La moción del ascensor
- Espere, espere-gritó una voz al otro lado de la puerta que se cerraba. El ascensorista detuvo las puertas y permitió la entrada a un nuevo pasajero.
- ¿Hagta qué piso, señor? – preguntó educadamente, algo rígido en su traje abotonado hasta el cuello.
- Donde vayan ellos- contestó resoplando el recién llegado, Rivera.
- Yo voy hasta el final-respondió un poco borde Pedro Sánchez.
- Y yo, y nosotros-añadieron todos los demás, Iglesias, Garzón, Urkullu, Torra…
- Yo voy aún más lejos que todos los demás-añadió enigmáticamente Rajoy.
El ascensorista, impasible, cerró las puertas y accionó el botón: “todos al piso 2020, subiendo” canturreó. La máquina arrancó con un gruñido y un par de perchones. Los cables chirriaban sobre las poleas mientras el artefacto ascendía a paso de caracol. La lentitud del antiguo ascensor terminó por exasperar a Torra.
- Cómo se nota-dijo, poniendo los ojos como la niña de El Exorcista-que es un ascensor español, antiguo, inquisidor, antidemócrata, bajito, moreno y feo. No me bajo porque Puigdemont me ha dicho que no me baje, que me espere para ayudar a echar a Rajoy… pero, claro, qué fácil, él está allí rodeado de alemanes europeístas, guapos, altos y rubios, que leen a Kant y escuchan a Bach, mientras yo sufro esta insoportable catástrofe humanitaria, rodeado de españoles sudorosos que bailan sevillanas y comen ajo…
Al llegar a la primera planta el ascensor se detuvo, y Torra se apeó. “Haced lo que queráis con él-gritó- a mí me da igual, no quiero saber nada de estas gentes del sur. Visca el 3 per-cent… digo, Visca Cataluña”.
- Subiendo.
- Mariano-susurró por lo bajo Urkullu, para que no le escucharan los demás-tú sabes que nosotros no podemos dejar que humilles a los nacionalistas catalanes. Te lo advierto, si no retiras el 155 me bajo y te dejo solo… bueno, a no ser que me ofrezcas algo a cambio, tú ya sabes…
- Bueno sí, claro, eso está muy bien, pero, bueno, uno no sabe, pero es una buena idea, la estudiaremos y si luego tal ya lo vemos y eso. Pero no me pienso hacer del Atleti, yo soy del Madrid.
Planta segunda, el ascensor se paró y Urkullu se bajó del mismo. “Agur Mariano, ya me subiré en otro momento, los nacionalistas siempre hemos pillado cacho en la política española… es cuestión de esperar”.
- Hacia el 2020.- cantó el ascensorista, tras lo que regañó a los pasajeros- Señores, por favor, no se den ugtedes patadas en las egpinillas, que ya son muy mayores, parecen críos.
- Mariano está aquí por tu culpa- decía Sánchez a Iglesias, pisándole el juanete.
- Por la tuya-replicaba Pablo- Y cállate tú, Garzón, sigue confluyendo, que no me dejas ocupar mi territorio de machoalfa.
- Pedro-intervino Rivera-si te olvidas de esos comunistas separatistas te prometo que hacemos presidente instrumental a uno de los míos para que enseguida haya elecciones y ya me ponga yo de presidente.
- Pedro, no le hagas caso- dijo Iglesias.
- Tú vete a tu chalet de 600.000 euros, y déjanos en paz, que por vuestra culpa me pasa algo en la vista… que os miro a los comunistas y solo veo rojos, en vez de españoles, y me chafáis el poema, me cago en diez- lloriqueó Rivera.
- Y tú vete a tu chalet de un millón de euros-levantaba la barbilla Iglesias.
El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron. Sánchez se bajó, rumiando algo así como “¿por qué no ganaría Susana?”. Detrás de él se bajaron todos los demás, cabizbajos… todos menos Mariano y el ascensorista.
- ¿Seguimos, señor? -preguntó este.
- Claro, Pepe, claro, sigue, con esa gente no se puede ir a ninguna parte, pero lo único que hay que hacer es no hacer nada y esperar a que se aburran entre ellos. Vamos para arriba, que en la azotea hay una fiesta de lluvia de confeti que organizan los diez o quince o mil casos aislados de corrupción que hay en el PP.
- Cuánto sabe ugté, presidente, con ugté sí que me voy yo a misa-dijo el ascensorista y antiguo presidente de Castilla-La Mancha-. Subiendo.
Fuente: http://colectivopuentemadera.blogspot.com.es/2018/05/la-mocion-del-ascensor.html