Cristóbal León Campos •  Opinión •  31/12/2024

Palestina y el derecho a existir

El año 2024 llegó a su fin, pero el genocidio del pueblo y la nación palestina sigue. El pasado 30 de diciembre se cumplieron 450 días del recrudecimiento de la campaña bélica del sionismo israelí y del imperialismo estadounidense, misma que lleva más de siete décadas y de la que no se avizora un final próximo, pues una parte del mundo sigue impávida observando la masacre y los crímenes de lesa humanidad que ya se extienden a Líbano, Yemen y Siria, entre otras naciones, y que han puesto las alarmas a funcionar ante la cada vez mayor posibilidad de una guerra global. El Medio Oriente arde y esto sólo beneficia a las fuerzas imperialistas y neocolonialistas, es decir, a la inhumana lógica de muerte del capitalismo más rancio.

El genocidio se incrementa de formas realmente inhumanas y sólo muestra la sed de sangre de los asesinos sionistas e imperialistas, y esta afirmación, aunque dura, es real, únicamente basta citar el nuevo informe divulgado el pasado domingo (30 de diciembre) por la Oficina de Información de Gaza, donde se menciona que en los 450 días que lleva la campaña bélica actual “Israel ha utilizado 88 mil toneladas de explosivos contra la población civil y ha llevado a cabo 9 mil 973 masacres” (Resumen Latinoamericano, 30/dic/24), dejando a su paso la muerte de mil 413 familias palestinas completas. La cifra total de asesinatos a la fecha de corte del informe cita asciende a 45 mil 514, desde el 7 de octubre de 2023, con los escalofriantes datos de 17 mil 818 infantes y 12 mil 287 mujeres que han perdido la vida a raíz de las acciones bélicas, como los bombardeos y las incursiones por tierra de las tropas sionistas, siendo que, por lo menos, el 70 por ciento de las víctimas son infantes y mujeres. Y por eso nos preguntamos ¿si estas cifras no responden a un genocidio, entonces qué representan?

La crudeza del genocidio va en aumento, ya en Gaza y demás áreas de Palestina no es posible hablar de “zonas de guerra”, pues todo el territorio se encuentra asediado, los refugios son atacados deliberadamente por las tropas de ocupación sionista, los millones de dólares siguen siendo enviados desde Washington y las banderas del terror son ondeadas por soldados sionistas, quienes, burlándose del dolor palestino y humano, suben videos a las redes sociales riendo por sus actos. Así la degradación humana al adentrarnos al segundo tercio de la tercera década del siglo XXI, una época donde alguna vez se imaginó la utopía del “desarrollo prospero humano”, y hoy sólo observamos la crisis sistémica que se refleja en conflictos globales, guerras y crisis económicas que sumergen a la población mundial en la penumbra; una crisis de humanidad que debe ser toma muy enserio.

El informe citado también señala que mil 68 médicos y/o personal sanitario ha sido asesinados; 2 millones de pobladores han sufrido al ser desplazados de sus hogares; 488 centros de enseñanza han sido destruidos total o parcialmente; más de 700 mil estudiantes no tienen acceso a la educación; 904 maestros y personal educativo y científico han muerto; miles de hospitales, mezquitas y viviendas están destruidas total o parcialmente; y entre otras cifras se menciona un terrorífico dato de 2 mil 300 cadáveres robados por las tropas sionistas (¿para qué?), algo que habla muy claramente de la perversidad inhumana que acontece en Gaza y en Palestina. Además, las cifras de muertes por el frio, el hambre y las enfermedades van creciendo día a día, junto periodistas de son asesinados y un bloqueo mediático internacional que no permite se hable con total libertad de lo que realmente pasa en Palestina y el Medio Oriente. Pero ante estas y otras cifras la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sólo ha dado recomendaciones, advertencias y ha tenido que reconocer el genocidio, pero las acciones políticas internacionales, las sanciones y/o la utilización de otras formas para finalizar el genocidio no han llegado, siguen ausentes, al tiempo en que los países colonialistas europeos callan y apoyan al régimen criminal de Benjamín Netanyahu, y continúan sometidos al imperialismo estadounidense, el cual pronto recrudecerá su discurso de odio con la llegada de Donald Trump al poder. Y ante todo lo anterior, y mucho más, aún hay voces descaradas y “distraídas” que se atreven a cuestionar el derecho del pueblo y la nación palestina a resistir, su derecho a continuar la lucha por su liberación, de ejercer todas las formas posibles de resistencia ante el crimen que sufren. Hoy en Palestina acontece un genocidio, vivimos el mayor crimen de lesa humanidad de este siglo, y también presenciamos la heroica resistencia palestina, misma que libra batallas en todos los sentidos ante la invasión sionista, ante el despojo de su territorio, cultura e identidad, y ante la feroz campaña de muerte del imperialismo.

El pueblo y la nación palestina ejercen día a día su derecho a existir, lo defienden, y nosotros, el resto del mundo, debemos redoblar las fuerzas, reagrupar las voces y seguir denunciando por todos los medios el genocidio, los crímenes de lesa humanidad y la bestialidad inhumana que hoy se llama sionismo israelí e imperialismo estadounidense. Entramos a un nuevo año, 2025, un periodo temporal crucial, donde la beligerancia se incrementará y los pueblos tendremos que tender puentes de solidaridad e internacionalismo más duraderos para resistir con mayor fuerza.

¡Palestina será libre!


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