Ilka Oliva Corado presenta en Filven el testimonio de su travesía por los desiertos de la migración
Por Rosa Raydán
Ilka Oliva Corado es una sobreviviente de la migración centroamericana a Estados Unidos. «Indocumentada con maestría en discriminación y racismo», así se define a sí misma en su blog Crónicas de una inquilina, en donde escribe de todo un poco, pero especialmente de la realidad de América Latina y de lo que viven quienes como ella han debido dejar su terruño sin nada en los bolsillos para huir de la pobreza y la violencia institucionalizada.
Los lectores venezolanos quizá la conozcan por sus artículos de opinión y sus redes sociales, donde está siempre activa. Venezuela y la Revolución Bolivariana son temas recurrentes en sus reflexiones. Es una defensora confesa del legado de Chávez y de la resistencia antiimperialista.
Como parte de la serie de novedades que El Perro y la Rana presenta para esta 14ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), la casa editora trae a los lectores criollos uno de los 12 libros que ha escrito esta autora multifacética: Historia de una indocumentada. Travesía en el desierto Sonora-Arizona.
La obra, publicada por primera vez en 2014 y difundida hasta la fecha en varios idiomas, ofrece el testimonio de Oliva sobre su transitar desde su natal Guatemala hasta los Estados Unidos.
En un momento en que la migración es tema de todos los días en los grandes medios de prensa, en los que la llamada «Caravana migrante» se criminaliza y en los que a Venezuela se le acusa causar una «crisis migratoria», Oliva, en entrevista con AVN, expone su relato, aborda la doble moral que existe en los discursos hegemónicos y reivindica el derecho humano a migrar.
-Tu libro se edita en Venezuela en un momento coyuntural sobre el debate de la migración centroamericana hacia Estados Unidos. ¿Cómo crees que puede contribuir tu testimonio al debate, reflexión y sensibilización sobre el tema?
-Lo importante es visibilizar la realidad de las migraciones forzadas que son consecuencia de imposiciones de oligarquías y bandas criminales, como de injerencias extranjeras que solo buscan despojar a los pueblos de todo medio de sobrevivencia y de sus recursos.
Hablando propiamente de Latinoamérica y de los países con gobiernos neoliberales, mismos que son lacayos y venden a sus pueblos a cambio una cuenta bancaria, podemos ver que la corrupción, las limpiezas sociales, las empresas transnacionales que delinquen con los recursos naturales de los países, la violencia institucionalizada, la carencia absoluta de inversión en educación, infraestructura, salud, recreación y fuentes de trabajo hacen que miles de personas se vean obligadas a abandonar sus países de origen para buscar techo y comida en otros lugares.
Y quienes migran en situaciones de sumo peligro por su falta de documentos y dinero para semejantes travesías son los más golpeados del sistema, y lo más cruel es que son violentados en sus países de origen para seguirlo siendo en su trayecto migratorio y en el país de llegada porque su condición de indocumentados los mantiene en las sombras y no existen ni para los derechos humanos ni para los derechos laborales.
Podemos ver el caso de centroamericanos migrando hacia Estados Unidos y cómo son tratados en México donde se realiza el genocidio migrante, el caso de haitianos migrando hacia República Dominica, Chile y cómo son discriminados. El caso de colombianos y peruanos migrando hacia Chile y cómo los tratan allá, con el racismo a flor de piel.
La travesía en sí de un migrante centroamericano atravesando México sin documentos, es la piel descarnada de la humillación y el abuso por parte del gobierno y de las bandas criminales que lo conforman.
-Hay un doble rasero en los discursos sobre migración. En los grandes medios y en el discurso hegemónico no se aborda igual el caso venezolano y el caso centroamericano, por ejemplo ¿Como alguien que ha vivido en carne propia los rigores de la migración, cómo valoras esa doble moral y a qué la atribuyes?
-Venezuela vive una guerra económica y mediática que busca debilitar al gobierno y que promociona fuga de venezolanos, eso lo sabemos todos, como ha sucedido con Cuba desde hace décadas. Los medios afines al capital, esos medios corporativos tergiversan e inventan para tratar de convencer a las masas carentes de todo raciocinio, memoria histórica y criterio propio que en Venezuela se vive una dictadura y esa es la razón por la que migran las personas.
Ahora bien, yo no señalo a quienes han migrado de Venezuela, que tienen derecho a migrar si así lo desean, de Venezuela y de cualquier país del mundo. Aquí hablamos de la doble moral de la prensa que oculta que en países como Honduras, Guatemala y México, se viven dictaduras terribles que aparte de la limpieza social de todos los días, están acabando con los recursos de la región a corrupción pura.
Las migraciones de venezolanos y centroamericanos ocurren en un contexto distinto y hay que evidenciarlo.
-En tus redes sociales y artículos se te nota una sensible admiración hacia Chávez y hacia la Revolución Bolivariana. ¿De dónde nace ese amor?
-Admiro profundamente al pueblo venezolano por sus agallas para defender su revolución, sus derechos, sus recursos, su memoria histórica. Admiro la forma en que pone el pecho a todo ataque injerencista que busca arrebatarle todo. Tiene una dignidad de pocos y eso llena de orgullo, de alegría, motiva.
Sobre Chávez, mi admiración por el Niño Arañero comienza desde que supe que creció vendiendo dulces de papaya en las calles; lo sentí mi colega, un ser marginado como miles de nosotros, que como yo creció con carencias económicas, que sabe lo que es ir a poner la cara y ofrecer una venta para ganarse el sustento.
Como él crecí vendiendo helados en un mercado, en las paradas de autobús, en fincas, en aldeas, con mi hielera al hombro. Soy un ser marginado como él y me llena el pecho de orgullo saber que un ser marginado por el sistema y la sociedad, que estaba relegado a morir de hambre o a pudrirse en el trabajo de obrero, sacó la cara por todos y creó una revolución para dignificarnos no solo en Venezuela, no solo en Latinoamérica, sino en el mundo. Cómo no admirar y querer a quien creó el Progresismo Latinoamericano.
-Al mismo tiempo que miles de centroamericanos caminan hacia EEUU huyendo de la pobreza, Venezuela impulsa el Plan Vuelta a la Patria ¿Has seguido esas noticias? ¿Qué opinión te merece esa iniciativa?
-Yo lo decía en semanas anteriores, ¿Cuándo un país de carácter neoliberal de los que critica a Venezuela ha creado un programa que invite al retorno a su migrantes? Y que les ofrezca las oportunidades de desarrollo. Nunca y nunca pasará. Los países de carácter neoliberal sobreviven gracias a las remesas de millones de migrantes, somos los migrantes lo que sacamos a flote a nuestros países de origen.
Venezuela con el Plan Vuelta a la Patria no solo le está demostrando al mundo que tiene los recursos para el desarrollo integral de su pueblo, sino también le está demostrando que las migraciones masivas de los últimos meses se han debido al engaño mediático que busca crear fugas como en Cuba, de lo contrario ni un solo venezolano regresara así el gobierno promocionara el Plan Vuelta a la Patria.
Quienes hemos vivido en países que han estado sumidos en dictaduras durante décadas, sabemos que Venezuela es la que sostiene a toda Latinoamérica en sus hombros y admiramos su resistencia, su fuerza para ponerse en pie y empujar la revolución porque saben que 20 años es apenas un paso comparado con más de 500 años de opresión, pero paso a paso es como se avanza.
-¿Cómo te sientes al ser editada en Venezuela?
Es un enorme privilegio. Mi amor por Venezuela es fecundo, me siento tan venezolana como ese niño vendedor de dulces de papaya que llenó de amor la Patria Grande. No me alcanzará la vida para agradecer esta enorme muestra de amor de Venezuela para conmigo al publicar mi libro e invitarme a la Feria Internacional del Libro de Venezuela. Me emociona aún más saber que la editorial que lo publica, El Perro y la Rana, tanto como la Filven, fueron creadas por Chávez, que al hacerlo abrió las puertas para que los parias hiciéramos realidad nuestros sueños, y yo soy una muestra de ello.
Y por supuesto, mi agradecimiento a Raúl Cazal como a Ernesto Villegas porque estando yo tan lejos físicamente, (pero cerca en el corazón) me hacen parte de esta enorme fiesta cultural venezolana. Y como uno nunca debe olvidar a quien le tendió la mano cuando más lo necesitaba, mi agradecimiento eterno a Priscila Casosola y a Carolina Vásquez Araya, quienes escribieron el prefacio y el prólogo de este libro, porque creyeron en mi testimonio cuando nadie más lo hizo.