Libardo García Gallego •  Opinión •  31/05/2020

Sospechas válidas

En un mundo donde predomina la mentira sobre la verdad, las sospechas son más frecuentes y suelen coincidir con la verdad. Acerca de la pandemia del Covid-19 se han hecho multitud de afirmaciones, contradictorias entre sí y todas dizque son verdaderas: que el virus fue producido intencionalmente en un laboratorio; no, que provino accidentalmente de un animal; que se generó en un laboratorio gringo, cuyo director lo vendió a los chinos; mentiras, fueron los chinos quienes lo descubrieron y propagaron; otro aduce, no ve que fue por culpa de la tecnología 5G que una epidemia local se convirtió en pandemia; pendejo, ya Bill Gates lo había anunciado hace varios años; no señor, Bolsonaro dijo que eso era una “gripita” como cualquiera y Trump sostiene que se puede prevenir tomando detergentes o hidroxicloroquina; que fue China la culpable de la expansión del virus, con la complicidad de la OMS, por no haber difundido pronto su aparición; que no existe ningún medicamento para prevenir o atenuar la enfermedad; no señor, los cubanos han logrado reducirla con el Interferón Gama2; usted es que es bobo, eso no sirve para nada; lo que pasa es que los médicos se equivocaron en el tratamiento porque el virus no ataca los pulmones sino la sangre, e ……………… infinito número de explicaciones, entre científicas y especulativas. Vaya uno a saber quién dice la verdad.

Ahora va mi sospecha: Sabiendo que una minoría de multimillonarios controla el mundo (Illuminati, Club de Bildelberg, Masones, etc.) y están muy preocupados por el alto crecimiento de la población y la anunciada catástrofe ambiental, motivos por los cuales es preciso reducir la población mundial siquiera en un 25%, ¿cómo no va a ser importante una pandemia para ese propósito?  Si ni las crisis económicas ni las guerras invasivas han logrado este objetivo es necesario recurrir a la crisis sanitaria, una alternativa  que  parezca provocada por la misma naturaleza y no fruto de decisiones políticas. Una buena salida consiste en provocar la muerte de muchos ancianos, pacientes de otras enfermedades crónicas, y de personas mal alimentadas o carentes de defensas inmunitarias. ¿Acaso no escucharon a la directora del Banco Mundial preocupada porque “los pensionados están prolongando demasiado sus vidas y la economía mundial se va derrumbar si no se actúa ya”?

Me parecen demasiado ingenuos quienes piensan en que muy pronto conoceremos  la verdad verdadera acerca del origen, manejo y evolución de esta pandemia; pienso que quizás se sabrá dentro de 50 o 100 años. Por mi parte considero que fue fabricada con clara intención, no accidental, ordenada por quienes son dueños del 90% del planeta tierra.

Me responderán que no existen personas tan perversas como para cometer un genocidio de tal dimensión. Yo les riposto que sí las hay. Los millones de muertos que hubo en Irak con el pretexto de tumbar un gobierno no títere, dizque porque tenía unas armas nucleares peligrosísimas, cosa que era mentira. Lo mismo ocurrió en Libia con el objeto de robarle los hidrocarburos y han tratado de hacer lo mismo a Siria, Irán y otros países del medio oriente, acusándolos de terroristas. Israel ordena asesinar a los palestinos, inclusive a niños y niñas para que no se reproduzca ese pueblo, al cual quieren desaparecer para quedarse con su territorio. Estados Unidos ha bloqueado a Cuba durante 60 años porque este país escogió soberanamente un sistema socioeconómico y político autónomo, no capitalista; también le ha robado propiedades y dineros a Venezuela y pretende invadirla para apoderarse de sus recursos naturales. Y no terminaríamos este escrito si enumerásemos todos los genocidios cometidos sólo durante el último siglo.

Para no ir muy lejos ¿cuántos años llevamos matándonos los colombianos y no ha sido posible hacer una reforma agraria integral donde la tierra sea para quien la trabaja, país donde se asesina a todo el que habla de igualdad, justicia social, respeto y garantía de los derechos humanos o proponga un nuevo orden social? Hasta existe un partido donde militan los enemigos de la paz que eligió gobierno, aunque ilegalmente, y cuyo jefe es un narcotraficante, paramilitar, autor intelectual de numerosas masacres, a quien la justicia protege en lugar de judicializarlo.

Este es el mundo en que he logrado sobrevivir de milagro, quisiera para mi descendencia uno muy distinto, igualitario, pacífico y con justicia social. Quizás la humanidad, evolucionando hacia la solidaridad y el consenso, logre construir  uno físico, no celestial,  donde reine la felicidad para todos los seres humanos en armonía con la naturaleza, desterrando el odio, la codicia y la ambición desmedidas.

Armenia, mayo 29 de 2020

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