Amazon: la supremacía del negocio por encima de la salud de las personas
Es inadmisible que la «productividad» y las malas prácticas empresariales, actúen como trituradoras de trabajadores y trabajadoras. Los lugares de trabajo deben cumplir con la normativa establecida de prevención de riesgos laborales.
Cualquier persona a estas alturas sabe que Amazon es un negocio estrictamente lucrativo y que ya poco queda de lo que fueran sus inicios en los que se dedicaba a la venta de libros. En relativamente poco tiempo se ha convertido en una enorme corporación que opera a nivel mundial.
Sin entrar a profundizar, es sencillo darse cuenta de que el éxito de su negocio radica en que con un solo clic se pone al alcance de la clientela (cada vez más extensa), un sinfín de productos que llegan a los domicilios sin realizar absolutamente ningún esfuerzo. Paradójicamente esa laxitud contrasta con el nivel de desempeño exigido a las personas empleadas.
Si vamos más allá nos damos cuenta de que el problema viene del hecho de que para conseguir el beneficio multimillonario de uno, se sacrifica y arrasa el bienestar de otros muchos, ya sea en el capítulo de la sostenibilidad y del cambio climático, del que nos estamos haciendo poco a poco más conscientes a fuerza de sufrir sus consecuencias, como en el de la salud y la seguridad de las personas a su servicio.
Es inadmisible que la «productividad» y las malas prácticas empresariales, actúen como trituradoras de trabajadores y trabajadoras. En lo que se refiere a aspectos como la prevención de los riesgos laborales hay también mucho que reclamar y reivindicar.
El ritmo de trabajo es más propio de máquinas que de personas, poniendo en peligro tanto su seguridad como su salud, puesto que está supeditado completamente a la maximización del beneficio económico. ¿Dónde quedan entonces los principios preventivos de la normativa, cuando lo que prima con ferocidad es el dinero y no la salud?
Los lugares de trabajo deben cumplir con la normativa establecida de prevención de riesgos laborales y por tanto, la empresa debe velar por la seguridad y salud de sus plantillas, permitiendo los tiempos de descanso necesarios y adecuados a las características del trabajo realizado. La participación a través de la representación legal de los trabajadores y trabajadores, es también un derecho inalienable.
Porque no sólo es cuestión de normas, que las hay, sino también de valores morales y éticos y del respeto a los derechos universales de las personas trabajadoras, así como de la ciudadanía en general.
Desde CCOO apostamos por un lugar de trabajo seguro, saludable y por supuesto por un mundo más justo y sostenible.