Rafael Fenoy Rico •  Opinión •  26/01/2023

Día escolar de la Justicia y por qué no de la Paz y la  no violencia

Como cada día 30 de enero en el hemisferio norte del planeta se celebra el Día Escolar de la Paz y La No Violencia (en el hemisferio sur se celebra 30 de marzo de 2023). Curiosa celebración porque nace de la iniciativa de un español, inspector de educación, Llorenç Vidal en 1964, asumida por la ONU en 1993. Lorenzo Vidal prestó servicio casi toda su vida profesional en Cádiz y muchos años en el Campo de Gibraltar. 

Rondando esta cita educativa anual, este 28 de enero de 2023, se descubrirá en Alcalá de Los Gazules una placa con el nuevo nombre de la “Escuela de Adultos”: SEP «MAESTRA INMACULADA ALMAGRO» maestra que ha venido prestando sus servicios y su vida para la educación de las personas mayores en esa localidad. Feliz coincidencia ya que la buena educación es el mejor antídoto contra la violencia. Una educación rebosante de valores y respeto por los derechos humanos, colmada de solidaridad y cooperación, es la garantía de un mundo donde los seres humanos se sientan hermanados y se instale definitivamente la justicia. Acudirán un buen número de docentes ese 28, para celebrar con ella este reconocimiento que posiblemente perdure mucho tiempo y pueda ser testimonio para las generaciones venideras que persigan formarse permanentemente a lo largo de toda su vida. 

Esta fecha es celebrada, en todos los centros educativos, desarrollando actividades con canciones, cuentacuentos, exposiciones, certámenes literarios, escenificaciones…, todo para hacer más visible la íntima relación de la educación con esa JUSTICIA, en mayúsculas, que es la única garante de la verdadera Paz y la no violencia. Muchas personas que se dedican a la docencia comparten pensamientos y sentimientos sobre esta conmemoración, un botón de muestra las reflexiones  de una maestra llamada Luisa que comparte con amigos y conocidos, que recoge estas palabras de Osvaldo Bayer, en su obra “Historia de las Utopías”, pues el día escolar de la Paz y la No Violencia permite: “Repensar la violencia, que no solo se manifiesta en la guerrilla y en la lucha armada, sino también en el silencio, en la desocupación, en el hambre y en la falta de educación y salud”. Sin embargo, no falta quien, también en este día y en entornos escolares, confunde cualquier anhelo de justicia con enarbolar una determinada bandera. Las banderas que unen a las gentes de un determinado pueblo, nunca deberían de separar a ese pueblo de otros pueblos o nacionalidades. Ya es tiempo de que la humanidad en su conjunto parafraseando a Miguel Hernández, vaya adjurando del “fantasma de estandartes” y encuentre “una bandera quimérica”. Una sola bandera, posiblemente la blanca total, la que ningún símbolo contiene, la que durante siglos ha servido y sigue sirviendo para pedir la Paz. Una, que todas las personas de cualquier continente reconocen como que quienes la portan no pretender ejercer violencia alguna. Un estandarte albo, que anuncie el triunfo definitivo de la justicia, fundamento de la paz. Porque el 30 de enero hay que pensar también en las raíces de la violencia. Sólo erradicando esas malas raíces nunca florecerán los venenos de la codicia, la avaricia, que siembran de muerte, esclavitud e injusticias por doquier. Este 2023 especialmente relevante la violencia contra las mujeres y que sin duda estará jalonado de citas reivindicativas, las más próxima el 8 de marzo. 

La ciencia médica ha evolucionado desde el tratamiento de los síntomas, el paliar los efectos nocivos de la enfermedad, hasta la búsqueda de las causas para erradicarlas. En este 30 de enero día escolar de la Paz y la no violencia, conocer las causas de tanta violencia se convierte en una urgencia para permitir a toda la comunidad educativa, no sólo al alumnado, identificar los aspectos cercanos a sus vidas de tanta desazón, de tanto comportamiento violento, para de esta forma poder formular las acciones que hagan posible erradicar esas causas. Los centros educativos precisan de estabilidad docente para que puedan hacer seguimientos de situaciones de violencia (física o estructural) que padecen determinado alumnado y sus familias,  que gestionen ayudas sociales a determinadas familias, que bien se conocen directamente. También los centros precisan de personal de trabajo social y Atal (Aulas Temporales de Atención Lingüística) que promuevan la integración de cualquier alumnado con deprivación cultural o social… Concluyendo, otro día, este más señalado, para la reivindicación de lo necesario.  Sólo de esta forma, a lo largo de un año, quienes protagonizan la celebración reconocerán, en la nueva cita anual, que algo se ha avanzado y que la vida de quienes les rodean  es algo más llevadera, algo más justa, más pacífica. Si se visita la web de UNICEF, dedicada a este día, saltan a la vista estas palabras: “No hay camino para la paz: la paz es el camino».  Mahatma Ghandi.


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