EEUU pierde el radiotelescopio Arecibo: ¿tiene ahora China una ventaja?
La noticia de que Arecibo, uno de los radiotelescopios más grandes del mundo, será desmontado, conmocionó a la comunidad científica. Ahora la pregunta es si el recientemente construido telescopio chino FAST será capaz de ocupar el puesto del Arecibo en la búsqueda de vida extraterrestre y otras misiones importantes de la exploración del espacio.
En agosto, el telescopio estadounidense Arecibo, situado en Puerto Rico, fue dañado en una tormenta tropical: un cable auxiliar se desgarró e impactó contra el plato reflector. A principios de noviembre, el cable principal, que pesaba 16 toneladas, se rompió y dañó la antena. La construcción se volvió tan frágil que resultó imposible repararla y se decidió desmontar el telescopio.
El Arecibo recolectaba datos radioastronómicos para los científicos de todo el mundo. Principalmente se usaba para la observación de objetos estelares, pero se empleó también para otros fines. Durante su funcionamiento, el telescopio ayudó a detectar varios asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra y a encontrar el primer planeta fuera del sistema solar. En la década de 1970, los investigadores utilizaron el Arecibo para emitir la primera señal de radio interestelar como parte de un proyecto para buscar vida inteligente fuera de nuestro planeta. Uno de los últimos descubrimientos importantes fueron las misteriosas señales espaciales detectadas en 2016.
El jefe de uno de los laboratorios del Arecibo, el profesor Abel Méndez, señaló en una entrevista con Business Insider que con la pérdida del radiotelescopio, Estados Unidos perdió la oportunidad de implementar su proyecto de búsqueda de vida extraterrestre. El único telescopio adecuado para este propósito, según el especialista, ahora sería el telescopio esférico de 500 metros de apertura FAST, puesto en marcha en China en 2016.
Sin embargo, algunos científicos opinan que el FAST chino no podrá reemplazar completamente al Arecibo porque este era único debido a su ubicación y equipo técnico.
«El Arecibo tenía un radiotransmisor más potente de hasta 900 kW, lo que lo convirtió en el localizador de radio más sensible del mundo. Además, el Arecibo estaba 7,5 grados más cerca del ecuador, lo que hacía que la mayor parte del cielo fuera visible al girar la Tierra. El Arecibo también tenía un rango de operación más amplio, para poder trabajar como parte de redes internacionales», comentó a Sputnik el miembro de la Unión Astronómica Internacional e investigador principal del Instituto de astronomía aplicada de la Academia rusa de Ciencias, Yuri Bondarenko.Actualmente, también se está desarrollando el mayor radiotelescopio del mundo SKA (Square Kilometre Array) con una superficie de más de un kilómetro cuadrado. Para comparar, el diámetro del telescopio FAST es de 500 metros, y el de Arecibo es de 305 metros.
El SKA consistirá en 2.000 placas y un millón de antenas de alta sensibilidad que se colocarán en dos continentes a la vez: en África y en Australia. Se estima que el nuevo telescopio superará al Arecibo en términos de sensibilidad y proporcionará imágenes 50 veces más detalladas que el telescopio espacial Hubble. La construcción comenzará a finales de 2021, según el sitio web del proyecto.
Mientras tanto, Bondarenko opinó que el futuro de la radioastronomía no está en un instrumento en particular, sino en una red de radiotelescopios.
«Las observaciones radioastronómicas realizadas como parte de un grupo internacional de radiotelescopios, unidos en una red de interferometría de muy larga base —VLBI, por sus siglas en inglés—, tienen hoy en día el mayor valor científico. Esto permite aumentar significativamente la resolución y la sensibilidad de este instrumento combinado», señaló en declaraciones a la agencia.
El Arecibo participó regularmente en las observaciones de esas redes internacionales de VLBI.
Rusia tiene su propia red de este tipo, llamada KVAZAR, que consiste en seis radiotelescopios de 13 a 32 metros de diámetro. Están situados en distintas regiones del país y juntos forman un radiotelescopio global con un diámetro efectivo de más de 4.000 km.
Al mismo tiempo, otros científicos creen que la astronomía moderna requiere colocar telescopios directamente en el espacio, fuera de la atmósfera de la Tierra, por ejemplo, en los satélites. En particular, el profesor de la Escuela de Investigación de Física de Altas Energías de la Universidad Politécnica de Tomsk, Serguéi Kétov, considera este método de registrar señales del espacio profundo como «el más prometedor».
Fuente: Sputnik