César Pérez Navarro •  Memoria Histórica •  06/06/2019

La calle al golpista de 1936, José Cruz Conde, ya se denomina Foro Romano en Córdoba

La avenida de otro franquista, Conde Vallellano, ya es Del Flamenco, y la Plaza de Cañero pasa a denominarse Plaza de los Derechos Humanos.

La calle al golpista de 1936, José Cruz Conde, ya se denomina Foro Romano en Córdoba

El cogobierno en funciones PSOE – Izquierda Unida ha aplicado el cambio de nomenclatura de estas y otras calles que incumplían las leyes de Memoria Histórica nacional y autonómica tras aprobarse en un pleno de noviembre de 2018. Queda en el aire si el próximo Gobierno aún no constituido, que presumiblemente conformarán PP-Ciudadanos-Vox, tratará de deshacer el dislate histórico e ilegal que las instituciones locales cometían manteniendo estos términos que exaltaban, personal o colectivamente, la sublevación militar, la Guerra Civil y la represión de la Dictadura.

El motivo por el que José Cruz Conde pierde el nombre de esta arteria céntrica que desemboca en la Plaza de las Tendillas es que está demostrado como el principal organizador del golpe de 1936 contra el Gobierno democrático y legítimo de la II República. A Cruz Conde, que fue alcalde de la ciudad entre 1924 y 1926, se le atribuye un papel de coordinación en el golpe militar en Córdoba. En estos dos artículos publicados en Paradigma Media Andalucía en diciembre de 2017 y en enero de 2018, queda claro su protagonismo en la conspiración contra las instituciones legales en Córdoba;

Se suprimirán Antonio Cañero, José Cruz Conde y Conde de Vallellano del callejero de Córdoba porque las leyes de memoria deben cumplirse, no someterse a referéndum

Por unanimidad, la Comisión de la Memoria Histórica que asesora al Ayuntamiento y cuyo principal cometido es velar por el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica (Ley 52/2007 de 26 de Diciembre) y de la (Ley 2/2017, del 28 de marzo) de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, ha concluido tras seis meses de trabajo eliminar del callejero los nombres de Antonio Cañero, José Cruz Conde, el Conde de Vallellano y José María Pemán por su implicación con la dictadura Franquista, su apoyo al golpe militar de julio de 1936 o su participación en la represión franquista, entre otras cuestiones.

Además de alcalde de Córdoba, José Cruz Conde, monárquico tradicionalista, fue militar que acudió desde Madrid para incorporarse a los conspiradores como uno de los artífices del éxito del golpe de Estado militar en Córdoba contra el gobierno legítimo de la II República en 1936, pero ya conspiró antes, en la “Sanjurjada” o intentona golpista de 1932. Conde de Vallellano fue alcalde de Madrid durante la dictadura de Primo de Rivera y ministro de Obras Públicas de Franco. Rejoneador y militar, Antonio Cañero se reincorporó al ejército y encabezó la conocida como Columna Cañero de caballistas y garrocheros que sembró el terror en los alrededores de Córdoba y pueblos de la provincia durante el levantamiento militar contra el gobierno elegido por el pueblo. José María Pemán fue escritor, apologista de la dictadura de Primo de Rivera y comprometido con el régimen franquista, que le reconoció con distinciones, pero además, uno de los artífices del golpe militar en Córdoba que provocó la Guerra Civil y posterior dictadura durante 40 años.

El art. 15.1 de la Ley 2/2017 dice textualmente que “las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.

Por otro lado, el Capítulo III, art. 32.1 de la Ley 2/2017 “Elementos contrarios a la Memoria Histórica y Democrática” dice lo siguiente: “La exhibición pública de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones, como el callejero, inscripciones y otros elementos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública, realizados en conmemoración, exaltación o enaltecimiento individual o colectivo del golpe militar de 1936 y del franquismo, de sus dirigentes o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial, se considera contraria a la Memoria Democrática de Andalucía y a la dignidad de las víctimas”.

De la misma manera, y en cumplimiento de estas leyes de Memoria que obligan tanto al Ayuntamiento de Córdoba como a cualquier administración pública, la Comisión de Memoria Histórica aprobó por mayoría la eliminación de las calles Cronista Rey Díaz, Periodista Aguilera, Periodista García Prieto, Periodista Quesada Chacón y la de los poetas Antonio y Francisco Arévalo y por unanimidad las calles Joaquín Benjumea, Joaquín López Huici, Fernando Fernández Martínez, glorieta de los Artilleros y General Franco, en la barriada del Ángel, de Alcolea. Igualmente, se eliminarán monumentos, símbolos y placas que aún hoy se perpetúan, pero además se instaurarán ciertos “lugares de Memoria”.

Parece que la decisión respecto a las tres primeras calles mencionadas ha levantado ampollas entre ciertos sectores conservadores, partidos políticos y determinados medios de comunicación, que obviando que se trata de hacer cumplir estas dos leyes, alzan estos días fantasmas como que “no se haya consultado antes a los vecinos o a los cordobeses”. El diario ABC publica que “Cruz Conde, Cañero o Vallellano cambiarán de nombre sin consultar antes a los vecinos”, y en ningún párrafo menciona el imperativo del cumplimiento de las leyes de Memoria Histórica. Pero va más allá con su titular “Los vecinos de Cruz Conde, Cañero y Vallellano, en contra de cambiar de nombre sus calles” tras consultar un periodista a ¡cinco vecinos! Tampoco El Día de Córdoba menciona la legislación sobre memoria en su noticia “La comisión aprueba quitar el nombre a Cruz Conde y Cañero” ; el Diario Córdoba llega a preguntar en su web “¿Cree que el cambio de nombre de las calles debería someterse a referéndum?”. Para que quede bien claro, esto equivale a preguntar “¿Cree que el ayuntamiento debe someter a referéndum el cumplimiento de las leyes de Memoria estatal y andaluza?”. Hasta este extremo ha llegado el olvido no sólo de la Memoria Histórica respecto al genocidio y represión franquista, sino también la amnesia sobre la legislación que pretende sanar heridas que nunca se cerraron.

José Cruz Conde, cabeza del golpe militar de 1936 en Córdoba

Desde que la Comisión de Memoria Histórica que asesora al Ayuntamiento de Córdoba sobre el cambio de denominaciones en el callejero propusiese la sustitución de los nombres de Antonio Cañero, José Cruz Conde, Conde de Vallellano y José María Pemán por su implicación con la dictadura Franquista, su apoyo al golpe militar de julio de 1936 o su participación en la represión franquista, se multiplican las resistencias en los sectores más reaccionarios de nuestra ciudad.

Como ya comentamos el mes pasado, se trata de hacer cumplir las leyes de Memoria estatal y autonómica, no de abrir un debate sobre una legislación ya aprobada y vigente. A pesar de ello, medios de comunicación locales como el conservador periódico ABC insisten en blanquear estos días la imagen de quienes instigaron al genocidio de más de 4.000 cordobeses tras el golpe de Estado de 1936 y durante la represión posterior a 1939. En particular, y por su importancia y ubicación, se redoblan los esfuerzos por limpiar el nombre de José Cruz Conde. Así, ABC afirma que Cruz Conde fue “partidario del golpe” según “quienes quieren quitar su nombre de la calle del centro de Córdoba”, pero que “criticó el poder de Franco”. También publica que “los colectivos de comerciantes y vecinos se oponen” o que “recogen firmas contra el cambio de nombre”. El pasado día 11, ABC difundió la última de las manifestaciones públicas de los políticos de la derecha cordobesa, en este caso, el máximo responsable de Ciudadanos en el Ayuntamiento, José Dorado, quien replicó al primer teniente de alcalde que “Cruz Conde no es ningún fascista”.

A continuación, arrojaremos luz sobre esta figura con documentación de ese período redactada por sus mismos partidarios, dos periodistas adeptos al régimen franquista, a fin de demostrar no sólo que este personaje fue “partidario del golpe militar”, sino que acudió a Córdoba para liderarlo en reuniones conjuntas con altos mandos militares y el jefe de la Comandancia de la Guardia civil, para quienes traía órdenes concretas.

Concluida la guerra civil, en 1939, Marcelino Durán de Velilla y Manuel García Prieto publicaron 18 de julio; Episodios del glorioso movimiento nacional en Córdoba, un compendio de 80 páginas donde se relatan todo tipo de detalles desde antes del golpe de Estado de 1936 y durante la contienda en la provincia de Córdoba, hasta la fecha de divulgación. Durán de Vellida fue nombrado presidente de la Agrupación de Periodistas Profesionales y fue fundador de la Asociación de la Prensa de Córdoba. García Prieto, también periodista, destacó por narrar la muerte de Manolete en Linares en el año 1947.

Las páginas 16, 17 y 18 relatan los momentos previos a la insurrección militar mencionando en repetidas ocasiones a José Cruz Conde como cabeza visible del golpe y mano ejecutora del mismo siguiendo órdenes de Calvo Sotelo. Se recogen interesantes detalles que cito a continuación;

[…] En los primeros días de Julio estuvo en nuestra ciudad José Cruz Conde, que residía en Madrid, y celebró en casa de Don Eduardo Quero interesantísimas conferencias con el entonces comandante militar don Ciriaco Cascajo Ruiz, coronel del Regimiento de Artillería Pesada número 1, y con el jefe de la Comandancia de la Guardia civil, don Mariano Rivero. El señor Cruz Conde traía órdenes concretas y obtuvo de dichos señores la palabra de honor de que las fuerzas a sus órdenes secundarían el Movimiento. Posteriormente, ya de nuevo en Madrid, tuvo alguna conferencia con el señor Quero Goldoni, dándole instrucciones, en el lenguaje convenido, sobre organización.

La conspiración se iba ensanchando. Se conspiraba en todas partes sin que las autoridades del Frente Popular ni sus sabuesos lo advirtieran […]

El día 11 de Julio regresó de Madrid a Córdoba el médico don Julián Ruiz Martín, quien traía un importante encargo que le había confiado el señor Cruz Conde de parte del señor Calvo Sotelo. Era que notificara al señor Valverde que se designara alcalde de Córdoba a don Salvador Muñoz Pérez, y que éste uera con las tropas a tomar el Ayuntamiento […]

El problema respecto a la opinión pública es el de siempre. Faltan elementos de juicio porque se silencian episodios como este. Buena parte de la ciudadanía cordobesa desconoce -en este caso- el alcance y la responsabilidad directa de este siniestro personaje en las matanzas posteriores al golpe militar de 1936 en Córdoba. Lo sorprendente es que esta calle que desemboca en las Tendillas haya mantenido su denominación hasta 2018, 43 años después de la muerte de Franco y 10 desde la aprobación de la Ley de Memoria Histórica estatal.

 


callejero franquista /