Gana la militancia, pierden los dinosaurios
El PSOE, su cúpula, lleva muchos años alejado de sus afiliados y de la ciudadanía en general, ha renunciado a sus verdaderos orígenes,haciendo o defendiendo políticas socioliberales de derechas, en contra de las trabajadoras y trabajadores y de los servicios públicos que están siendo masacrados. Esto ha producido el alejamiento y la pérdida de votos de mucha gente de la calle, que no reconoce a estos dirigentes como garantes de sus derechos básicos irrenunciables.
Hoy 22 de mayo, en la calle Ferraz empieza a vislumbrarse un pequeño rayo de luz, después del terremoto político que ha provocado la militancia del PSOE. Pero a pesar de todo, va a hacer falta mucho hilo para remendar este roto, y un bisturí muy fino para sanear aquello que se pueda salvar, deben detener la gangrena que hace ocho meses provocó el golpe de estado a Sánchez; todo indica que ha habido tanta “sangre” en el camino, que es complicado transfundirle un soplo de esperanza para el futuro inmediato. El partido que fundó Pablo Iglesias Posse está muy malito, si quiere sobrevivir debe volver a sus raíces de partido de izquierdas, donde la coherencia, la credibilidad perdida y la apertura a la sociedad son fármacos fundamentales para curar al enfermo. Pero a lo mejor es mucho pedir, y los dinosaurios perdedores (Susana Díaz, Page, Puig, Lambán, Vara, Fernández, Bono, Guerra, Felipe González,…), unos dirigentes que no merecen la sufrida militancia socialista de izquierdas, siguen con sus orejeras, poniendo palos en las ruedas y no facilitando, con sus posturas de talibanes, un próximo Congreso Federal que pueda iniciar la refundación de este histórico partido. Ha quedado demostrado, tras las primarias socialistas, que Susana Díaz y el rancio aparato del PSOE no conocen a su afiliación y algunos como Emiliano García Page, que ligó su futuro al de la lideresa trianera, debería irse de forma inmediata a la cola del paro.
El nuevo liderazgo de Sánchez debe ser para refundar un partido que pasa por sus peores momentos. Muchos sabemos que el problema del PSOE es el propio PSOE, una formación política que han deformado sus gerifaltes nacionales y locales de toda la vida, amarrados al sillón y a la fontanería.
Las heridas están muy abiertas, la desconfianza entre unos y otros se ha hecho pública en los últimos meses. La guerra fraticida no se paró en la noche del domingo, no se vislumbra una tregua necesaria. ¡Una auténtica pena! Pero a pesar de todo, puede encontrarse una leve luz al final de este túnel. Si el PSOE, dirigido por Pedro Sánchez, no quiere ser un partido residual en los próximos años, debe apostar por una profunda regeneración interna y abrirse a proyectos de unidad con formaciones de izquierdas, sumando fuerzas para desterrar la corrupción de nuestras instituciones, dado que la urgencia democrática manda.
Ya va siendo hora que desde el PSOE se implementen programas e iniciativas que den respuesta a las necesidades de la mayoría de la clase trabajadora, dejando atrás a las vacas sagradas y a unos dinosaurios que han perdido totalmente el norte, por el bien de una gran mayoría de españoles y españolas. ¿Pedimos un imposible?
Sánchez, necesita mucho liderazgo colectivo, trabajo codo a codo con su afiliación y simpatizantes. Esa complicidad es imprescindible, bajando a la realidad y a los problemas del pueblo, aplicando otras políticas sociales y económicas en beneficio de los más necesitados. Pero si siguen los vigías de siempre en las atalayas de las puertas giratorias, en Fuensalida, en la Casa Perona o en vicepresidencias de la Diputación Provincial de Albacete, haciendo de las suyas, será el fatídico presagio de una “muerte” casi anunciada.
Tampoco podemos olvidar que la crisis europea de la socialdemocracia también está llamando a la puerta del PSOE, el maremoto que ha ahogado a los socialistas italianos, griegos, holandeses, franceses, etc, está llegando a nuestro país; quedan pocos salvavidas, los flotadores son escasos, ¿será Pedro Sánchez, la última oportunidad? ¿Habrá que hacer el boca a boca con las verdaderas raíces socialistas para no perder a este histórico partido?
¡Amanecerá y veremos!