra de la UE contra una Rusia que ha derrotado a la OTAN , más allá de las bravuconadas del grupo de Weimar3, del que forma parte el gobierno “progre” PSOE-Sumar, no tiene fundamente alguno. Máxime cuando tanto la UE como la OTAN están profundamente divididas.
La guerra seguirá estando en el horizonte del capitalismo en crisis y la clase obrera debe saberlo y prepararse para ello, pero el análisis concreto de la situación concreta, nos exige hoy actuar con toda la fuerza posible sobre el punto más débil del fantoche belicista, en la UE y en el Estado español.
La denuncia del gasto militar debe estar presente en las movilizaciones de la clase obrera y ocupar un lugar prioritario de la lucha antiimperialista, además de la exigencia de salir de la UE y de la OTAN, que cobra más sentido que nunca.
Hoy es más evidente que antes que el imperialismo europeo tiene los pies de barro y que “el capitalismo de rostro humano” del que presumía la UE, es un cadáver que sólo la coraza militar mantiene en pie. La tarea ahora es saber fortalecer a sus enterradores.
1 Casi cuatro millones de personas viven en situación de pobreza severa (hogares con ingresos inferiores a 611 euros/mes) y más de ¼ de la población española, casi 13 millones de personas, viven con menos de 840 euros/mes. Informe oficial de la Red Europea contra la Pobreza https://www.eapn.es/estadodepobreza/ARCHIVO/documentos/14_informe_AROPE_2024_avance_resultados.pdf
2 https://static1.ara.cat/ara/public/content/file/original/2025/0220/13/dqd-derecho-a-la-protesta-2024-pdf.pdf
3 https://www.ukrinform.es/rubric-polytics/3959539-declaracion-conjunta-de-weimar-en-paris-estamos-dispuestos-a-reforzar-el-apoyo-a-ucrania.html