Ilka Oliva Corado •  Opinión •  27/07/2016

El racismo de Trump que nos refleja como humanidad

El discurso de aceptación de Trump en la Convención Republicana fue todo un ultraje a la paz y la democracia, fue en sí un llamado a la violencia y a la continuidad de políticas racistas e injerencistas. 

 

 

 

Al comienzo de la carrera por la presidencia muchos lo tacharon de loco como desprestigio, no, los locos son otra cosa, Trump es la ejemplificación del  pensamiento ultraconservador que rige los cimientos de este país: a su sociedad y su sistema.  Trump lo único que he hecho es decir en voz alta lo que la mayoría en esta sociedad habla atrás de las puertas. 

 

 

 

No voy a decir, “los republicanos” porque los demócratas son idénticos solo que lo manejan por el lado camaleónico y utilizan  la doble moral a su conveniencia, los republicanos van directo a la yugular y  escupen en la cara, mientras que los demócratas dan la mano en un gesto de conciliación y en las mismas  pegan la puñalada por la espalda. Podríamos hacer un repaso por la política externa en tiempo de gobernantes demócratas y veremos la injerencia, el terror y muerte que ha dejado a su paso. El ejemplo más reciente: Obama que no tiene nada que envidiarle a los Bush. 

 

 

 

El que hoy Trump sea el candidato oficial del Partido Republicano es responsabilidad absoluta de la mediatización que lo puso ahí, como contragolpe a Hillary Clinton (invisibilizando a Sanders en todo momento) los medios de comunicación jugaron en todo momento del lado de Trump, públicamente,  pero estratégicamente del lado de Clinton. Sabían que tocando la yugular del Ku klux klan lograrían la reacción en masa que beneficiara a Clinton. 

 

 

 

 

Desde los inicios sabían muy bien  que el objetivo era crear un monstruo que evidenciara el racismo y xenofobia de la sociedad estadounidense y para eso tenían que darle el mayor eco posible a los discursos segregacionistas de Trump. ¿La finalidad? Despertar el temor lo más temprano posible para que las masas vieran en Hillary Clinton la única salida. Y lo peor es que lo lograron. Lo que le espera al mundo con una presidenta como ella. Porque muchos ciudadanos darán su voto a Clinton, no porque los represente pero como castigo hacia Trump.  De una u otra manera el sistema tiene a las masas donde las quería.

 

 

 

Cualquiera así a ojo de buen cubero dirá que es mejor Clinton que Trump, cuidado,  que Clinton representa al capital no es ninguna pera en dulce. 

 

 

 

Vendrá entonces  en la Convención Demócrata con un discurso conciliador y bajado de tono, perfectamente bien estructurado para pegar fuerte en las mentes de los aún indecisos y fortalecer a sus seguidores y así asegurar el voto. Su mejor estrategia es hacerse pasar como feminista y mujer de valores morales: en una sociedad de doble moral eso es  el tiro de gracia. 

 

 

 

Trump expresó con claridad su odio hacia los inmigrantes indocumentados que al referirse a la frontera sur del país, habla de los latinoamericanos, quiere hacer un muro, ¿qué dice de la injerencia de su país en Latinoamérica que es la causante principal de la migración forzada? Si su país dejara la injerencia la migración forzada no existiera. ¿Por qué no promete con el mismo ahínco que su país dejará de invadir países y asesinar multitudes en su política externa? 

 

 

 

No es sorpresa que la Patrulla Fronteriza apoye a Trump, pues es xenófoba. No sorprende que ningún indocumentado quiera denunciar lo que sucede en la frontera, pues nunca será escuchado y al contrario será encarcelado y deportado. Es el sistema completo contra la inmigración indocumentada; desde la Patrulla Fronteriza, pasando por quien toma la denuncia y el juez que la desestima y  ordena cárcel para el “terrorista”. Porque en Estados Unidos es tan terrorista un indocumentado por el hecho de no tener papeles y un musulmán solo por su religión o país de nacimiento.  Cuando todos sabemos quiénes son los verdaderos terroristas y el capital que los crea y los mantiene. 

 

 

 

Existe una película extraordinaria que es la mejor producción que se  ha podido hacer en este país referente al sistema y la migración indocumentada, se llama, “Machete”. Parece sarcasmo pero evidencia en absoluto lo que hace este sistema con los indocumentados en todos los niveles, desde que pasan la línea fronteriza. Ahí se ve a gente de la política, muy poderosa,  disparando a indocumentados en las cacerías nocturnas. Cosas  ya comunes  que realizan actores de Hollywood como Steven Seagal  que con metralleta en mano es cazador de inmigrantes en la frontera. ¿Qué dice la sociedad de esto, los religiosos, los demócratas? Ni pío. 

 

 

 

El problema nunca ha sido  Trump porque cualquier candidato presidencial tiene el derecho a su ideología y a la libre expresión del pensamiento,  aquí el cuestionamiento es hacia la parte de la sociedad que lo apoya: en ella hay maestros, doctores, ingenieros, padres de familia, deportistas. Un vecino cualquiera, un comensal cualquiera en cualquier restaurante, cualquier artista, en cualquier lugar pulula la xenofobia y el racismo. ¿Qué es lo que tenemos que decirles a ellos que no son personajes públicos? ¿Qué es lo que este país tiene que cuestionarse como sociedad? Un padre racista cría hijos racistas, una comunidad racista tiene residentes racistas, un maestro racista educa alumnos racistas y así, y así…,  a excepciones pero son tan pocas y no estoy estereotipando. 

 

 

 

¿Por qué son tantos los seguidores de Trump que lo vitorean cada  vez que habla de emparejarse con Israel y los países aliados para acabar con Siria, Palestina y el mundo musulmán? Que habla desde una superioridad blanca caucásica vid del Ku klux klan y el fascismo al mejor estilo hitleriano. 

 

 

 

 ¿Por qué son tantos los afro descendientes y latinos los que lo apoyan? Bastedad de asiáticos. ¿Se les olvidó lo de Hiroshima? Esos latinos que niegan su raíz, su sangre, su herencia milenaria, latinos que odian Latinoamérica. Negros que viven y actúan bajo el estándar del hombre blanco anglosajón, que no se reconocen desde su identidad africana, ¿se les olvidó la esclavitud a la que fueron sometidos sus ancestros? ¿Desconocen las muertes de negros en manos de policías blancos caucásicos en crímenes de odio racial? ¿Se les olvidó la lucha por los Derechos Civiles  y sus tantos mártires? 

 

 

 

Esos negros tienen hijos negros que son discriminados en escuelas de blancos, ¿y apoyan un candidato como Trump? Y estos negros discriminan a la comunidad afro porque se creen superiores. Igual con los latinos, se creen anglos porque tienen documentos o porque nacieron aquí, pero ni naciendo aquí se les borrará del gen su herencia milenaria latinoamericana. Así resulten traidores como Cruz y  Rubio. 

 

 

 

Y como pieza importante para cualquier estudio sociocultural que se quiera hacer de este país, hay que tomar en cuenta que esta sociedad está conformada por inmigrantes de todas partes del mundo. Que tienen hijos  aquí de herencia asiática, latinoamericana, europea y africana. 

 

 

 

No podemos lapidar a la sociedad estadunidense basándonos en estereotipos de colores y similares porque ella tiene tanto de nosotros. Entonces queda preguntarnos, ¿nosotros en nuestros países de origen qué tan racistas y xenófobos somos? ¿Cuántos pronunciamos también discursos de odio racial como los de Trump? ¿Cuántos somos homofóbicos, clasistas, racistas, misóginos y patriarcales? ¿Fanáticos religiosos? 

 

 

 

¿Cuántos en nuestro países de origen hemos dado nuestro voto a personajes  dantescos como Trump? Que manejan las mismas políticas contra su propia gente. ¿Cuántos hemos dando nuestro voto por  estructuras neoliberales como las que ofrece Clinton? ¿Cuántos por nuestro color de piel, grado de escolaridad o estatus social hemos discriminado a otros? Si ahondamos un poquito más las respuestas nos van a sorprender. Veremos que somos tan o peor que el discurso de odio que promulgan Trump y sus seguidores.

 

 

 

 No olvidemos que todo lo que sucede en Estados Unidos, por ser potencia mundial es el reflejo  inmediato de lo que nosotros somos como humanidad.  Cada vez que pensemos en el discurso de odio de Trump que nos sirva para auto analizarnos y cuestionarnos de nuestro papel en la sociedad y si nuestra doble moral da para continuar con el mismo discurso solapado en la conciliación y valores patriarcales  como el que maneja Hillary Clinton desde su falso feminismo. 

 

 

 Audio: https://soundcloud.com/ilka-oliva-corado/el-racismo-de-trump-que-nos-refleja-como-humanidad

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/07/22/el-racismo-de-trump-que-nos-refleja-como-humanidad/

 

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com


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