Tan pronto como comenzaron los ataques de invasión del Estado turco el 9 de octubre, las células durmientes de ISIS, que se habían mantenido en la sombra en muchas zonas de Rojava y el noreste de Siria, se reactivaron.
Una de las células efectuó un atentado-bomba en la calle Münir Habip, en Qamishlo, el 11 de octubre, durnte tercer día de la invasión.
Otra célula llevó a cabo un ataque en Hesekê el 12 de octubre contra una prisión donde mercenarios del ISIS permanecían encarcelados.