Redacción •  Actualidad •  21/06/2016

La Junta de Extremadura compra Diflubenzurón, plaguicida que afecta gravemente a las abejas

Ecologistas en Acción de Extremadura lamenta que la Junta haya gastado 104.456€ de dinero público en comprar 7.920 litros de un plaguicida no selectivo, polémico ya en otras ocasiones por su alta persistencia en el ambiente y por los graves efectos sobre la fauna. La compra del Diflubenzurón se ha adjudicado a Kenogard S.A., filial de Semitomo Chemical, corporación japonesa que factura más de 20 millones de euros anuales y con múltiples denuncias por impactos sobre la salud de las personas y sobre el ambiente.

La Junta de Extremadura compra Diflubenzurón, plaguicida que afecta gravemente a las abejas

 

El Diflubenzurón, también conocido como Dimilín, es un insecticida que se suele utilizar para el control químico aéreo de la oruga procesionaria. Este plaguicida se caracteriza por su baja selectividad y por su alta persistencia en el ambiente, motivo por el cual su aplicación ya ha sido denunciada en diversas ocasiones.

Al no ser selectivo, este plaguicida afecta a numerosos invertebrados (insectos, arácnidos, crustáceos y miriápodos) con fuertes impactos para la cabaña apícola. Además estudios científicos han puesto de manifiesto que el Diflubenzurón es altamente tóxico para los organismos acuáticos (crustáceos, moluscos y peces) y podría ser causante de cánceres, especialmente en bazo e hígado además de disruptor hormonal en mamíferos. Los efectos perjudiciales de este tipo de tratamientos son especialmente acusados para personas con el síndrome de sensibilidad química múltiple.

El Diflubenzurón, no tiene un efecto inmediato sobre la oruga procesionaria, ya que es un inhibidor de la quitina afectando a sus estados larvarios. Y es precisamente por su lentitud de acción que este plaguicida está diseñado para que esté presente sobre las hojas de los árboles el mayor tiempo posible prolongándose así sus efectos perjudiciales sobre la fauna.

Existen métodos ecológicos alternativos al uso de tóxicos para luchar contra la procesionaria que se basan en el uso de insecticidas ecológicos como la toxina del Bacillus thuringiensis, (sin toxicidad ni persistencia para el medio ambiente y con bastante selectividad), la corta manual de bolsas o «nidos» o la captura de las mariposas hembras con trampas de feromonas.

Desde Ecologistas en Acción de Extremadura, animamos a la Junta a priorizar la protección del medio ambiente y la salud de las personas, apostando por una gestión del medio ambiente ecológica y sostenible, sin el uso de sustancias tóxicas, como ya se hace en la mayoría de los países europeos. Asimismo animamos a la Junta a dirigir el gasto público hacia las empresas regionales que apuesten por un modelo económico con responsabilidad social y ambiental.

 


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