Los agentes en Cuba de los congresistas de origen cubano
Por Arthur González*/Martianos–Hermes–Cub
En días recientes Ileana-Ros Lehtinen, hija de uno de los testaferros del asesino Fulgencio Batista, en sus acostumbradas declaraciones a la prensa anticubana en Estados Unidos, inventaba una vez más “represiones y golpizas”, supuestamente causadas por el Gobierno cubano, en las que ya nadie cree, ni ven los millones de turistas que visitan anualmente la Isla.
El sujeto de su actual escuálida campaña es Eduardo Cardet, supuesto representante del inexistente Movimiento Cristiano Liberación (MCL) en Cuba, organización que ningún cubano conoce y además carece de membresía.
Ese fabricado representante es un residente en la oriental provincia de Holguín, quien el pasado año 2016 estuvo en los Estados Unidos recibiendo preparación para orquestar actos provocativos, recomendado por Rosa María Payá Acevedo, “refugiada política” radicada en Miami, pero con residencia legal en La Habana.
El padre de Rosa María, Oswaldo Payá Sardiñas, fue el inventor del Movimiento Cristiano Liberación, el cual nunca tuvo ni siquiera el respaldo de otros grupúsculos contrarrevolucionarios financiados por Estados Unidos; después de su muerte ella ha intentado infructuosamente revivir algo que jamás fue reconocido en la Isla, con vistas a recaudar dinero para seguir viviendo sin necesidad de trabajar.
La prueba indiscutible de que Cardet es un agente de la mafia anticubana ha sido precisamente la defensa que hacen la congresista Ros-Lehtinen y el Senador Marco Rubio, (“padrino” de Rosa María), acusando a Cuba de su detención y sanción jurídica, novelando una supuesta “golpiza salvaje”, algo que nunca han recibido sus asalariados en la mayor de las Antillas.
Otro de los que reciben apoyo financiero de esos mafiosos, es Fernando Maura Barandiarán, diputado español del grupo parlamentario del partido Ciudadanos, quien recibió orientaciones desde Miami para presionar a la Mesa del Congreso de los Diputados, con el fin de que el Gobierno de España haga declaraciones en apoyo del agente de la mafia anticubana.
El objetivo que persiguen lo expresó la propia congresista en sus declaraciones y es que el actual presidente Donald Trump, revise y elimine las medidas tomadas por Barack Obama, incluidos el rompimiento de relaciones diplomáticas y la restricción de viajes a Cuba, algo que no fue bien visto por los mafiosos anticubanos pues la presencia de tantos estadounidenses en la isla les permite comprobar todas sus falsedades.
Los mafiosos ya no saben que inventar para llamar la atención del presidente Trump, pero este tiene ahora demasiados problemas para dedicarse a escuchar las barrabasadas de esos congresistas, quienes no lo apoyaron durante su campaña electoral, además de que el Presidente posee informaciones fidedignas que dichas acusaciones son totalmente falsas.
Si la congresista Ros-Lehtinen, Amnistía Internacional y el susodicho diputado español, tienen tanta “preocupación” por los derechos humanos, deberían gritar por la situación que sufre el pueblo de México, con constantes asesinatos, desapariciones, más la represión que sufren los periodistas, pues ya suman centenares los que han perdido la vida por publicar informaciones en contra de los políticos corruptos.
Ante la muerte de la periodista mexicana Miroslava Brehac, del Diario La Jornada, asesinada a tiros el 23 de marzo 2017 en el estado de Chihuahua, no hay una sola palabra de condena, ni de apoyo a sus familiares y al propio gremio, expuesto constantemente a perder la vida en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, siendo la tercera periodista asesinada en este mes.
De esa realidad no hablan los congresistas de origen cubano en el Congreso de Estados Unidos, cuando son indiscutibles violaciones de los derechos humanos.
Tampoco hicieron declaraciones ni reclamos al Gobierno del Presidente Pérez Nieto, por las fosas clandestinas encontradas en la comunidad de Arbolillo, municipio Alvarado del estado de Veracruz, donde se confirman hasta la fecha 249 restos humanos en125 fosas clandestinas, muchos de ellos maniatados.
Por supuesto, para los integrantes de la mafia anticubana resulta muy difícil condenar esos asesinatos en México, porque el gobierno del dictador Fulgencio Batista que tanto defienden, hacia lo mismo en Cuba hasta 1958, habiendo ultimado vilmente a no menos de 20 mil cubanos, desde que en 1952 con el apoyo de la Casa Blanca dio el golpe de estado para apoderarse del poder.
Casi 60 años bastan para comprender que con la mentira no se alcanzan victorias y por esa razón José Martí calificó a individuos similares de la forma siguiente:
“Ladrones del altar son esos comerciantes de opinión…”
*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo.