Hedelberto López Blanch •  Opinión •  31/01/2022

¿Podría California ser igual que Ucrania?

Supongamos que el Estado de California se independizara de Estados Unidos y que Rusia y China le enviaran armas y equipos militares para que se pudiera defender de una hipotética agresión de Washington.

La tensión se incrementaría en el oeste norteamericano ante una posible guerra y que a la par, Rusia y China impusieran sanciones a Estados Unidos ante la posibilidad de que lanzara un ataque contra el “independizado” Estado. 

A eso se sumaría una fuerte campaña de difamación en todos los medios de propaganda del orbe alertando sobre una terrible amenaza bélica de Estados Unidos contra California para que el mundo lo creyera.

Nada más parecido a lo que ocurre actualmente en Ucrania, antigua región perteneciente a la Unión Soviética (se independizó en 1991) y que Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN la han tomado de conejillo de indias para arremeter contra Moscú, desde el golpe de Estado en 2014, preparado desde Occidente, que derrocó al presidente Víctor Yanukóvich.

La táctica de Estados Unidos y la OTAN es la de ir cercando a Rusia con regímenes vecinos de derecha y para esos fines han tratado también de derrocar a Belaruz y Kazajistán, con los mismos métodos utilizados en Kiev.  

En numerosas ocasiones Moscú ha manifestado que no atacará a Ucrania pero defenderá, como es lógico, sus fronteras con sus tropas, mientras Occidente impulsa una enorme campaña desinformativa a la par que envía cantidades de equipos, aviones y armamento pesado y ligero a Kiev.

La semana del 17 al 22 de enero, llegaron a suelo ucraniano dos cargamentos estadounidenses con equipos bélicos, incluyendo armas letales, y Gran bretaña le siguió con seis vuelos con implementos militares, entre estos misiles antitanques. 

Moscú insiste en tener garantías de que Ucrania no entrará en la agresiva organización de la OTAN, que no se coloquen armamentos ofensivos en ese territorio y que se respeten los acuerdos suscritos en 2015 en Minsk relativos a los territorios del Dombas.

El halcón Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano ha estado insistiendo en tomar mayores represalias contra Moscú ante la hipotética agresión, mientras realiza conversaciones con los aliados para convencerlos de cerrar el cerco contra Rusia.

Uno que apoyó la agresiva confrontación fue el gobierno español de Pedro Sánchez que envió buques de guerra al mar Negro, propuso trasladar cazas a Bulgaria y hasta despachar tropas a Kiev. 

Francia y Alemania esgrimen la posición de mantener diálogos con Moscú para estabilizar una paz en la región que se deteriora cada vez más. 

La representante oficial del Ministerio del Exterior, María Zajarov señaló que están “convencidos de que el propósito de la campaña es ocultar con sus propias desinformaciones las provocaciones que se preparan a gran escala que incluyen acciones de carácter militar lo que puede crear las consecuencias más trágicas para la seguridad regional y mundial.

Para incrementar aún más las tensiones, Washington ordenó a sus funcionarios abandonar la embajada en Kiev, medida que siguieron Londres y Sydney. 

Pero volvamos al principio del comentario con una pregunta: ¿Qué haría Washington si ocurriera una hipotética independencia de California y los gobiernos de Rusia y China lo apoyaran con el envío de equipos bélicos y una amplia campaña desinformativa? ¿Se quedaría Estados Unidos de brazos cruzados? 

En solo un año de gobierno el presidente Joe Biden ha perdido apoyo dentro del país por lo que al parecer quiere ganar votos al presentarse como un hombre de derecha fuerte, capaz de todo para mantener la ya debilitada hegemonía imperial de Estados Unidos.

Esperemos que la cordura se imponga para bien de la Humanidad porque una guerra iniciada en esa región podría extenderse por todo el orbe.   


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