La lucha contra el COVID-19 es responsabilidad de todos
Yo respeto la cuarentena por respeto a mí mismo, a mí familia, a la gente que quiero y a la sociedad en la que vivo.
Lo hago como ciudadano, como padre, como hijo, como persona que tiene la obligación ética y moral de actuar con la máxima disciplina, con el mayor sentido común, para vencer a esta pandemia.
No se trata solo de mí persona, no esta en juego solo mí salud, estamos luchando como sociedad contra el COVID-19, para salvar vidas, para salvar nuestro presente y el futuro de nuestros hijos.
Por ese motivo quiero mostrar públicamente todo mí desprecio hacia quienes no respetan a nadie, ni a nada.
Mí repulsa a los irresponsables, o más bien a los degenerados, que nos ponen a todos en peligro, incluso a sus familias.
Esos personajes merecen que les demos su justo valor, no valen nada.
Como puede ser que no sintamos el sufrimiento ajeno, que existan personas que no son capaces de empatizar con las familias que pierden a un ser querido, con los sanitarios que luchan por salvar vidas, con los conciudadanos que se esfuerzan por superar esta crisis sanitaria y económica.
No entiendo que clase de ser humano no es capaz de entender que esta es una batalla común, una guerra de todos y no solo del gobierno.
No debería ser necesario vigilar a nadie, ni sancionar, ni multar. Porque todos deberíamos estar compartiendo trinchera y esforzándonos por el interés general.
Pues efectivamente existen personas que dan vergüenza ajena.
Todo mí desprecio para los que no cierran filas contra el coronavirus, ya sean ciudadanos de a pie irresponsables, políticos carroñeros o periodistas mamporreros de la ultraderecha, que tratan de aprovecharse del sufrimiento y del luto de todo un pueblo por sus enfermos y sus muertos.