Globos sonda, falsa deuda de la seguridad social y más recortes y privatizaciones
Ya se hizo con las privatizaciones de empresas, con los gobiernos de Felipe González y Aznar, primero se lanza una campaña sobre las supuestas pérdidas de un sector, posteriormente se propone la privatización como solución y al final llegan a manos de grandes multinacionales, financieras y/o amiguetes empresas que son perfectamente rentables, pero con una gestión maliciosa y fraudulentamente culpable se les pone en tal situación que pueden ser vendidas a terceros a precio de saldo. Con las pensiones es la misma táctica.
Las últimas declaraciones de los ministros más neoliberales del gobierno, en particular del señor Escrivá, sustentadas en las famosas recomendaciones del Pacto de Toledo, pretende ir dando pasos, cada vez más acelerados, para ir sustituyendo el actual sistema de reparto por un sistema de capitalización, a través de los llamados fondos de pensiones privados de empresa, gestionados por la banca y las compañías asegurados y financieras.
El Pacto de Toledo sustenta dicho ataque premeditado al sistema público de pensiones en la Recomendación 16, que pretende impulsar los llamados sistemas complementarios. Con un mercado de trabajo precarizado, con un sistema productivo sustentado en los salarios bajos, con un avance tecnológico que reduce la necesidad de mano de obra, intentar sustentar la cobertura de pensiones sólo en cotizaciones sociales es tanto como ir dejando sin base al mismo.
Hasta ahora el Art. 109.2 de la Ley General de la Seguridad Social, que la Recomendación 1 del Pacto de Toledo pretende modificar, obliga, aun, al estado a cubrir los posibles déficits de cotizaciones, para garantizar el cumplimiento de los Arts. 41 y 50 de la Constitución, en el sentido de sostener un sistema de pensiones suficientes y dignas, siendo un dique de contención a los intentos de dejar sin recursos al sistema de reparto y solidaridad de las pensiones. Ello se articulaba, por un lado, financiando en su totalidad las prestaciones no contributivas con aportaciones del Estado al Presupuesto de la Seguridad Social, y por otro lado, las prestaciones contributivas, básicamente venían siendo financiadas por cotizaciones, y, además, en caso necesario, por ejemplo, insuficiencia de cotizaciones, por dichas aportaciones estatales.
Pues es precisamente la línea de flotación de ese sistema la que se ha subvertido de manera fraudulenta con gastos impropios que imputan a la Seguridad Social, creando la imagen de falso déficit, intentando aplicar reformas que implicaran el desmantelamiento de seguir aplicando dichas políticas del Sistema Publico de Pensiones, solidario, intergeneracional e interterritorial.
Desde ya hace tiempo dicho Art. 109.2 de la SS, se ha venido incumpliendo premeditadamente. Cuando había superávit de cotizaciones, éstas se utilizaban para financiar las no contributivas, y cuando las cotizaciones empezaron a ser insuficientes en vez de aportaciones el Ministerio de Hacienda hacia préstamos a la Seguridad Social por la diferencia. ¿Qué ocasionaba esa actuación fraudulenta de los gobiernos de turno?, pues muy sencillo, que cuando había superávit en la Seguridad Social, el Ministerio de Hacienda se ahorraba el gasto de toda su política social que gestiona la Seguridad Social, y cuando había déficit, como ha ocurrido a partir de la crisis de 2008 y de las distintas reformas laborales, básicamente, el importe de los préstamos es solo por el importe llamado “déficit”, no es por el importe total de las prestaciones no contributivas. El efecto más importante de ello es que en el Presupuesto del Estado, gestionado por Hacienda, la financiación no figura como un gasto del Ministerio de Hacienda, sino como un préstamo que hizo a la Seguridad Social. Es decir, que el Presupuesto del Estado al no registrar ese gasto disminuye el déficit real del Estado, y paralelamente, ese supuesto déficit se traslada a la Seguridad Social, que debe recogerlo en su pasivo.
El propio Tribunal de Cuentas ha planteando la necesidad de anular esa falsa deuda, pero la mayoría del arco parlamentario ha hecho caso omiso a esa propuesta. Ello además provoca que cuando las cuentas públicas españolas llegan a la Unión Europea aparece ese falso déficit que les permite plantear sistemáticamente más y más recortes.
En ese camino coinciden el capital financiero, la banca y grandes aseguradoras y lejos de plantear un sistema más progresivo y equitativo de fiscalidad, plantean nuevos impuestos para que sean los y las trabajadores, con mayor merma en su salario, quienes financien aun más sus pensiones, tanto con mas carga fiscal como con aportaciones a los planes privados, falsamente llamados complementarios, porque el objetivo final es que en la práctica sean sustitutivos del modelo de pensiones actual.
Por ello desde COESPE seguiremos rechazando las recomendaciones del Pacto de Toledo que resultan lesivas para los intereses de las y los trabajadores y pensionistas de hoy y del futuro.
Y planteamos la necesidad de una AUDITORIA PUBLICA DE LA SEGURIDAD SOCIAL, que determine el saqueo al que ha sido sometido el Sistema Público de Pensiones.
¨Gobierne quien gobierne las pensiones se defienden¨