Freddy J. Melo •  Opinión •  28/11/2016

Fidel

Absuelto por la historia y acunado en su memoria para siempre, acaba de cambiar de residencia Fidel Castro Ruz, reconocido como el último gigante, quien, rebosante de espíritu martiano y bolivariano amasado con la impronta de Carlos Marx y sus discípulos, auscultó las fuerzas subyacentes de la revolución y las puso en movimiento.    

      El pueblo cubano, que ama a Fidel con probada y siempre renovada devoción, se acongoja, por supuesto, con este cambio, pero está preparado para empinarse sobre el dolor y seguir adelante, y lo hará sin falta, pues no aceptará que nadie le arrebate el bien ganado protagonismo con que acompañó a su líder ni le desbarate lo que juntos han construido con supremos esfuerzos, enfrentando a un enemigo prepotente, despiadado y artero.

      Lo construido se expresa en contundentes índices medibles en educación, salud, empleo, seguridad social, alimentación, vivienda, ciencia básica y aplicada, arte, deporte, recreación y otros, y en los inmedibles de dignidad a toda prueba, conciencia política de la población, alcance teórico y político de su ejemplo, proyección solidaria universal, cultivo de la justicia y despliegue de esperanza y alegría.       

      Para realizar tales hazañas Fidel reveló, además de excepcional talento, dotes inmensas de persistencia y capacidad de superar las dificultades y sobreponerse a la adversidad: es la marca de los grandes. Por eso fue el mayor líder latinoamericano del siglo XX y uno de los colosos revolucionarios de la historia. Y entró en los albores del milenio como el más sabio estadista viviente.

      Luisana Melo Solórzano, en nombre del Ministerio del Poder Popular para la Salud y en el propio, envía con estas palabras su expresión de dolor compartido, al heroico pueblo de la Isla y a los hermanos médicos cubanos que prestan al nuestro sus invalorables servicios solidarios.    

      ¡Gloria eterna al Comandante en Jefe de la Revolución Nuestramericana!


Opinión /