Chile. Una línea política provisoria de las y los comunes
“Ni calco ni copia, sino creación heroica”
José Carlos Mariátegui
1. ¿Por qué es preciso en Chile caminar hacia la formación de un Movimiento Amplio por los Derechos Sociales?
2. Pueblo es aquel conjunto de fuerzas sociales conscientes y organizadas de acuerdo a sus intereses y derechos sociales y políticos históricos. El resto es población.
3. Personas comunes significa ‘en colaboración con otros’, común o ‘de muchos’, bien común, comuna, soberanía, identidad, territorio, pertenencia, auto-movimiento, independencia y comunidad. ‘De todos’, socialmente público. Las y los sujetos comunes son la diversidad de individuos, comunidades y grupos sociales oprimidos que sufren la dominación de unos pocos y que en su desenvolvimiento del pensar-haciendo o hacer-pensando, adquieren consciencia de sus intereses y derechos. Lo anterior se enmarca en la contradicción objetiva de capital versus humanidad que signa la época en curso.
La contradicción capital versus humanidad tiene carácter orgánico, que supera, ampliando, la contradicción clásica de capital versus trabajo. De este modo, la contradicción orgánica de la época adquiera una materialización actualizada en la forma de Estado capitalista versus pueblos y ciudadanías. El Estado capitalista es la dominación, y los pueblos y la ciudadanía son la promesa de la superación de la dominación, o lo que es lo mismo, la promesa histórica de la liberación humana.
4. Línea política comporta aquel instrumento que caracteriza, interpreta y orienta una práctica colectiva, y a un complejo multidimensional de intereses estructuralmente similares y accidentalmente matizados y distintivos. ¿A quién caracteriza, interpreta y orienta una línea política? A las realidades particulares y específicas en sus relaciones con las realidades mayores a escalas regionales, nacionales, continentales y mundiales. Se trata de un conjunto de prácticas combinadas socialmente respecto del poder o de lo propio de la política, desde los intereses y movimiento concreto de lo popular y ciudadano (de las y los comunes) en un tiempo-espacio determinado, y que se encuentra en contradicción o en pugna con los intereses de la minoría opresora o bloque dominante que detenta el poder hasta ahora en Chile.
5. ¿Cuál es en términos orgánicos (o sea, en términos de aquello más permanente o estructural) la composición del llamado ‘bloque dominante’? Los imperialismos o Estados capitalistas centrales del planeta que son una misma realidad inestable con el gran capital transnacional y con los grupos económicos nativos combinados con éste y a él subordinados. El Estado capitalista antipopular y ‘tutelado’ chileno (‘antipopular’ porque su despliegue, dominio y privilegios sólo le resultan posibles a costa de la opresión de los pueblos. Y ‘tutelado’ se refiere al rol decisivo que juegan las Fuerzas Armadas y policías en su sostén, reproducción y dominio). La alta oficialidad de las FFAA y policías. La alta jerarquía de las iglesias cristianas. El régimen político bipartidista que administra alternadamente el Estado. Y los medios masivos de comunicación.
Respecto de los medios masivos de comunicación, sólo se menciona como el recurso más visible y barato de formación de ‘sentido común’ u ‘opinión pública’ (que es opinión pública y privada). En este sentido, los recursos de la colonización subjetiva sobre las y los oprimidos y la alienación social e individual (‘extrañamiento’, o todo aquello que corresponde a los efectos colaterales de la dominación o que busca premeditadamente que las y los comunes posterguen la consciencia de sus intereses históricos), se encuentran desde la educación formal hasta el orden geopolítico y económico del territorio chileno y del territorio propio de los pueblos indígenas.
6. Por ‘lo económico’, se entiende la plataforma y organización concreta y práctica producida históricamente por la humanidad y sus relaciones sociales. Lo económico no es un mero factor o infraestructura. Sus aspectos orgánicos son la producción, el intercambio y el consumo, como los momentos de un todo creativo en movimiento. Siempre desde una perspectiva no determinista ni mecánica. Comprendiendo que el orden económico en curso es posible de transformar dinámicamente a través de la política, de las contradicciones y crisis internas del capital, y de la voluntad colectiva y organizada de las y los comunes.
7. Ciudadanía significa ‘sujeto de derechos’, aunque esos derechos todavía no sean conquistados.
8. Lo que sigue corresponde a la tesis provisoria de una línea política de las y los comunes (pueblos y ciudadanía consciente de sus derechos) sintetizada en un Movimiento Amplio por los Derechos Sociales, independientemente de la seguidilla de incidentes electorales que se avecinan (municipales, parlamentarias, presidenciales). Se trata de una elaboración que depende del desenvolvimiento del movimiento popular y de la ciudadanía real y que debe trascender el mero accidente electoral e institucional. Tiene que ver con los brotes de recomposición del movimiento popular y ciudadano de las y los comunes, de su devenir, límites, condiciones y tendencias.
9. ¿Por qué se habla de Movimiento Amplio? La amplitud aquí está determinada por los distintos momentos de las relaciones de fuerza entre dominadores y dominados. Como el aspecto políticamente decisivo en el proceso de recomposición del movimiento popular y ciudadano tiene que ver con sus intereses objetivos e históricos y su acumulación incesante de fuerzas sociales, la ‘amplitud’ o ‘lo amplio’ es la expresión comprensible de la constitución de fuerzas necesarias y suficientes para llegar a transformarse en poder soberano y beligerante respecto de su enemigo histórico y objetivo.
O sea, de acuerdo a la dimensión y tonelaje político reales del bloque dominante, no es posible que las y los comunes alcancen a cobrar el poder necesario y suficiente para hacerle frente si su poder propio no se funda sobre el ancho y profundidad más voluminosa, cuantitativa y cualitativamente, social y políticamente. Entonces, ‘lo amplio’ corresponde al acumulado de poder y de fuerzas que demandan sus propios desafíos.
10. ¿Pero quiénes son las y los comunes? Las y los que luchan, las y los que resisten ante el sometimiento antipopular y anticiudadano del bloque dominante en sus diversas expresiones, y que en su despliegue práctico chocan con los intereses de la minoría opresora.
A saber: fracciones del pueblo trabajador ligados al extractivismo (minería, forestal, pesca, agro, etc.). Segmentos de pueblo trabajador subcontratados, tercerizados, volcados al cuentapropismo y a la denominada flexibilidad laboral. Franjas de pueblo trabajador inactivas (cesantes, semi-cesantes y jubilados/as). Asalariados/as en edad de jubilar, pero que no pueden por los sistemas vigentes de previsión, de salud, de vivienda, etc. Pueblo Mapuche y otras comunidades indígenas. Estudiantes de secundaria y de la educación superior. Ambientalismo consecuente. Comunidades territoriales y comunidades regionales. Comités de usuarios/as. Comunidad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). Antipatriarcado. Comunidad de discapacitados/as y de enfermos/as catastróficos. Agrupaciones independientes de Derechos Humanos.
Asimismo, pero de manera diferenciada respecto de las zonas sociales anteriores, y denominadas vulgarmente ‘sectores o clases medias’, se encuentran: Pequeños productores y comerciantes de mercancías y servicios, expuestos a las quiebras latentes y afectados por los precios impuestos por el gran capital. Profesionales de los mandos medios de la burocracia estatal y privada.
Unos más y otros menos, las clases asalariadas chilenas e indígenas (grupos humanos súper-explotados a través de la apropiación privada del excedente socialmente producido y bajo la contradicción capital/trabajo), fracciones y capas sociales numeradas antes, son objeto de la hegemonía mundial y chilena del momento financiero sobre el conjunto de momentos de la reproducción de las relaciones sociales del capital. ¿Cómo? Mediante la industria de la deuda (crédito) y de la concentración oligopólica del gran capital.
11. En materia de relaciones de fuerza sociales y políticas entre la dominación (bloque en el poder) y las y los comunes, pueden distinguirse de manera simplificada tres momentos que son una sola totalidad no lineal, que son continuidad y ruptura, que son momentos inestables, dinámicos, sujetos de variables complejas:
a. El movimiento real y concreto, popular y ciudadano, se manifiesta en un primer momento de un modo económico-corporativo (grupos de interés y sólo partes de una totalidad social oprimida y objetivamente intervinculada). Las diversas demandas y derechos sociales y políticos, cada una por su lado, desarticuladamente, perciben la unidad homogénea propia de su demanda particular y el deber de organizarse en torno a ella. En Chile y en su historia reciente, y desde hace alrededor de poco más de dos décadas (mediados de los 90 del siglo XX), las expresiones económico-corporativas de éste momento de recomposición del movimiento popular y ciudadano se han notificado, por ejemplo, en las resistencias del Pueblo Mapuche; en las grandes movilizaciones del subcontratismo minero, forestal y pesquero; en el movimiento estudiantil y sus cimas concentradas el 2006 y el 2011; en los levantamientos regionalistas; en las luchas del ambientalismo consecuente; en las luchas territoriales por el agua; en las luchas territoriales por la vivienda y el suelo; últimamente, en las grandes movilizaciones en contra del sistema previsional de cotización individual, AFP; en los movimientos culturales independientes; etc. Se trata de luchas concretas, pero parciales y disgregadas. La superación de éste momento y del momento que le sigue depende de la actuación de las iniciativas de suscripción revolucionaria, camino a convertirse no linealmente, en el instrumento de la emancipación humana de los pueblos y la ciudadanía en Chile.
b. Un momento superior corresponde al movimiento popular y ciudadano de signo político y económico. Él se caracteriza por la conquista de la consciencia de la unión y solidaridad de intereses del movimiento popular y ciudadano, aunque meramente económico. Esto es, se provoca la reunión de las luchas disgregadas en un nivel estrictamente economicista, o como si las reivindicaciones de carácter económico no tuvieran que ver con la política y el poder, salvo a modo de interpelación al Estado. Por ejemplo, se entiende en la acción y reflexión, que la resistencia del Pueblo Mapuche no es orgánicamente distinta a la demanda por la sustitución del sistema de AFP, o a la demanda de una salud pública de excelencia e integral, o de la demanda de una vivienda social digna y del suelo que la soporta, etc. Se advierte que las causas estructurales, en última instancia, de las carencias objetivas trasmutadas en demandas y acción directa y colectiva, son las mismas. Se postula el problema del Estado, pero acotado simplemente a la igualdad en los ámbitos jurídico-políticos respecto del bloque dominante y siempre dentro de los marcos establecidos por el Estado capitalista. Dicho momento, en la actualidad chilena, sólo es una promesa del desenvolvimiento del movimiento popular y ciudadano.
c. Siempre en materia de las relaciones de fuerza entre el bloque en el poder versus las y los comunes, deviene el momento político entre estos últimos. O sea, que las demandas dispersas del movimiento popular y ciudadano (momento económico-corporativo), ya se encuentran sintetizadas mediante su reunión virtuosa, y que, por convicción social y solidaria políticamente, no basta el carácter restrictivamente económico de su desenvolvimiento para la conquista del conjunto articulado de los derechos sociales. Así, de manera dinámica y compleja, en medio de reyertas y pugnas internas, emerge como un resultado de la acumulación histórica y concreta del hacer-pensando de la totalidad del movimiento de las y los comunes, la voluntad política y de poder de que ahora el combate es por la apropiación y transformación colectiva del Estado.
En éste momento, en el movimiento de las y los comunes hegemoniza un compuesto o grupo social capaz de coordinar concretamente los intereses generales de los demás grupos sociales del movimiento popular y ciudadano. Así aparece de manera lógica y política, y a causa de los golpes represivos propinados en su contra por el bloque dominante, la necesidad de su blindaje y armadura material.
12. Si se conviene que el movimiento popular y ciudadano chileno se sitúa en el primer momento detallado arriba, entonces, hasta el instante en que se imprenta la presente línea política de las y los comunes, es posible proponer algunas tendencias condicionadas de su devenir.
i. Considerando sólo el movimiento estudiantil de Chile como ejemplo, se advierte que las grandes asambleas y movilizaciones de secundarios y estudiantes de la educación superior, con vocerías revocatorias y el ejercicio de la democracia radical y participativa, devino paulatinamente en la delegación representativa de la soberanía de su poder legítimo originario. ¿Cuáles fueron las formas y estrategias que empleó el bloque dominante y su régimen político para contener, fragmentar, coaccionar y volver funcional a sus intereses al movimiento estudiantil? Antes que todo, la incorporación de la demanda de educación gratuita, universal y de excelencia a su propio programa político, retornándolo licuado, desnaturalizado, despotenciado de sus formas y contenidos que inicialmente fueron disfuncionales al sistema dominante. Al mismo tiempo, la judicialización y criminalización de la protesta juvenil, con el fin de aislarla socialmente. La cooptación e institucionalización, mediante la corrupción, de los rostros más visibles del movimiento, integrándolos a su régimen político a través de cupos parlamentarios. Podrían mencionarse otras maneras más sofisticadas que abarcarían varios tomos. Ahora bien, el caso del movimiento estudiantil chileno (hoy en situación de latencia precaria), puede extrapolarse a los procesos de las luchas regionalistas, como las de Magallanes, Aysén, Chiloé. Otro tanto ocurrió con las luchas del pueblo trabajador ligado al extractivismo pesquero. O sea, se está frente a una batería de medios empleados por el bloque en el poder que, hasta ahora, ha conseguido sus objetivos. ¿Por qué? Debido a la todavía escasa consistencia orgánica y política del movimiento popular y ciudadano.
ii. En este sentido, de no superarse el momento económico-corporativo de la paulatina recomposición del movimiento popular y ciudadano, su máxima proyección sólo puede aspirar, en el mejor de los casos, a reformas sistémicas que terminan por subsumir las demandas originales y originarias.
iii. ¿Cómo el movimiento de las y los comunes supera el momento económico-corporativo? ¿Qué ocurre con los activos de suscripción revolucionaria que se desenvuelven en medio del actual momento? Más allá de su condición de minoría, las iniciativas de suscripción revolucionaria no han jugado un rol preponderante capaz de disputar todavía la hegemonía en la orientación del movimiento de las y los comunes. ¿Por qué? Porque, en general, carecen hasta hoy, de un proyecto político post-capitalista y socialista de acuerdo a las condiciones nacionales, regionales y mundiales del actual estadio de la humanidad; carecen de un análisis concreto de la realidad concreta; de una estrategia de poder acorde con lo anterior; y de tácticas según esa estrategia. Ahora bien, aunque en Chile todavía no exista el partido de la emancipación humana (porque la necesidad de su aparición no ha llegado a ser perentoria), sí se requiere del conjunto de personas, mujeres y hombres, dispuestas por voluntad y sentido, a desarrollar las tareas políticas y orgánicas que inicien su construcción. Esto es, las iniciativas de suscripción revolucionaria tienen el desafío de colocarse a la altura del movimiento real de las y los comunes, conforme a las condiciones señaladas.
iv. En cambio, es posible observar que las direcciones políticas de otras formaciones de carácter progresivo, pero que no persiguen la superación del modo de producción capitalista (independientemente de que en su interior existan grupos de personas que sí abrazan la superación del capitalismo), efectivamente avanzan a niveles de coordinaciones políticas fabricadas para terciar en medio del duopolio del régimen político del bloque en el poder, tras la representación de los intereses de la ciudadanía. Se trata de sectores y fracciones sociales que alcanzan horizontes mayores de acuerdos políticos. En Chile y el mundo, tal cual como en otros momentos de la historia, los compuestos políticos progresivos se preparan para la constitución de alianzas del tipo ‘frentes amplios’ (como Podemos en España y Syriza en Grecia).
¿Qué son los ‘frentes amplios’ (FA)? Complejos de organizaciones políticas cuyos programas electorales contemplan reformas tendientes a mejorar las condiciones de vida de las y los comunes, sin transformar su condición de oprimidos.
¿Cuál es la diferencia estratégica entre la política de los ‘frentes amplios’ respecto del ‘Movimiento Amplio’ aquí postulado? Que los FA son compuestos puramente institucionales cuyas fuerzas están subordinadas a proyectos inmediatos en el campo de la lucha electoral y política al interior de la normativa jurídica y de fuerzas del bloque en el poder. En cambio, un ‘Movimiento Amplio’, estratégicamente, es la forma que adopta, en sus distintos momentos, la lucha de las fuerzas sociales y políticas concretas y reales que buscan hacerse de todo el poder, modificando de manera orgánica y estructural la totalidad del orden establecido se acuerdo a sus propios intereses históricos y objetivos.
En Chile, actualmente los FA convocan a diversas corrientes de pensamiento. Sus liderazgos provienen de las movilizaciones universitarias institucionalizadas; otros, de las luchas sindicales recientes; de demandas regionalistas; y de los denominados ‘políticos díscolos’ o críticos progresivos de la Nueva Mayoría. Dentro de los marcos establecidos por el régimen político del bloque en el poder, los FA buscan renovar la política, reformar aspectos problemáticos del presente orden de cosas y concursar en la hegemonía del descontento ciudadano. Si alcanzan una sintonía representativa de las demandas sociales, y una conducción colectiva integradora que logre sustraerse de la política del duopolio, los FA pueden entrar a competir desde ahora a cinco o diez años, en la alternancia, cohabitación y repartición de los espacios político-electorales, siempre encuadrados por el régimen político dominante.
13. ¿Por qué la presente línea política de las y los comunes postula la formación de un Movimiento Amplio de Derechos Sociales?
La voluntad colectiva radicalmente transformadora de las y los comunes y sus tareas inmediatas entienden el movimiento popular y ciudadano como uno y lo mismo que el Movimiento Amplio por los Derechos Sociales pendiente. Esto es, comprenden y trabajan en la articulación y unión de las demandas populares y ciudadanas de las y los comunes, a nivel local, provincial, regional y nacional. Establecen coordinaciones colectivas participativas, revocables y radicalmente democráticas. Aspiran a la construcción de una red nacional e internacional de medios de comunicación independiente y en todos formatos, y donde tengan existencia real. Dedican una porción significativa de su accionar a la alfabetización política bajo la orientación irrestricta de los intereses históricos de las y los oprimidos, acentuando su quehacer en todas y cada una de las partes que hacen las fuerzas sociales concretas y específicas que componen el movimiento popular y ciudadano chileno actual (resumidas en el punto 10).
Las iniciativas de suscripción revolucionaria se vuelcan a las tareas del instrumento de la emancipación humana, social y política, desde el propio Movimiento Amplio de los Derechos Sociales. Pero ni como vanguardia autoproclamada, ni como retaguardia estratégica. En consecuencia, actúan según los modos y los tiempos determinados por el propio desenvolvimiento interno del movimiento popular y ciudadano en su proceso de constitución autónoma en contradicción con el bloque en el poder y mediante la forma del Movimiento Amplio por los Derechos Sociales.
Hasta septiembre de 2016, no es posible que las formaciones de suscripción revolucionaria salgan del testimonio marginal y lleguen a jugar algún papel preponderante en el movimiento popular y ciudadano en curso, si no se colocan sobre sus hombros, realizan las labores teóricas y prácticas (que corresponden a un momento único) arriba descritas. Y marginalidad no es la imposibilidad de participar necesariamente en los incidentes electorales establecidos por el régimen político del bloque dominante, sino que la no presencia prevalente en el movimiento concreto de las y los comunes.
Los deseos jamás orientan el movimiento real de las y los comunes. En cambio, las voluntades reunidas de quienes persisten en transformar radicalmente la sociedad, sí.
Agosto-Septiembre de 2016