«Lecciones de mala Historia»
En la clase de hoy estudiaremos tres hitos de la más nauseabunda historia política española de finales del siglo XX y principios del XXI:
-23 de febrero de 1981: el «tejerazo», intento de golpe de Estado en el que un grupo de militares y guardias civiles chusqueros secuestraron al Gobierno y al Congreso al ser asaltada la sede legislativa en donde se estaba procediendo a la votación para la investidura del presidente Calvo-Sotelo, al igual que fueron tomadas con tanques la sede de Radiotelevisión Española y la ciudad de Valencia, todo ello con la peregrina idea de que los diputados secuestrados nombraran presidente a un general, ex jefe de la Casa Real para más señas y en la lista intervenida de cuyo gobierno casualmente todos los que figuraban eran «víctimas» del secuestro, empezando por un tal Felipe González, quien se haría cargo nada menos que de la vicepresidencia. El golpe fracasó, dicen, gracias a una oportuna llamada del entonces presidente francés Giscard D’Estaing en la que, también dicen, le leyó la cartilla e hizo desistir del plan a un señor al que posteriormente, cosas de la vida, la Historia le atribuyó haber frenado la operación, a pesar de que no hay nadie con más de quinientos gramos de materia gris que no sepa, aunque se lo auto censure, que era el impulsor.
-6 de junio de 2003: el «tamayazo», exitoso golpe autonómico perpetrado en la comunidad de Madrid por dos diputados del ala más conservadora (la de González) del PSOE, (¡cómo no!) y orquestado por las mafias inmobiliarias y financieras de la capital en el que éstos dos pájaros (pájaro y pájara) se ausentaron de una votación para evitar un gobierno progresista y encumbrar a Esperanza Aguirre en la presidencia, dando paso al periodo más destructivo en todos los aspectos de la historia madrileño y del que aún se sufren las consecuencias.
-29 de octubre de 2016: el «abstencionazo», también conocido como el «felipazo», el «cebrianazo» o el «susanazo», golpe parlamentario en el que un grupo de dinosaurios (y no tanto) de la órbita del PSOE maniobraron para destituir al secretario general de ese partido y evitar así que éste encabezara un gobierno progresista y manteniendo en el poder, mediante la abstención en la votación de investidura, al gobierno más corrupto desde 1977, sólo comparable a la última etapa de Felipe González, principal promotor de esta desventura, por cierto.
CONCLUSIÓN: Felipe González, con su camarilla prisaica, ha sido el personaje más dañino de la Historia de la España post franquista.