Colombia: Sí a la paz con justicia social y democracia plena
Todo aquel – hombres y mujeres – que en Nuestra América ha dedicado su vida y sus esfuerzos a intentar poner fin a la secular injusticia, explotación, violencia y marginación a la que, generaciones tras generaciones, ha sido sometido el bravo pueblo nuestroamericano por una rancia oligarquía que ha logrado controlar a su entero beneficio el curso de nuestra historia, no puede sino apoyar con todas sus fuerzas la solución definitiva de uno de los conflictos de mayor duración y más graves consecuencias, como lo ha sido el que se ha mantenido entre los sucesivos Gobiernos de Colombia y los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo(FARC-EP).
Muchos han sido los intentos de lograr el cese de los enfrentamientos y sentar las bases para una paz duradera; intentos que han sido liderados tanto por la propia FARC-EP como por hombres y mujeres que desde una posición de compromiso con la justicia y de salvaguarda de los derechos humanos, han intentado sin éxito acercar a las partes. En esta oportunidad lo ha podido lograr un gran humanista y defensor a ultranza de la unidad de los pueblos de Nuestra América y de su conservación como zona de paz. Se trata del Comandante Hugo Chávez, quien se empeñó en hacer posible la paz en Colombia, como lo reconocen ambas partes, y cuyo ejemplo queda como compromiso de todos y de todas ahora que los Acuerdos de Paz discutidos por ambas partes en La Habana, llegan a su definitiva resolución y abren las puertas para que el pueblo colombiano se reencuentre consigo mismo en paz y con justicia.
Vale destacar que tanto para la conclusión del Acuerdo General, como para el desarrollo de las posteriores conversaciones en La Habana ha sido determinante el solidario papel jugado por el gobierno de la Cuba revolucionaria, quién acogió los diálogos casi desde el inicio, así como la disposición y colaboración de los gobiernos de la República Bolivariana de Venezuela, del Reino de Noruega y de la República de Chile; Cuba y Noruega actúan como garantes, mientras Venezuela y Chile son acompañantes.
La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH), en reafirmación de su compromiso con la defensa de la paz, la justicia, la solidaridad entre los pueblos y la verdad, atendió una invitación que le fuera formulada por el equipo negociador de la FARC-EP en los Diálogos de Paz en La Habana, para una reunión informativa sobre los avances logrados y sus expectativas en la consecución de la tan anhelada Paz en Colombia, que es también la Paz en Nuestra América.
En tal sentido, la REDH desea expresar su apreciación y compromiso con este Diálogo de Paz que debe ser hoy motivo de regocijo para todo el pueblo nuestroamericano, y en consecuencia:
-Nos sumamos a dicho compromiso y expresamos nuestro deseo de trabajar con denuedo para que se afirmen las condiciones que aseguren la participación de toda la sociedad colombiana en la construcción de una paz mediada por una cultura de reconciliación, convivencia, tolerancia y no estigmatización, y que asegure el reencuentro, sin venganzas ni violencias, del pueblo que se fue a las armas con el pueblo que ha resistido en silencio una situación de opresión y de negación de sus más elementales derechos.· Abogamos porque el fin del conflicto y la implementación de las reformas surgidas del Acuerdo Final, constituyan la principal garantía de la no repetición de hechos semejantes, así como una vía expedita para asegurar que no surjan nuevas generaciones de víctimas.
– Apoyamos todas las medidas que ambas partes han acordado para un reconocimiento mutuo verdadero y la voluntad de resarcir los daños producidos directa o indirectamente por un enfrentamiento que ha causado por más de 50 años víctimas inocentes, separación de las familias, migraciones internas, desplazamientos obligados, mutilaciones, violaciones, desapariciones, muertes y profundas heridas en el alma social.
– Reconocemos como un gran aporte al fortalecimiento del sistema de Justicia y a la consolidación de la Paz, el acuerdo de establecer una Jurisdicción Especial para la Paz, que hará parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR); el cual permitirá que el Estado colombiano, acompañado de una sociedad en reconciliación, cumpla con el deber de investigar, esclarecer, perseguir, juzgar y sancionar las graves violaciones a los derechos humanos y las graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) que tuvieron lugar en el contexto y en razón del conflicto armado.
– Confiamos en que la paz alcanzada permita un tratamiento justo y una plena garantía en la seguridad de la vida y los derechos humanos de todas y de todos los insurgentes que no incursos en los delitos de violación de los derechos humanos, decidan incorporarse plenamente a la vida política de la nación colombiana. Que no vuelva repetirse jamás la masacre cometida contra los integrantes de la Unión Patriótica que optaron honestamente por la incorporación pacífica a la sociedad de su tiempo.
– Instamos a rechazar y condenar toda manifestación que vaya en contra de este anhelo de paz y a mantenernos vigilantes contra toda acción destinada a entorpecer o desviar los acuerdos alcanzados. En particular, exhortamos a que se tomen acciones contundentes que permitan desmontar las criminales estructuras paramilitares, organizadas y alentadas por la extrema derecha colombiana, que siguen funcionando, que controlan partes importantes del territorio colombiano y que se han extendido con graves consecuencias sobre los países vecinos de Colombia, como Venezuela y Ecuador, amenazando con ello la estabilidad de la región.
– Reconocemos que la reconciliación que la sociedad colombiana y el mundo esperan no puede implicar impunidad en los crímenes cometidos por las partes, pero sí debe sellarse con una acción humanitaria como lo es la amnistía y el perdón para todos aquellos, hombres y mujeres, presos en cárceles del Estado como consecuencia del estado de guerra, así como el perdón para civiles acusados de complicidad sólo por el delito de haber apoyado lo que creían justo.
– Llamamos a que este proceso de paz en Colombia se complemente con la instalación de una mesa de negociaciones similar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que asegure de manera definitiva el cierre de una era de confrontación violenta y que abra para siempre una de diálogo, convivencia, confrontación pacífica de las divergencias y de participación plena de todas y todos los ciudadanos en la conducción de los asuntos públicos y en la justa distribución de las ingentes riquezas que caracterizan ese bello país.
– Apoyamos la propuesta hecha por el Gobierno de Juan Manuel Santos de consultar mediante un plebiscito la opinión y el respaldo de la sociedad colombiana a los actuales Acuerdos de Paz, y esperamos que el contundente SI que resulte de dicha consulta sea la base para que se abra una nueva realidad política y social en Colombia a través de la posterior convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
– Llamamos a todos los intelectuales, artistas y movimientos sociales de Nuestra América y del mundo a acompañar de manera decidida este proceso de paz que vive el pueblo de Colombia, en la creencia de que el mismo habrá de contribuir a frenar al mismo tiempo las agresiones de potencias extranjeras sobre el territorio nuestroamericano y constituirá, al mismo tiempo que un ejemplo a seguir, un paso muy importante en la construcción de un mundo de paz con justicia.
En Nuestra América, a los 23 días del mes de septiembre de 2016
Adhesiones: apoyolapazencolombia@gmail.com
Fuente: Red en Defensa de la Humanidad