Las Islas Malvinas: su importancia estratégica y geopolítica en el siglo XXI
Las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, son un grupo de archipiélagos ubicados sobre la plataforma continental de Argentina, ubicados a 346 Km de la isla de Los Estados, en la provincia de Tierra del Fuego y a 12.686 Km del Reino Unido, su importancia estratégica en el panorama global del siglo XXI es considerable, pues representan un enclave estratégico con implicaciones geopolíticas, económicas y militares.
El control de las islas permite tener el dominio sobre el importante tráfico marítimo que conecta el Atlántico con el Pacifico a través de pasos bioceánicos como el estrecho de Magallanes, los canales de Beagle y Drake.
Además, las islas son un punto de proyección hacia la Antártida, la cual contiene alrededor del 80% del agua dulce el mundo, el cual es actualmente un recurso vital, así como biodiversidad, hidrocarburos, minerales y otros recursos. Desde el punto de vista económico, las islas son ricas en reservas pesqueras, hidrocarburíferas, minerales y metales.
El atlántico sur es el último refugio de un imperio británico que viene en decadencia, pues a lo largo de su historia, los ingleses han considerado el mar como un territorio a conquistar, por lo cual el control de los mares y de enclaves estratégicos fueron los pilares de su expansión colonialista.
Todo comenzó el 3 de enero de 1.833 cuando el Reino Unido, atropellando la integridad territorial Argentina, ocupó de manera ilegal las islas y expulsó las autoridades que se encontraban allí, desde esa época, la Argentina ha protestado continuamente la ocupación británica, exigiendo la recuperación de su legítima soberanía sobre dichos territorios.
A pesar de las diversas resoluciones de las Naciones Unidas, comenzando con la 1.514(XV), de fecha 14 de diciembre de 1.960, siguiendo con la 2.065(XX), de fecha 16 de diciembre de 1.965, la 3160(XXVII), de 1.971 y muchas otras (cerca de 40) relacionadas con el tema, y que de otra parte, La República Argentina cuenta con el firme respaldo de los países de América Latina, La Organización de Estados Americanos (OEA), el G77 más China y otros foros multilaterales, el Reino Unido, apoyado por la OTAN, ha hecho oídos sordos a todas estas determinaciones detalladas en las resoluciones antes mencionadas.
Las razones para la mencionada actitud del imperio son diversas:
Al momento de ser usurpadas las islas Malvinas eran decisivas para la extracción de recursos naturales y para el control del estrecho de Magallanes. Hoy, la importancia geopolítica de las islas se mantiene intacta: la pesca es la principal fuente de ingresos de los isleños, gracias a las ilegítimas licencias de explotación pesquera que otorga el Reino Unido a grandes empresas extranjeras.
La plataforma continental circundante a las islas Malvinas es rica en minerales que se emplean como insumo para las industrias.
Los británicos exploran la zona en busca de potenciales reservas de hidrocarburos desde la década de los 70s del siglo pasado. Diversos informes estiman que alrededor de las islas hay cuencas con grandes reservas de petróleo y gas natural; Lo peor es que el Reino Unido ha venido licitando su exploración a empresas que no podrían hacerse responsables ante cualquier desastre ecológico por no tener respaldo para reparar los daños que eventualmente puedan ocasionar al indiscutiblemente frágil sistema ecológico de las islas. En resumen, están depredando los recursos naturales pertenecientes a los argentinos, llevando a cabo labores de pesca y extracción de minerales sin algún tipo de control ambiental, lo cual puede provocar un verdadero caos ecológico en cualquier momento.
Esta exploración y la depredación de la fauna ictícola han sido denunciadas en múltiples ocasiones por el estado argentino. Junto con las islas Georgias del sur, Sándwich del sur y los espacios marítimos circundantes en todo este conjunto de archipiélagos, las islas Malvinas son para los británicos el camino a la Antártida, que es, como lo mencionamos antes, la mayor reserva de agua dulce del mundo, pues representan cerca del 80% toda el agua dulce mundial; por todo esto, no extraña pues que el Reino Unido, que se encuentra a muchos miles de kilómetros de distancia, reclame soberanía sobre estos territorios.
De otra parte, y muy importante para la OTAN, es el tema militar:
Ubicada por debajo del paralelo 50 grados sur, Monte Agradable es la principal base militar británica, está localizado a 45 Km al sur de Puerto Argentino, incluye una base naval (Mare Harbour), una base aérea y una base de lanzamiento de misiles, además de un gran centro de comunicaciones y monitoreo. Es el centro militar más importante de toda América Latina, integrado al dispositivo de seguridad global montado por la OTAN, poniendo en evidencia su importancia estratégica, tanto para los ingleses, como para sus aliados, pues les permiten ejercer tareas de control y monitoreo en el área circundante, como el estrecho de magallanes.
En este complejo militar están ubicados 2.500 militares y 400 civiles, formando parte del llamado “collar de perlas”, el cual incluye las bases militares de Santa Helena, Ascensión y Tristán da Cunha, las cuales, además de la Diego García en el océano Indico, conforman el trípode de control militar de la doble confluencia bioceánica Indico-Atlántico y Océano Pacífico, garantizando así un alcance global por parte de la OTAN a todo el hemisferio sur.
Por todo lo anterior, las Malvinas se pueden considerar un enclave militar, constituyendo una de las zonas más militarizadas del mundo, en relación a población civil. La base de Monte Agradable (Mount Pleasant), les cuesta a los ingleses más de 60 millones de libras anuales mantenerla. Además, les otorga proyección aeronaval en todo el Atlántico Sur, permitiendo controlar todo el tráfico civil y militar que navegue o sobrevuele la zona desde un centro de apoyo militar de rápido despliegue.
Entre los medios navales desplegados en las islas Malvinas figura el destructor tipo 45 HMS Dauntless, uno de los barcos más poderosos de la flota británica, además de un conjunto de buques de patrullaje, cañones de artillería de 105 milímetros, misiles crucero Tomahawk y sistemas integrados de misiles y radares Rappier FSC/Dagger. De otra parte, cuentan con cuatro aviones Eurofighter Typhoon, que es el caza bombardero más moderno del mundo (sólo los ejércitos de Alemania, Italia, España y Austria cuentan con este tipo de aeronaves). Por otro lado, poseen dos pistas de aterrizaje, de 2.590 metros y 1.525 metros (en Argentina, la única pista que tiene el Aeroparque Jorge Newbery es de 2.100 metros), y pueden operar allí más de 80 aviones de combate de manera simultánea.
En 2012, el Reino Unido llegó a enviar a las islas el submarino nuclear HMS Talent con la finalidad de patrullar las aguas y mantener vigilancia. Este aspecto del armamento nuclear es otro de los puntos importantes del poderío bélico de Malvinas, dado que la base cuenta con capacidad para despliegue de este tipo de armamento y estos elementos pueden jugar un papel estratégico en eventuales enfrentamientos mundiales.
El Brexit fue una estrategia de la Corona para recuperar grados de soberanía y cambiar sus puntos de apoyo geopolíticos, un golpe al globalismo en la City de Londres y una movida para retomar el control de su proyecto productivo, para lo cual consideró primordial el tema de las Malvinas.
El gobierno de Macri, en busca de inversiones para impulsar su plan económico, veía el Brexit como una oportunidad de establecer mayores relaciones comerciales con el reino Unido, dejando en segundo plano la cuestión de la soberanía sobre las islas Malvinas. Además, buscaba participar en negocios conjuntos, especialmente en las industrias pesquera e hidrocarburífera. Sin embargo, surgieron tensiones dentro de su coalición de gobierno en relación a los alineamientos internacionales, revelando cómo la disputa global de proyectos estratégicos se refleja a nivel interno. Es evidente que los alineamientos y apoyos internacionales que pretendía Macri tuvieron un resultado tan desastroso como su gobierno.
Es realmente un anacronismo que en pleno siglo XXI se sigan manteniendo colonias, aunque La Argentina denuncie de manera permanente ante las Naciones Unidas y en múltiples foros los ejercicios militares británicos en las islas Malvinas.
La sola presencia de esta base militar, constituye una permanente exhibición de fuerza belicista en una región de paz: América del Sur.
La cuestión de las Malvinas no se limita solo a un problema entre Argentina y el Reino Unido, sino que trasciende hacia las relaciones globales de poder. Esta disputa tiene implicaciones para los proyectos estratégicos y los esquemas de poder que están en juego en la configuración del orden mundial en la actualidad. En la era de la globalización financiera y la emergencia de proyectos alternativos, se superan las nociones de potencias y se observa la limitación de un enfoque estatal. El Estado-Nación se desarticula en favor de un Estado Global sin barreras nacionales. Estamos en una transición histórica donde los bloques económicos superan las fronteras. Estas ideas son útiles para entender la disputa por la soberanía de las islas Malvinas en el contexto geoestratégico actual.
La actual militarización británica del Atlántico Sur es la continuación de la agresión colonial que el Reino Unido ejerce desde el siglo XIX, para América Latina y el Caribe, en cambio, esta es una zona de paz.