Juan Cejudo Caldelas •  Opinión •  31/08/2020

Explosiva situación de Palestina ante el silencio de la comunidad internacional

Israel ha estado bombardeando durante más de 10 días la zona de Gaza. Además corta el suministro de agua y electricidad, así como suministros básicos como medicinas y bloquea el paso de personas.

En Gaza viven entre 700.000 y 2.000.000 de palestinos (según las fuentes) para quienes el día a día se les hace insoportable.

Israel ha ignorado sistemáticamente las decenas de resoluciones de la ONU, entre las que están la condena de los asentamientos ilegítimos de tierras palestinas y la resolución Nº 194, que recoge el derecho al retorno de las personas palestinas que fueron expulsadas de su tierra.

La UNRWA que es la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos dice: “en 2007 Israel impuso sobre Gaza un bloqueo ejercido por tierra, mar y aire que, además de ser contrario al Derecho Internacional, supone una violación masiva de los Derechos Humanos de la población. En la práctica, el bloqueo impide el intercambio de productos y servicios, al igual que la libertad para salir o entrar a Gaza”.

Ahora de nuevo la ONU, ante el endurecimiento del bloqueo israelí y los bombardeos sobre Gaza, pide garantizar los derechos vitales de los palestinos. Israel también ha prohibido la pesca, el ingreso de combustibles y ha dejado a Gaza sin energía eléctrica, restringe la entrada de alimentos y medicinas…

El aumento de la tensión se ha producido porque en enero pasado Donal Trump presentó su plan para la paz entre israelíes y palestinos ante el primer ministro israelí, pero los palestinos no fueron invitados a ese acto. Ellos rechazan este falso plan que le da todas las ventajas a Israel y todos los inconvenientes y problemas a Palestina. Lo lógico es que ese plan  deba ser negociado y consensuado entre las partes en  conflicto, pero no dejando al margen a una de ellas. Israel se haría con el cotizado Valle del Jordán, seguiría teniendo a Jerusalén como su capital y se podría anexionar hasta un 30% de Cisjordania.

Quien debería dar el visto bueno al Estado palestino sería Israel, con el visto bueno de EEUU y tendría Palestina que cumplir una serie de duras  condiciones para ello. Por eso los líderes palestinos lo han rechazado categóricamente y por eso las tensiones se han recrudecido.

Llama la  atención el silencio de la Comunidad Internacional ante estos atropellos que hacen vivir en un infierno a los palestinos de Gaza.

El Vaticano también es muy débil en sus denuncias, aunque sigue manteniendo su posición muy firme de que debe haber dos estados, con fronteras seguras,  como lo ha repetido en muchas ocasiones la ONU. Sus palabras son , suaves  para todo lo que está pasando y sufriendo el pueblo palestino y el acoso continuo que sufre por parte de Israel.

Pero advierte Francisco de que hay que tener cuidado  con «soluciones injustas» para resolver el conflicto entre palestinos e israelíes, refiriéndose, sin duda al Plan de paz de Trump de enero pasado. Y rechaza la política de anexiones israelíes  en Palestina que iban a entrar en vigor el 1 de julio y han sido aplazadas.

Nos gustaría que el papa no fuera un Jefe de Estado, para que pudiera sentirse más libre y denunciar proféticamente, con valentía, los atropellos continuos que sufren los habitantes de Gaza y también de Cisjordania y la continua violación de los derechos humanos.

Habría que pedir a las instituciones : ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y al Estado, una condena firme  de este estado de cosas. Igualmente la Unión Europea debería también implicarse activamente para mostrar su condena y tomar medidas contundentes al respecto.

No puede seguir Israel actuando impunemente ante el silencio cómplice de la comunidad internacional.


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