Volver a las andadas
El 27 de enero se conmemora el Día Internacional en recuerdo a las Víctimas del Holocausto, día en el que se recuerda a esta Humanidad de floja memoria que entre 1941 y 1944 seis millones de personas fueron encerradas en campos de exterminio y asesinadas por odio durante el transcurso de la II Guerra Mundial.
Una minoría (y no por ello menos víctima) de estas personas lo fue por motivo de diversidad afectivo-sexual: personas homosexuales, hombres y en menor número pues hasta para lo malo se las invisibiliza, mujeres a quienes una vez finalizada la contienda se les continuó considerando delincuentes y en la mayoría de los casos continuaron privadas de libertad no siendo reconocidas como víctimas del Holocausto hasta varias décadas después.
Aprendamos, pues, de la Historia y de los errores que en ella cometimos y desterremos el odio a la diversidad de nuestras instituciones, instituciones que en tantos casos aun lo mantienen cuando no hacen bandera de él frente a unas sociedades que, poco a poco y con distinta velocidad según la mayor o menor influencias religiosas y patriarcales, ha ido desterrándolo.
No podemos pasar por alto al recordar esta fecha que hay a día de hoy, existe un país que dista pocas horas de vuelo de nuestra ciudad, Chechenia, en el que estos sucesos que hoy recordamos con horror y vergüenza son la vida cotidiana de muchos homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales y todo ante la pasividad y la cobardía de nuestro Occidente que se autocomplace de una igualdad y una diversidad de uso exclusivo y protegida por leyes que en realidad son invisibles muros protectores de una economía egoísta y usurera en manos de portadores de odio.
La Historia se muestra muchas veces irónica cuando quiere advertir que se está cometiendo un error de viejo cuño y en este caso no puedo, no podemos, dejar de reparar en que el motivo por el cual la Europa de las libertades hasta que estas chocan con los negocios, y sus líderes expertos en aleccionar desde la superioridad del colonizador, como Merkel, Macron o May, se desentiende sin disimulo pero sin que se note del exterminio checheno no es otra que el miedo a que mamá Rusia, es decir, Putin, ese ser, dierre los suministros de gas. Ese gas, precisamente, que sirvió a los nazis para cometer aquel Holocausto que no por haberse cobrado mas víctimas fue peor, y la Historia lo corroborará, que este.
Ayer en la Alemania nazi y hoy en Chechenia exijamos el fin de todo tipo de discriminación sea por el motivo que sea y pedimos a las autoridades occidentales que actúen contra estas acciones que provocan el horror y envilecen al ser humano.
* responsable del área de LGTBI de Podemos Madrid