¿Cómo doblegar a Ucrania?
Es lamentable, pero mientras Ucrania siga siendo asesorada, recibiendo armas o entrenamiento militar por parte de potencias extranjeras, difícilmente veremos a Ucrania sentarse a negociar y a aceptar las condiciones de Rusia. Y lo que es peor, todo lo anterior significa en los hechos prolongar lamentablemente el presente conflicto.
El significativo apoyo político-económico-militar de Estados Unidos y aliados (países OTAN o de la Unión Europea) hacen que el gobierno de Ucrania se comporte con mucha arrogancia. Y Rusia debería sentarse no con un gobierno «fuerte» e influenciable por las potencias mencionadas, sino con un gobierno derrotado con la cabeza en el suelo. Pero ¿cómo lograr aquello?
Todos sabemos que el concepto de «Operación Militar Especial» (OME) se debe a que desde el principio Rusia ha tenido un especial cuidado en no dañar a los civiles y su infraestructura. Pero el concepto puede acomodarse bien en el caso de que Ucrania no pudiera contar con el actual y significativo apoyo de las potencias extranjeras, cosa que no está ocurriendo. Por lo que el concepto (OME) debería ser modificado y acomodarse a las actuales circunstancias. Es incómodo, comunicacionalmente hablando, seguir utilizando un concepto que no está encajando en el actual desarrollo del conflicto. Y Rusia debe aumentar significativamente la presión sobre el enemigo, si desea cumplir con sus objetivos. ¿»Que puedan aumentar significativamente las bajas civiles»? Por supuesto… ¡¡¡Pero eso ya es responsabilidad de la dirigencia ucraniana!!! Ellos desde el principio pudieron hacer las cosas más fáciles, pero lejos de facilitarlas únicamente han puesto las cosas más difíciles (para Rusia). Y si se ponen las cosas más difíciles, obviamente habría que responder acorde a las dificultades presentadas.
Hay algo también que Rusia debería resolver, y pronto. ¿Cómo es posible que en medio del actual conflicto el enemigo se pueda dar el lujo de hacer un «tour comunicacional» ante los congresos o cámaras de representantes de Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea o países de la Unión Europea? ¿Cómo es posible que el enemigo se pueda dar el lujo de invitar a altos representantes del Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea, para «pasearse» por las calles de Kiev, Ucrania? ¿Cómo es posible que el enemigo se pueda dar el lujo de atacar instalaciones en territorio ruso (Belgorod, ¿Bryansk?…)? ¿Cómo es posible que el enemigo pueda imponer su «verdad» ante el «mundo» con respecto a los tristes acontecimientos ocurridos en Bucha o la estación de trenes en Kramatorsk? ¿Cómo es posible que el enemigo se pueda dar el lujo de poner condiciones en las negociaciones con Rusia, y Rusia no pueda poner condiciones respecto a tener un enemigo que sigue recibiendo armas por parte de potencias extranjeras? ¿Cómo es posible que Rusia se siente a negociar con un enemigo que hasta el día de hoy sigue recibiendo armas (primero armas defensivas tales como misiles anti-tanques o misiles anti-aéreos y ahora empiece descaradamente a recibir armas pesadas como obuses, tanques, helicópteros, MLRS, buques de guerra, aviones de combate) de las partes más interesadas en que Ucrania pase a pertenecer a territorio de la OTAN? ¿Cómo es posible que un comediante sin formación militar le esté creando dificultades a Rusia? Todo lo anterior únicamente habla de la debilidad de Rusia y su mal utilización del concepto OME en las circunstancias actuales.
Ucrania (su gobierno) goza actualmente de mucho espacio de maniobra. Si Rusia desea conseguir sus objetivos, primeramente debiera ajustar su fuerza frente a las condiciones actuales con las cuales se enfrenta. Ese ajuste podría coincidir con la eliminación física de elementos que representen significativamente la toma de decisiones en Ucrania o que representen significativamente un puente comunicacional hacia Estados Unidos y aliados. Lo anterior significa poner fin a cualquier negociación con el enemigo.
Romper el puente comunicacional que mantiene Ucrania con Occidente es fundamental para frenar el acelerado envío de armas a las fuerzas ucranianas. Y eso significa en la práctica descabezar al actual gobierno ucraniano. No romper el puente, significaría dejar seguir inflando las posibilidades reales de llegar a utilizar armas nucleares tácticas por parte de Rusia. Y eso hay que evitarlo a toda costa, aunque Estados Unidos y sus aliados estén empecinados en seguir inflando artificialmente esa posibilidad con el envío sustancial de armas a Ucrania.
Rusia debe entender que Estados Unidos y sus aliados no se detendrán en la entrega de armas a Ucrania. Por lo que es necesario romper todos los puentes comunicacionales que puedan haber de Ucrania con EEUU y la Unión Europea.
Un gobierno descabezado haría muy difícil el actual flujo de armas hacia Ucrania y podría, más aún, terminar con los sueños húmedos de pertenecer a la OTAN. Las formas de romper ese puente son muy variadas (una muy buena tarea para la imaginación). Pero sorprende aún hoy que el centro de poder de decisiones de Ucrania (Kiev) siga hoy intacto.
Rusia debería olvidarse de negociar con el actual gobierno de Ucrania. Negociar con el actual gobierno (de Zelensky) es solo perder el tiempo. El actual gobierno difícilmente podría quitarse de encima la influencia que ejerce Estados Unidos. Rusia debe apostar por negociar únicamente con los «restos» que puedan quedar de ese mismo gobierno. La única forma de negociar con el enemigo en una guerra debería ser con un enemigo derrotado y destruido militarmente. El enemigo no puede tener un solo espacio para «cantar», únicamente debería tener espacio para «llorar» y «arrodillarse».
Estados Unidos y aliados, únicamente podrían ver sus planes geopolíticos frenados (no desvanecidos) con una Ucrania derrotada. Y es muy poco probable que potencias extranjeras quieran entrar a Ucrania para querer tratar de levantarla luego de una hipotética e irremediable derrota. La entrada a escena (a Ucrania) de fuerzas militares extranjeras significaría el aumento exponencial de las posibilidades del uso de armas nucleares es-tra-té-gi-cas. Y Polonia podría ser un blanco muy válido de advertencia para las grandes potencias (Estados Unidos y Unión Europea) aunque ello signifique activar el famoso artículo 5 de la OTAN.