TeleSur •  Internacional •  08/04/2017

¿Qué se necesita para iniciar una guerra?

Muchos de los conflictos armados de nuestro tiempo tienen raíces en acciones políticas y estatales de larga data. Los conflictos internos y los combates de guerrillas son la marca que caracteriza a las guerras de hoy pero que tienen su origen en los conflictos de las superpotencias globales.

¿Qué se necesita para iniciar una guerra?

Las guerras de este siglo y del pasado han adquirido nuevas características que las hacen más impredecibles. El surgimiento del terrorismo como estrategia de conflicto y el uso del fundamentalismo ideológico y teológico para justificar la violencia son características que han sustituido las diferencias diplomáticas y las legitimidades nobiliarias del pasado.

Fernado Moragón, experto en geopolítica y presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, sostiene la tesis de que la Guerra Fría fue la Tercera Guerra Mundial y que la Cuarta inició en 2001 declarada por el entonces presidente de los EE. UU. George W. Bush. Estos nuevos conflictos globales se diferencian de los anteriores porque, aunque son mundiales, no involucran el uso total de los recursos en una economía de guerra para buscar la aniquilación total del enemigo.

Ante el reciente ataque de Estados Unidos contra las fuerzas del Ejército de Siria es hora de recordar la historia para evitar repetirla. Estas son algunas de las formas en las que han iniciado los conflictos armados entre estados en el mundo.

Primera Guerra Mundial

Esta fue la primera vez que Europa arrastró a los países del mundo a un conflicto armado. Es considerada la guerra bisagra que evidenció la transición de los conflictos armados internacionales de los ejércitos de campo abierto a los combates de trincheras.

Desde 1871 hasta 1914, los imperios europeos, con sus grandes economías industriales, se dedicaron a armarse debido al recelo y desconfianza que se tenían. Esto fue denominado por la historia como la “Paz Armada”.

Las relaciones bilaterales comenzaron a estructurar una compleja red de apoyos diplomáticos y compromisos de soporte militar mutuo. Cuando el archiduque Francisco Fernando fue asesinado en Sarajevo, Austria decidió aprovechar esto como motivo para declararle la guerra a Serbia con el apoyo de Alemania. Las alianzas se dispararon una tras otra como una fila de dominós ocasionando el gran conflicto que duraría cinco años y cobraría la vida de nueve millones de personas.

Segunda Guerra Mundial

El conflicto armado más grande del siglo XX, esta guerra vio el primer uso de las estrategias modernas de combate con apoyo aéreo, combates urbanos y el uso sistemático de vehículos blindados. El sueño político de Adolf Hitler, Führer del Tercer Reich alemán, era imponer la hegemonía de Alemania sobre toda Europa.

Hitler convenció a la Unión Soviética de firmar un pacto de no-agresión permitiendo la invasión de Polonia en 1939. A partir de allí se constituyeron dos alianzas globales entre los grandes poderes industriales que se enfrentaron en territorios de todo el mundo. Japón e Italia prometieron apoyo a Alemania a cambio de su ayuda mutua para establecer esferas de control hegemónico en África y Asia oriental en contra de las fuerzas de Rusia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.

Al final, la guerra duraría hasta 1945 y vería el primer uso de las armas más temidas de la historia. El bombardeo nuclear de Nagasaki e Hiroshima cambió el rostro geopolítico de los conflictos armados.

Guerra fría

Luego de la Segunda Guerra Mundial EE. UU. y la Unión Soviética surgieron como las primeras superpotencias del mundo. Desde entonces ha existido una división ideológica y política marcada que dio forma a docenas de conflictos pequeños en estados satélites de la influencia de estos dos grandes bloques.

EE.UU. estaba convencido de que el pensamiento comunista era una amenaza para su estilo de vida y en 1947 implementaron la denominada Doctrina Truman. Esta tenía como propósito ayudar a todas las naciones para confrontar la expansión soviética.

El poder de las armas nucleares aseguraba que cualquier conflicto a gran escala desencadenaría en una aniquilación mutua asegurada. Por ello estos dos super poderes industriales se confrontaron económicamente y a través de guerras a distancia. La crisis de misiles de Cuba, la invasión de Checoslovaquia, la guerra de Vietnam y varios golpes de Estado militares en América Latina son solo algunos de los ejemplos de los conflictos causados por esta guerra.

El conflicto duró hasta la caída de la Unión Soviética en 1991. Pero vería la aparición de dos actores internacionales: la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

ONU, OTAN y el intervencionismo estadounidense

Luego de la Guerra Fría el mundo entró en un estado de letargo donde se estableció de facto que los EE.UU. era la fuerza policial del mundo. Sin embargo, Rusia mantuvo su poder económico como la nación con la mayor extensión territorial del mundo y Europa comenzó su proceso de incluir a todos sus países en el tratado que los agrupa como una Unión económica.

En este periodo muchas invasiones y golpes de Estados en países de América Latina, Oriente Medio y Asia fueron autorizados por resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. La invasión de Haití, la intervención en Bosnia y Herzegovina, la intervención de Kosovo y la primera guerra de Iraq, entre otras, fueron autorizadas por esta organización y coordinadas por la OTAN.

Afganistán

La destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, fue el justificativo utilizado por EE.UU. para invadir a Afganistán. El surgimiento de los grupos terroristas y su estrategia de atacar a civiles cambió el rostro de los conflictos para siempre. Pero las acciones de EE.UU. para remover al movimiento Talibán del poder fueron acompañadas de estrategias de financiamiento a grupos de parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA por su sigla en inglés) que avivaron el fundamentalismo y el extremismo en la región.

Desde entonces Afganistán ha vivido un tiempo de convulsión militar a medida que las fuerzas de Al Qaeda mantienen su oposición armada contra el gobierno conformado e impuesto por la alianza internacional.

El entonces presidente George W. Bush, quien comenzó esta estrategia, tenía como objetivo establecer la hegemonía global de los EE.UU. en contra de cualquier tipo de oposición ideológica. Armando a grupos armados en todo el mundo, el intervencionismo estadounidense ha ocasionado el surgimiento del movimientos terroristas como Boko Haram en África, Al Shabab en Somalia, el autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe) y grupos armados en varios países como Turquía, Kurdistán, Pakistán, Irán e Iraq.


La segunda década del siglo XXI ha visto la renovación de la influencia rusa sobre los conflictos terroristas en el Oriente Medio. También ha visto el alza de China como una nueva candidata a superpotencia global. Y también la consolidación de la Unión Europea como un participante a veces cooperativo con la OTAN y en otras diplomáticamente ambivalente. Cabe cuestionar qué alberga el futuro para el pueblo de Siria, después de seis años de guerra y el primer bombardeo de Estados Unidos, un acción militar unilateral, apoyada por sus aliados y repudiada por otros países como Rusia e Irán.

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