André Abeledo Fernández •  Opinión •  26/05/2020

Comparar fascismo y comunismo es como comparar la enfermedad con la vacuna.

Quienes comparan el NAZISMO alemán, o el FASCISMO italiano, o el FALANGISMO español con el comunismo, o los defensores del derecho a la autodeterminación de los pueblos, o de otro modelo de Estado; se equivoca, normalmente intencionadamente.
 
El FASCISMO o FALANGISMO en España significó un genocidio ideológico y de clase, fueron asesinados y torturados hombres, mujeres y niños como castigo por atreverse a pensar y por cuestionar los privilegios de la oligarquía.
 
La República sufrió un golpe de Estado traidor y cobarde que se convirtió en Guerra Civil ante la resistencia del pueblo y recibió la necesaria ayuda del NAZISMO alemán y el FASCISMO italiano para poder vencer dicha resistencia.
 
En Europa el NAZISMO hizo además un genocidio racial, junto al genocidio ideológico y devastó Europa en la II Guerra Mundial.
 
Aquella persona que piensa diferente y defiende su postura, con argumentos que podemos compartir o no, ese no es un Fascista, el fascismo no utiliza argumentos porque no los tiene, su argumento es la mentira, la fuerza y la violencia.
 
Comunismo y fascismo son antagónicos, irreconciliables. Fue el comunismo, fue la URSS quien venció al fascismo y salvo al mundo en la segunda guerra mundial. 
 
El comunismo es una ideología basada en la recuperación de los medios de producción, la energía y los sectores estratégicos para ponerlos en manos y al servicio de la clase trabajadora. Para evitar así la explotación y la acumulación de riqueza llevada a cabo por la oligarquía minoritaria.
 
Un comunista es una persona que piensa que cualquier persona, por el hecho de haber nacido, tiene derecho a una vida digna y a tener sus necesidades básicas cubiertas. Es una persona que piensa que la economía tiene que estar al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de la economía. 
 
Es una persona que piensa que tenemos que trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Es quien considera que la patria es la clase obrera y quién piensa que la solidaridad, la igualdad, la fraternidad, y la justicia social son los cimientos de un futuro socialista.
 
El capitalismo mata, de hambre, en guerras de expolio de recursos, asesina a pueblos y pobres, esclaviza a millones de hombres, mujeres y niños. Pero curiosamente sigue siendo el genocida más respetado de la historia.
 
En el capitalismo el ser humano está al servicio de la economía y la vida no vale nada.
 
El NAZISMO se basaba, y se basa, en una supuesta supremacía racial y en la necesidad de un «espacio vital» para Alemania que les permitiese robar los recursos a otros países a la vez que los esclavizaba mediante guerras de conquista.
 
El NAZISMO empezó matando a su propio pueblo, por tener un retraso mental, por ser homosexual, gitano o judío…o por ser comunista. Es una teoría del odio, la superioridad racial y el abuso a todo aquel que consideraban inferior.
 
El Comunismo venció al NAZISMO y al fascismo en la II GUERRA MUNDIAL, mientras en el frente Oriental Alemania era aplastada por el Ejército Rojo a pesar de tener allí a unas 200 divisiones y los mejores hombres y armamento, en el frente Occidental mantenía unas 20 divisiones.
 
¿Qué quiero decir con esto?
 
Primero que fue la URSS la que,  en la práctica,  venció a Alemania y quien llevo el mayor peso de la guerra, sufriendo además el mayor castigo.
 
Y segundo, ¿cómo se puede comparar y poner al mismo nivel dos ideologías contrapuestas y enemigas que buscan modelos de sociedad que defienden los interese de clases enfrentadas?.
 
El comunismo es una ideología que defiende los intereses clase trabajadora y el Nazismo o el Fascismo son ideologías que funcionan como simples perros de guerra del capitalismo en tiempos de crisis sistémica o de despertar de los pueblos.
 
En la actualidad durante la pandemia y preparando la pospandemia las oligarquías azuzan a su perro fascista sin preocuparse de la pérdida de vidas humanas que puede suponer un repunte del COVID-19.

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