A los fascistas y a los libertos no les importan los niños, no les importa la humanidad

Los fascistas dicen que les importan los niños, menos los niños inmigrantes, a esos los mandan a campos de concentración o los dejan ahogarse en el mar, tampoco les importan los niños que son obligados a trabajar como esclavos en minas ilegales para hacer más ricos a multimillonarios sin escrúpulos fascistas como Elon Musk. 

Tampoco les importan los niños asesinados por el SIONISMO internacional a manos del criminal de guerra y amigo de los EEUU Netanyahu en el GENOCIDIO en Palestina, porque los supremacistas se creen superiores y con derecho a explotar a quienes consideran inferiores.

No importan los niños que sufren por causa de las sanciones y los bloqueos ilegales que sirven para torturar a los pueblos, con la intención de hacer caer gobiernos y poner a sus empleados, a títeres traidores y vendepatrias en el poder para enriquecer aún más a multimillonarios psicópatas con hambre de litio, coltán, oro, petróleo y todo aquello que sociópatas como Donald Trump o Elon Musk puedan robar usando la fuerza de las armas y el control de las redes sociales y de los medios de comunicación.

Son racistas, clasistas, xenófobos, y también homófobos que pretenden controlar la sexualidad de otros e imponer su idea del bien y del mal.

A quienes les preocupa tanto la sexualidad ajena seguramente tienen más de un problema con su propia sexualidad. 

El odio al diferente es una muestra de ignorancia, de mediocridad, incluso de cobardía, es muy cobarde tener miedo a lo que tu limitada mente no es capaz de entender.

Los derechos no son obligatorios, los que se sienten amenazados por un derecho son personas totalitarias a quienes les gustaría poder imponer a los demás su forma de entender la vida, sus creencias, su ideología, sus miedos.

Ellos son los verdaderos enemigos de la humanidad que niegan el derecho a la diversidad y proponen un mundo basado en un clasismo donde la clase trabajadora es una «raza inferior».