Europa Laica •  Opinión •  26/08/2024

Europa Laica: Es aberrante, Afganistán prohíbe hablar alto a las mujeres por «razones» religiosas

Europa Laica: Es aberrante, Afganistán prohíbe hablar alto a las mujeres por «razones» religiosas

El Emirato Islámico de Afganistán ha promulgado una ley «para la propagación de la virtud y la prevención del vicio» que prohíbe a los hombres ponerse corbata, peinarse y llevar la barba más corta que un puño, acciones que define como contrarias a la ley islámica.
Estas son imposiciones tan caprichosas como todas las que se basan en la religión para determinar conductas. Son injustas y humillantes, pero podríamos considerarlas bagatelas si las comparamos con lo que la misma ley prescribe para las mujeres: además de ocultar rostro y cuerpo, como ya era habitual, ahora se prohíbe el sonido público de su voz; no podrán cantar, recitar, hablar en alto, ni hacerlo delante de micrófonos. Tampoco podrán desplazarse en un vehículo si no van acompañadas de un tutor legal masculino.
Tanto el islam como el cristianismo discriminan a las mujeres frente a los hombres, y les ofrecen un trato muy desigual. Esto basta para considerarlos contrarios a los derechos humanos.
La defensa de los derechos de la ciudadanía ha impedido en muchos países que se repitan las manifestaciones más bárbaras del celo religioso: por aquí ya no se quema vivo a nadie por decir que la Tierra es redonda o por bañarse en sábado. Afganistán no es el único país donde las barbaridades continúan, pero ha añadido una que no hubiéramos podido imaginar. Prohibir a las mujeres hablar en público supone una agresión extrema que de ninguna manera puede considerarse un asunto interno de un país. Ningún Gobierno puede excluir a la mitad de la población de los derechos humanos, e invocar principios religiosos para ello no cambia la situación. Y si alguno lo hace, el resto del mundo no puede observarlo impasible.
Europa Laica recuerda la necesidad de que las leyes sean independientes de la moral religiosa, así como la importancia del estado laico (que contrapone al teocrático), y denuncia la nueva ley afgana llamando a la oposición internacional frente a la misma.


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