Marcos Ana sigue viviendo en la juventud que a él le robaron
El pasado sábado despedimos a Marcos Ana en un abarrotado Auditorio Marcelino Camacho donde cientos de personas le pudimos dar nuestro último adiós. Miembros del Partido Comunista, de Izquierda Unida, del mundo de la cultura y ciudadanos de a pie se agolparon en el homenaje a una persona querida como pocas.
Fernando Macarro Castillo, como así se llamaba, entró a formar parte de la Juventud Socialista Unificada (JSU) a los 16 años. Fue su militancia comunista la que le llevaría a la cárcel tres años después, al finalizar la guerra civil, aunque no es menos cierto que como cuenta en uno de sus poemas lo encerraron “por querer llenar de estrellas el corazón del hombre”.
Será en la cárcel cuando se convierta en Marcos Ana ( seudónimo con el que quiso honrar el nombre de su padre y de su madre) y comience su obra poética a la edad de 33 años.
Pero más allá de su legado literario, Marcos Ana continúa siendo un referente para cualquier joven que tenga una aspiración transformadora. Su compromiso, humildad y entrega representan lo mejor del ideal comunista, y es que 23 años en prisión e inimaginables torturas no impidieron que siguiera pensando que “vivir para los demás es la mejor manera de vivir para uno mismo”.
Por desgracia tenemos que lamentar que la vida y obra de un ser humano excepcional como él no se estudie en las escuelas, que la mayoría de los jóvenes no sepan quién fue. El nuevo país que está en construcción tendrá de forma ineludible entre sus pilares la memoria democrática de los grandes luchadores por la libertad y contra la barbarie del fascismo que Marcos Ana encarna.
Pedro Almodóvar compró los derechos de su biografía para hacer una película sobre su vida. Se dice que no la llegó a llevar a cabo ante la dificultad de plasmar una vida tan compleja. Y es que entre los cientos de anécdotas que rodean a Marcos Ana encontramos alguna tan peculiar como la que contó en una entrevista en la que afirmó que cuando el Che Guevara murió en Bolivia llevaba en su macuto un libro de sus poemas.
Pese a vivir los años de su juventud en prisión o quizás por ello, siempre fue una persona muy cercana a los jóvenes, y como muestra de reconocimiento, desde la UJCE, organización heredera de su JSU, le entregamos el carnet honorífico nº 1 de nuestra organización en un homenaje que se le hizo en 2009.
Su último libro, escrito en 2013, “Vale la pena luchar” se lo quiso dedicar a la juventud, esa misma que debe conocer el pasado si quiere transformar su presente. Y es que personas como Marcos Ana, o el recién fallecido Fidel Castro, si bien desaparecen físicamente dejan una obra y un legado que son ya imperecederos.
Hoy, 80 años después del nacimiento de la JSU en la que militó Marcos, nos emplazamos a continuar su legado y a rendirle el mejor homenaje, hacer realidad los ideales por los que luchó toda su vida.
Xavier García – Secretario General de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE)