Luis Beatón •  Opinión •  28/10/2020

Estados Unidos, elecciones y el voto negro

Estados Unidos, elecciones y el voto negro
El proceso de las elecciones presidenciales en Estados Unidos está marcado por una serie de factores dirigidos a acentúar su carácter antidemocrático y reafirmar que el pluripartidismo es una falacia.
Las evidencias son innegables en un sistema donde el voto popular es torpedeado y necesariamente no refleja el sentimiento de la mayoría de los estadounidenses, la cual en muchos casos no sufraga como muestra de su rechazo.

Solo dos partidos, Republicanos (rojos) y Demócratas (azules), forman el candado que evita que otras ideas o alternativas lleguen a la Casa Blanca.

Por ejemplo, para los comicios del 3 de noviembre, los republicanos eliminaron en Florida un logro de los demócratas que devolvía el derecho al voto a más de 1,4 millones de personas.

Un fallo judicial impulsado por esa agrupación prohibió el sufragio a los exreclusos con deudas pendientes, esto sacó de la contienda a más de 700 mil personas en su mayoría afroestadounidenses, y que en lo fundamental se inclinan por la bandera azul.

Según el Centro de Investigaciones Pew, eso ocurre en un área en la cual el resultado en las urnas puede ser decisivo para obtener los 29 delegados que aporta al Colegio Electoral y donde la victoria de algunos de los candidatos, el demócrata Joe Biden o el republicano Donald Trump, puede producirse por un muy escaso margen.

Enfrentados al racismo ancestral, los estadounidenses negros elegibles para votar al presidente representan una cifra record de 30 millones en 2020, con más de un tercio viviendo en nueve de los estados más competitivos de la nación.

Así en Arizona, Florida, Georgia, Iowa, Michigan, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania y Wisconsin- son una proporción mayor que el 29 por ciento de todos los votantes elegibles de del país que viven en estos estados, precisó una investigación de Pew.

En toda la nación, los votantes negros elegibles ahora constituyen el 12,5 por ciento del electorado, frente al 11,5 por ciento en 2000.

En los venideros comicios, los afrodescendientes serán el segundo mayor segmento racial o étnico no blanco del electorado, solo superados por los votantes hispanos elegibles, con 32 millones.

La estrategia republicana responde a que los demócratas mantienen una fuerte ventaja entre los electores negros, según revelan más de dos décadas de encuestas del Centro Pew.

Más de uno de cada tres negros elegibles viven en los estados que son campo de batalla en 2020, y entre estos, Georgia tiene la mayor proporción dentro de su electorado.

En Georgia, por ejemplo, los 2,4 millones de votantes negros elegibles del estado constituyen el 32 por ciento del electorado, la mayor proporción entre estos nueve estados, mientras en Arizona -un nuevo estado campo de batalla que todos los candidatos presidenciales republicanos ganaron desde 1952 (excepto en 1996)- los afroestadounidenses representan menos del cinco por ciento.

Trump ganó los nueve estados en 2016, aunque lo hizo por un margen muy estrecho en tres de ellos, Michigan, Pennsylvania y Wisconsin, donde sufragaron casi 14 millones de personas votaron, y su margen de éxito fue de apenas de 78 mil votos combinados. Ahora los sondeos lo dan perdedor.

En este contexto llama la atención que en casi todas las demarcaciones, los estadounidenses negros representan una parte desproporcionadamente mayor de las muertes por Covid-19, y también experimentan dificultades económicas generalizadas, algo que debe impulsar más su apoyo a los demócratas.

Esto pudiera ser una respuesta a los mecanismos de supresión de votos que existieron históricamente para limitar, fundamentalmente, el derecho al sufragio de las minorías.

La situación de los votantes negros también es influida por la práctica de establecer en el mapa los límites a los distritos electorales (gerrymandering) con el objetivo de favorecer intereses de un partido político específico.

Según informes de prensa en diversas ocasiones, los grupos poblacionales vulnerables (afroamericanos, asiáticos, indígenas, entre otros) son divididos en varios distritos de forma tal que no sean mayoría en ninguno, por lo que, debido al racismo sistémico imperante en ese país, no tienen capacidad para elegir en las urnas a un representante de su grupo poblacional.

Esta práctica se une además a la ya mencionada estrategia de los republicanos para suprimir votos.

Los mecanismos más comunes de supresión de sufragios son el cierre de centros de votación, la invalidación de boletas por correo por la supuesta no coincidencia de las firmas del votante, el establecimiento de trabas para dificultar que los electores puedan registrarse y la movilización de grupos de odio para que intimiden a los votantes en las urnas, algo muy de moda en 2020.

Así llegamos a que en un escenario de pandemia, cuando deben aumentar las boletas por correo, la Casa Blanca y el Partido Republicano rechazaron una propuesta de ley promovida por los demócratas para incrementar en 25 mil millones de dólares los fondos del Servicio de Correo Postal.

Esto favorecería su correcto funcionamiento y la rapidez en el envío de las boletas a los centros de votación. En consecuencia, es probable que muchas lleguen con posterioridad a la fecha establecida por las regulaciones estaduales, por lo cual serán rechazadas. Según previsiones un gran número de seguidores de Biden votarían por correo, más que los de Trump.

mem/lb

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=407104&SEO=estados-unidos-elecciones-y-el-voto-negro

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