Arthur González •  Opinión •  30/03/2018

Regreso a la guerra fría

La actual situación que se observa contra Rusia era de esperar. Estados Unidos se percató que no puede manipular a Vladimir Putin, ni engañarlo con edulcoradas promesas, como hicieron en su primer mandato cuando se creyó que podría ser amigo de los yanquis.

Aun no los conocía bien y por eso después de su breve visita a Cuba y entrevistarse con Fidel Castro, retiró, sin previo aviso, la base de Lourdes ubicada en las afueras de La Habana, decisión de la que años más tarde se arrepintió al comprender que los imperialistas son aves de rapiña.

Hoy Putin es un estadista con experiencia y sabiduría que aprendió la lección, de ahí que Estados Unidos retomara contra Rusia su política de guerra fría, a la que arrastra a sus aliados de la OTAN, quienes obedecen la voz del imperio sin protestar, a pesar de ser conocedores que pierden soberanía en esas decisiones.

El conflicto con Ucrania fue una muestra evidente, cuando los europeos se plegaron a las órdenes de Washington, con las sabidas consecuencias negativas que sus sanciones a Rusia les causaban económicamente.

El más reciente caso del supuesto envenenamiento del espía de origen ruso refugiado en Gran Bretaña, ha sido el pretexto para continuar incrementando las sanciones a Rusia, en parte como respuesta a la exitosa victoria de Putin en las últimas elecciones, donde demostró el apoyo popular que posee y su inteligencia para la toma de decisiones ante las medidas de Estados Unidos contra su país.

Las nuevas sanciones de expulsar a diplomáticos rusos de varias embajadas en Europa, no tienen precedentes en la historia y buscan cercar a Moscú y demostrarle de lo que es capaz occidente cuando se une a las indicaciones de Washington, situación que solo sirve para enrarecer la paz y la estabilidad del mundo, en momentos que Estados Unidos se muestra errático en sus decisiones y se aleja de todos los pactos internacionales, a pesar de las críticas internas y externas que han provocado.

Lo que Trump hace hoy con su disparatada forma de gobernar, nos recuerda a la antigua Roma y las decisiones de sus últimos emperadores antes de desmoronarse el domino de los Césares, con la diferencia que aquellos no disponían de armas nucleares, tornándose la actual situación como muy peligrosa, ya que el actual presidente de Estados Unidos carece de experiencia política y dirige el país como si fuera una de sus empresas.

Gran Bretaña no ha presentado una sola prueba de sus denuncias respecto al supuesto envenenamiento de Sergei Skripal y su hija, lo que bien pudiera ser una Operación de su profesional servicio de inteligencia, similar a la ejecutada contra Alemania Nazi durante la 2da Guerra Mundial, como aquella que posteriormente sirvió de guión a un interesante filme denominado “El hombre que nunca existió”.

La escalada contra Rusia parece ser el inicio de otras acciones que pudieran afectar la participación de Europa en el próximo mundial de futbol y otras económicas para acrecentar el cerco contra Moscú.

Putin acumula una valiosa experiencia en esas acciones y no se quedará cruzado de brazos, más ahora que cuenta con total respaldo del pueblo, el que continuará uniéndose para enfrentar a occidente, además de radicalizarse en torno a su Presidente con la añoranza de la era Soviética, todo gracias a los desvaríos del presidente Trump y su equipo de trabajo, carentes de experiencia en política internacional.

El caso Skripal es solo un pretexto para la campaña anti rusa, pues el ex espía no ha muerto, la prensa no tiene acceso a los médicos que lo atienden y tampoco se presentan pruebas que demuestren el presunto envenenamiento, situación que desmoronaría las acusaciones, teniendo en cuenta los adelantos tecnológicos actuales de los sistemas ultra analíticos de sangre.

Habrá que esperar para que la verdad germine, al igual que se comprobó el invento de las “armas químicas” en Irak, para justificar la invasión criminal que ya acumula cientos de miles de víctimas inocentes, sin que Europa haya sancionado a Estados Unidos por causar tantas muertes y la destrucción de todo un pueblo.

No por gusto José Martí que conoció bien a los Estados Unidos afirmó:

Cuando los imperios llegan a la cumbre de su prosperidad, están al borde del precipicio que los devora”.

*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.

Fuente: MartianosHermesCubainformación


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