Notitia Criminis •  27/12/2008

Un portavoz del Gobierno de Guinea: “si el Pocero quiere burlarse de sí mismo explicando proyectos irreales a los españoles es su problema»

El pasado día 22 de diciembre de este año 2008, la prensa confirmaba la noticia difundida por “una fuente cercana a Francisco Hernando”, es decir, su abogado y socio José Luis Sanz Arribas: El Pocero había firmado un acuerdo con el gobierno de Obiang Nguema para la constitución de una sociedad en la que el Estado guineano aportaría 1.000 millones de € y Francisco Hernando, la mano de obra y el “saber hacer” o, como se dice en las escuelas de negocios más relamidas, el know-how.

El objeto de la empresa era, según unas fuentes, la construcción de 500.000 viviendas y según otras, de 88.000. La segunda cifra es más probable porque la población de Guinea Ecuatorial a duras penas llega al medio millón de habitantes y no parece posible que cada guineano, hombre, mujer o niño, tuviera capacidad adquisitiva bastante como para comprarle una casa al Pocero. Al mismo tiempo, el portavoz del grupo empresarial de Hernando aseguraba que el proyecto implicaría, también, la construcción de fábricas de cemento, de ladrillos, etc. etc.

Paralelamente a lo anterior, saltaba la noticia de una denuncia presentada ante la Fiscalía Anticorrupción contra Obiang Nguema y otros miembros de su familia y gobierno, en la que se acusaba al dictador africano de blanquear dinero de sus malversaciones, en España. El periódico británico The Times, hacía referencia a este hecho en un artículo titulado “Cómo construyó España durante el boom con dinero sucio” que comenzaba equiparando a Obiang “uno de los dictadores más despreciables de Africa” con “criminales británicos” “jefes de la mafia rusa” y “funcionarios y autoridades corruptas de los ayuntamientos españoles” (el artículo puede descargarse desde aquí).

Pues bien, según publica hoy (aquí se puede descargar el artículo) Alejandra Ramón en “El Economista”, el Viceministro de Hacienda de Guinea, Melchor Esono, acaba de desmentir a Sanz Arribas y, de paso, a su cliente Francisco Hernando.

Este dignatario guineano dice desconocer por qué El Pocero ha anunciado esos proyectos en España y añade que “el dinero del Gobierno no es para crear ciudades fantasma”. No se queda ahí la cosa pues el portavoz de Obiang aseguró que “si el Pocero quiere burlarse de sí mismo explicando proyectos irreales a los españoles es su problema… Queremos españoles serios”.

De modo que así están las cosas: Zaplana parece haber perdido la memoria y no recuerda las razones por las que concedió a Hernando la medalla al mérito en el trabajo y puede que ya no recuerde ni al propio Hernando. José Bono que, por cierto, también es íntimo de Zaplana; principal valedor junto a Barreda, del fiasco de Seseña, asegura públicamente que no ha tenido el gusto de conocer personalmente a Francisco Hernando. Hernández Moltó, presidente de CCM, ya hace tiempo que se desentendió de la suerte de El Pocero porque como él mismo dijo, en los negocios la “discreción” es una virtud esencial…

Y ahora, cuando ya nos imaginábamos al capitán del “Clarena” desestibando las cajas de Moët & Chandon y estibando sacos de cemento en las bodegas del yate, justo antes de fijar la derrota hacia el puerto de Malabo; el gobierno de Teodoro Obiang Nguema, según The Times, “uno de los más despreciables dictadores africanos”, repudia al Pocero, afirma que se “burla de sí mismo” y añade que sólo quieren “españoles serios”.

En fin, que lo único que existía de cierto en la aventura selvática del Pocero, era un “compromiso” de acuerdo con el “vice ministro segundo” (o lo que sea) Aniceto Ebiaka para la creación de una empresa mixta con el Gobierno guineano. Este proyecto fue finalmente rechazado a causa de las noticias que “varios colaboradores guineanos residentes en España enviaron al Ejecutivo, con el objeto de prevenirle sobre la forma de actuar del empresario”.

No hace mucho, Hernando, refiriéndose a la lluvia de querellas que pensaba descargar sobre los hombros de Manuel Fuentes, añadía que se iba a enterar ese de lo que le sucede a los que se meten con los que tienen mayor poder adquisitivo que uno. Ahora, el poder adquisitivo de Hernando no es suficiente, ni siquiera, para que Obiang Nguema le tenga por persona presentable, que ya es decir.

Me temo que Francisco Hernando está a punto de descubrir, si no lo ha hecho ya, que de “premio gordo de la lotería”, eso se dice que exclamó Barreda cuando se le presentó el Pocero con su proyecto de Seseña, ha pasado a convertirse en material de deshecho altamente contaminante. Quienes no hace tanto le dejaron embarcarse en la aventura asegurándole que todo marcharía como la seda, vuelven grupas murmurando entre dientes: “Roma non solvet proditoribus”.

¿Cuál
es la traición que, ahora, Roma no quiere pagarle al
Pocero? La de la incontinencia, la de haber sido la linterna que ha llevado luz hasta Bono y su Hípica Almenara; hasta García Page (o Paje, como él prefiera, que en su familia hay cierta querella en torno a la “g” y a la “j”) Hasta Alejandro Gil, actual consejero de la constructora HERCESA; hasta Fernández Vaquero, el emisor de faxes; y por supuesto hasta Barreda, el arrepentido escritor de epístolas a Paco Hernando.

A mi no me va a pasar nada porque hay gente muy gorda detrás”, suelen decir estos escualos de las apuestas seguras, sin comprender que a ellos les pasará lo que les tenga que pasar, y nada bueno generalmente, en el momento en que se conviertan en “la china en el zapato” de los pezzonovanti que tan calurosamente les apadrinaban en los buenos tiempos.

Vamos a ver, señor Hernando ¿Usted de verdad se cree que el fiasco de su negocio en la jungla guineana se debe al chivatazo de algunos colaboradores de Obiang en España? A mí eso, más bien, me parecen “gestiones diplomáticas”. Le daré un buen consejo. Ha llegado el momento de dar a la luz pública papeles y otras cosas. Siga el ejemplo del Secretario del Ayuntamiento de Carranque. De entre los culpables, usted, señor Hernando, no es ni de lejos, el más culpable y no me parece hombre proclive a inmolarse. La Omertà ya no le sirve de nada.


Notitia Criminis /