Marcelo Soler Vicens •  Opinión •  25/07/2024

Venezuela: ¿Será reelegido el presidente Nicolás Maduro Moros?

Venezuela: ¿Será reelegido el presidente Nicolás Maduro Moros?

de no reconocimiento de los resultados o de presunto fraude, las tensiones del fin de campaña auguran una compleja noche el 28 de julio.

Son diez los candidatos de la contienda presidencial, respaldados oficialmente por treinta y ocho partidos políticos. Aunque aparezca en tercer lugar, Luis Martínez, de Acción Democrática (AD) quien se autodefine como socialdemócrata y ha recibido apoyo de cuatro partidos, entre ellos del histórico, COPEI, los candidatos de disputan la presidencia son solamente dos: Nicolás Maduro Moros y Edmundo González Urrutia.

¿Será reelegido el presidente Nicolás Maduro Moros?

Por un lado, el presidente saliente Nicolás Maduro Moros de la coalición Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB) busca la reelección. Una candidatura respaldada por trece (13) partidos políticos, entre ellos el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el Movimiento Somos Venezuela, el Partido Verde, Por la Democracia Social (Podemos) y varios otros.

Nicolás Maduro es el heredero del fallecido presidente Hugo Chávez. Chávez, líder de la llamada Revolución Bolivariana, fue electo presidente en 1998, luego del desplome de la clase política que gobernó Venezuela desde el “Pacto de Puntofijo” en 1958. Hugo Chávez estableció un nuevo Estado de Derecho progresista con la adopción ciudadana de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999. La propuesta autoproclamada del socialismo del siglo XXI, ha sobrevivido a numerosos intentos de las fuerzas de derecha y sus aliados internacionales, desde el fracasado intento de golpe de Estado de 2002. Ella conserva aún su carácter progresista y ejemplar a nivel latinoamericano.

Nicolás Maduro ganó las elecciones de abril de 2013, luego del deceso por cáncer de Hugo Chávez y se comprometió a seguir con la revolución bolivariana. Para estas elecciones, Maduro propone profundizar la experiencia Bolivariana. Presentó el Plan de la Patria con siete (7) transformaciones a realizar hacia 2030. El programa del GPPSB incluye, entre otras medidas, la diversificación económica; el perfeccionar la recuperación del estado de bienestar; asumir acciones para combatir la crisis climática; avanzar en la consolidación de la democracia directa con ética republicana; garantías de justicia, disfrute de los derechos humanos y defensa de la paz social y territorial; independencia plena y la inserción y liderazgo de Venezuela en la nueva configuración mundial, con la participación en los BRICS.

La reelección de Nicolás Maduro se ve favorecida por un modelo de participación social en comandos populares que asegura una base social clientelista sólida. Ella se expresó en la Consulta Popular Nacional 2024, de abril pasado, para la definición por los Consejos Comunales de 4,500 proyectos a realizar, con amplia participación social. Además, están los respaldos al presidente en los mítines electorales y por organizaciones sociales.

A ello se agrega un contexto de mejor desempeño de la economía venezolana. Por un lado, hay una caída notable de la inflación, que en marzo fue del 1,2% y que podría alcanzar niveles de hace treinta años, con un 32% anualizado. Por otro, los pronósticos de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que la economía Venezolana será la que tendrá, con 4,2%, el más alto crecimiento del PIB de todos los países de América latina. Expertos atribuyen a este contexto, el que la otrora golpista  Fedecámaras, que ahora guarda sus distancias con la PUD.

Por otro lado, hay un repunte de las exportaciones de petróleo y de diversificación de la economía venezolana el desarrollo, en nuevos sectores como la minería. Se destaca que, luego de años de boicot y sanciones, más del 80% de los alimentos de consumo interno se producen ahora en Venezuela. Lo cierto es que Venezuela se aleja de la situación catastrófica creada por las sanciones económicas y las acciones desestabilizadoras internas y externas. Una situación que permitía que las derechas latinoamericanas lla usaran como espantapájaros contra el progresismo en las campañas electorales de la región (ChilezuelaColombiazuela, entre otros).

Finalmente, las posibilidades de reelección de Nicolás Maduro son apoyadas por diversas encuestadoras que pronostican su victoria. un apoyo mayoritario para Nicolás Maduro: entre otras, Hinterlaces, pronostica 54,2% para Maduro y 24,1% para González Urrutia. International Consulting Services (ICS) estima en 71,6% el apoyo para Maduro y 23,9% para Edmundo González Urrutia; medios como Ámbito, otorga un respaldo entre 56 y 61,6% para Nicolás Maduro.

¿La Plataforma Unitaria Democrática derrotará esta vez al chavismo?

Es así como se mantiene la incertidumbre sobre una pretendida victoria de Edmundo González Urrutia, candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). La PUD es una coalición fue creada en abril de 2021 por Juan Guaidó, para participar en las elecciones de alcaldes y gobernadores. Su creación, pese la oposición insistiera en que esas elecciones no eran “elecciones justas ni convencionales”, confirmó la derrota de la vía confrontacional de la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Fue el fracaso de nueve años de aventuras desestabilizadoras y golpistas. Después de negociaciones entre el Gobierno Venezolano y la oposición, mediados por Noruega y bajo los ojos de Washington, la oposición regresó a la vía electoral. Un cambio de la estrategia dura del gobierno de Donald Trump, a una más negociada bajo Joe Biden, según Frances Robles en el NYT. Ello, a pesar de mantener la ruptura de relaciones diplomáticas de 2019 y reactivar las sanciones contra la nación caribeña.

La candidata designada por la PUD en 2023, luego de unas primarias organizadas por fuera de las reglas del Consejo Nacional Electoral (CNE), fue María Corina Machado Parisca. Perteneciente a la élite oligárquica María Corina Machado Parisca, de larga trayectoria antichavista, fue una de las 400 firmantes del “Decreto Carmona”, que pretendía legalizar el fallido intento de Golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002.

María Corina Machado Parisca participó activamente en la estrategia de cambio de régimen de Juan Guaidó y respaldada por el Gobierno de Estados Unidos de América (EUA), el Grupo de Lima y la Organización de Estados Americanos (OEA). En ese contexto asumió el rol de embajadora alterna de Panamá ante la OEA donde llamó a una intervención militar contra Venezuela. Ello le valió quedar inhabilitada por 15 años para ejercer cargos públicos por la Contraloría General en 2021. Una inhabilitación ratificada en enero de este año por el Tribunal Supremo de Justicia.

Ello explica que la PUD postule al ex diplomático Edmundo González Urrutia como candidato presidencial. González es respaldado por la MUD de Henrique Capriles, por el Movimiento por Venezuela (MPV) de Simón Calzadilla y Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales Guerrero. En los hechos, González es el sustituto de María Corina Machado Parisca de Vente Venezuela. Ella está en primer plano de la campaña dejando a Edmundo González en segundo plano.

Ella es considerada la verdadera líder de la oposición y es fervientemente apoyada por Gobiernos de derecha en América Latina y una campaña de medios de comunicación nacional e internacional, que aseguran que ella acabará el chavismo en Venezuela, si este acepta los resultados.

El plan de gobierno neoliberal “Tierra de Gracia” de María Corina Machado terminó encarnando un nuevo intento de destrucción del chavismo. Su proyecto político según la Voz de América es de: “enterrar el socialismo y formar una república liberal en Venezuela. Se trata de privatizar empresas públicas; de privatizar la industria petrolera (PDVSA) y reducir la carga pública y racionalizar el tamaño del Estado; de poner orden económico y solicitar financiamiento internacional. Un regreso a las políticas neoliberales de Carlos Andrés Pérez (1989-1993): Entre otros, según Bossi se inscribe en el libertarismo neoliberal de extrema derecha, en la línea del presidente argentino Javier Milei

Aunque la derecha venezolana decidió participar en las elecciones, no se compromete a reconocer los resultados. En efecto, tanto el candidato de la PUD, Edmundo González Urrutia, como el candidato disidente Enrique Márquez, de Centrados en la Gente, se negaron a comprometerse, como lo hicieran los otros ocho candidatos, incluido Nicolás Maduro, a reconocer el resultado de las elecciones organizadas por el CNE.

Incertidumbre sobre los resultados y el futuro de Venezuela

En este contexto, en vísperas de la elección presidencial, persiste la incertidumbre sobre los resultados y el futuro de Venezuela. No sería la primera vez que la oposición de derecha denuncia un fraude electoral. Diversas encuestas afirman la victoria de Edmundo González Urrutia desde Libertad Digital, hasta la Voz de América, entre otros. Otros medios, como pressenza, afirman que nada apunta a una victoria de la oposición en Venezuela, y denuncia que esas encuestas son dirigidas por antichavistas.

Sobre esa base, muchos, como RFIRTVECNNDeutsche WelleBBC News, ya dan por sentada la victoria de la oposición y la posibilidad de fraude de parte del Consejo Nacional Electoral (CNE). Bloomberg destaca que la oposición venezolana confía en los ciudadanos para proteger los votos. Al mismo tiempo, en caso de victoria de Nicolás Maduro aseveran que se trataría de un fraude.

En efecto, por un lado, la PUD niega comprometerse a reconocer los resultados, a pesar de que el CNE tiene probada eficacia y más de 630 veedores, entre ellos el estadounidense Centro Carter, fiscalizarán el escrutinio. Aunque se ponga en duda, el Gobierno de Nicolás Maduro se comprometió a reconocer los resultados.

Por otro, está la agresiva campaña de desprestigio de la experiencia bolivariana a pesar de la creciente estabilidad del proceso. Una cuestión que se inscribe no solo en el marco nacional, sino que en el contexto de la diabolización del progresismo venezolano como efecto disuasivo sobre otras experiencias latinoamericanas en un contexto de creciente multipolaridad mundial.

Parte de la campaña de la derecha fue la interpretación como amenaza de baño de sangre, de la frase de Nicolás Maduro para motivar la campaña del PSUV: “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito y la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.

Ello asustó al presidente brasileño Inácio Lula da Silva, que afirmó “Maduro tiene que aprender que cuando uno gana se queda, y cuando pierde se va y se prepara para otras elecciones”. Maduro respondió “sólo hice una reflexión, el que se asuste que tome una manzanilla”. Aclaró que no dice mentiras, se refería al caracazo, es lo que se vivió con el caracazo, la rebelión del pueblo venezolano, el 27 y 28 de febrero de 1989, contra las políticas neoliberales, el paquetazo acordado con el FMI por el gobierno de Carlos Andrés Pérez y la masacre con miles de muertos. Una alusión directa a las consecuencias de los planes neoliberales de la oposición y la necesidad de una victoria inapelable del chavismo el 28 de julio.

Existe enorme tensión por lo que ocurra la noche del 28 de julio. En un contexto de creciente tensión, la derecha venezolana y sus aliados internacionales, a pesar de sus intentos fallidos durante 25 años, se obstinan nuevamente en no acepar las reglas del Estado de Derecho de la República Bolivariana de Venezuela y persisten en imponer un cambio de régimen enterrando al chavismo. Ello incrementa la incertidumbre sobre los resultados de la elección y el futuro de Venezuela.

Fuente: https://comentariointernacional.com/2024/07/25/venezuela-sera-reelegido-el-presidente-nicolas-maduro-moros/


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