Leonel Falcón Guerra y Rolando Vaccari Ortiz •  Opinión •  26/07/2019

Manifiesto de Caracas y Foro de São Paulo

Manifiesto de Caracas y Foro de São Paulo

Todos los pueblos del planeta tienen claramente identificado al vector causante de los grandes problemas de la humanidad: el imperialismo estadounidense en pleno afán por mantener la supremacía total, lo que incrementa su presupuesto militar, como advierte el Manifiesto de Caracas presentado a esta vigésimo quinta edición del Foro de São Paulo que tiene lugar en Caracas bajo el lema:

Por la paz, la soberanía y la prosperidad de los pueblos: ¡Unidad, lucha, batalla y victoria!

En América Latina y el Caribe los pueblos nos enfrentamos al imperialismo utilizando todas las formas de lucha, con la finalidad de contener el avance de sus planes de dominación, acciones guerreristas, neocolonización y control de áreas ricas en materias primas e hidrocarburos, junto con rutas estratégicas de comercio. Desde el golpe de Estado y el sabotaje petrolero de 2002 y 2003 contra el Presidente Hugo Chávez en Venezuela y luego con el derrocamiento del legítimo gobierno de Honduras en 2009, Washington aplica una estrategia siniestra para revertir los procesos de cambio en diversos países hermanos, y al mismo tiempo para afianzar a Colombia como plataforma de bases militares yanquis, garantizando el apoyo logístico del narcotráfico y la corrupción. No existirían los carteles de Medellín, de Cali, de Sinaloa, ni el primer lugar de consumo de estupefacientes en los estados Unidos si no fuera por la protección de la DEA, la CIA, el FBI y el Departamento de Estado yanqui.

Es de todo conocido que a las grandes corporaciones y sus élites corruptas preocupa el desafío antiimperialista y su perspectiva antisistema en Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, lo que motiva la virulenta agresión que soportan. Este plan macabro proclama que todas las opciones están sobre la mesa, incluyendo la invasión militar y la designación de regímenes títeres de Washington. El caso del mequetrefe Juan Guaidó y el ridículo Grupo de Lima avalado por el secretario general de la OEA Luis Almagro constituyen la parte anecdótica, pero las intenciones de Trump y sus secuaces son realmente lúgubres.

Por la paz, la soberanía y la prosperidad de los pueblos: ¡Unidad, lucha, batalla y victoria!

Contra Venezuela se ejecuta un plan de guerra que pretende consolidar y ampliar una estrategia dirigida a ejercer el control total de la Amazonía y el arco energético andino. La imposición del proyecto yanqui es imprescindible para la reconquista del sur, que implicó el golpe de Estado contra Dilma Rousseff en Brasil, la política lesiva a los intereses nacionales en Argentina vía el régimen de Mauricio Macri, la suspensión de Venezuela del Mercosur, el confinamiento en prisión de Lula da Silva, la captura del gobierno del Ecuador con el renegado Lenin Moreno, el sesgo represivo contra los agricultores de las regiones Arequipa y Moquegua que luchan contra la voracidad de la Southern Peru Copper Corporation, el retorno del uribismo a la Casa de Nariño en Colombia y la aplicación contra Cuba del tercer capítulo de la antihumana Ley Helms-Burton, que desde los años 90 del siglo xx presume de su orientación genocida.

El diseño hemisférico yanqui requiere sepultar la utopía bolivariana. Este es el objetivo expresado por el tarugo Elliot Abrams ante el Senado de Estados Unidos este año 2019. Como se recuerda, con el afianzamiento de la Revolución Bolivariana se fortalecieron los movimientos sociales y partidos de izquierda en el continente. Al mismo tiempo surgieron mecanismos de integración regional (Alba-Tcp, Petrocaribe, Unasur, Celac y Telesur), hacia la unidad de los pueblos y freno a la criminal política exterior de Estados Unidos. La trascendencia de la patria de Bolívar se deriva de su ejemplo de dignidad, indeclinable postura antiimperialista y, por supuesto, los yacimientos de hidrocarburos de mayor volumen del planeta.

En un nuevo intento por deslegitimar el proceso revolucionario y justificar nuevas agresiones, los Estados Unidos posicionan la supuesta violación de los derechos humanos por parte del Estado venezolano. En ese sentido, la conversa Michelle Bachelet salió súbitamente del closet para presentar como suyo un desequilibrado informe que deja la mesa servida para juzgar a altos funcionarios venezolanos ante la Corte Penal Internacional e incluso la posibilidad de implementar la fuerza militar contra el país del Libertador Simón Bolívar.

En otras palabras, desde la derecha se desconocen a las instituciones democráticas de Venezuela, se pretende socavar la independencia de la Nación y por consiguiente, se pide que el gobierno de los Estados Unidos con tropas mercenarias invada a la patria de Simón Bolívar y Hugo Chávez, para convertir a Venezuela en una neocolonia e implantar una dictadura de corte fascista como la hubo en Chile entre 1973 y 1990 con el carnicero sin freno y compulsivo saqueador de fondos públicos Augusto Pinochet, a quien Mefistófeles debe estar asando a fuego lento por toda la eternidad, por asesino y ladrón.

Por la paz, la soberanía y la prosperidad de los pueblos: ¡Unidad, lucha, batalla y victoria!

A criterio de los partidos políticos de la delegación de Venezuela ante la arremetida imperialista yanqui, se impone repensar el Foro de Sao Paulo, redimensionar su enfoque estratégico, adecuarlo a los nuevos desafíos y relanzar sus planteamientos recogiendo la diversidad de anhelos, propuestas y luchas que inspiran su accionar”, dice textualmente el Manifiesto de Caracas.

Desde esta perspectiva, siendo consecuentes con su carácter unitario, se hace necesaria la defensa de la Revolución Bolivariana y de los gobiernos antiimperialistas de la región: Cuba, Nicaragua y Bolivia, así como el acompañamiento de las luchas que libran la clase trabajadora, los partidos políticos y los movimientos sociales que expresen en su accionar los principios y programa antiimperialista, y formular una agenda de acción común fundada en las legítimas demandas de nuestros pueblos y sus organizaciones, con los siguientes objetivos estratégicos:

1. Impulsar una nueva correlación de fuerzas en el continente, capaz de conformar un bloque político que preserve los espacios de poder conquistados y derrote la política del imperialismo en América Latina y el Caribe.

2. Elaborar y poner en marcha un plan de lucha común a escala continental, articulado entre los partidos progresistas, revolucionarios y en general, de izquierda y los movimientos sociales, que tengan como eje las luchas reivindicativas, políticas y culturales de los pueblos, y la solidaridad con la Revolución Bolivariana y con todas las fuerzas en lucha a nivel continental y mundial.

3. Construir consenso en relación a la necesidad de preservar la paz en el continente, tal y como lo decidieron los jefes de Estado en la Cumbre de la CELAC 2014 realizada en La Habana, el rechazo a la presencia de bases militares de la OTAN.

4. Promover el socialismo como la alternativa de los pueblos ante la crisis general del capitalismo.

5. Diseñar un plan orientado a obtener victorias político-electorales en los diversos países de Nuestra América.

6. Ante la arremetida del imperialismo y el uso de la violencia reaccionaria en contra de las conquistas populares y de la clase trabajadora en la región latinoamericana y caribeña, reivindicamos el derecho de los pueblos al empleo de todas las formas de lucha de masas en la defensa de los gobiernos antiimperialistas, su soberanía e integridad territorial.

7. Promover mecanismos de solidaridad y complementariedad que reimpulsen alternativas de integración regional mediante el intercambio en materia económico-productiva entre los partidos políticos y movimientos sociales del Foro de São Paulo, en articulación con los gobiernos progresistas que coincidan con los objetivos que nos planteamos, para lo cual se propone la creación de una comisión permanente de carácter económico y financiero, con sede en Caracas y reuniones trimestrales durante el presente año 2019 y el 2020.

8. Impulsar la conformación de diversas formas organizativas que promuevan y articulen la solidaridad con Venezuela y con todas las luchas desarrolladas por los pueblos, sus organizaciones políticas y sociales, y gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe.

9. Apoyar solidariamente el panafricanismo como mecanismo de lucha contra el imperialismo, el neoliberalismo y como precursor de un mundo pluripolar.

10. Promover la constitución de un movimiento indígena continental que asuma un enfoque antiimperialista y levante las banderas contra el neocolonialismo.

Por la paz, la soberanía y la prosperidad de los pueblos: ¡Unidad, lucha, batalla y victoria!

 

Lima, 24 de julio del 2019


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